domingo, octubre 03, 2010

El Gigante Que Tenía Miedo

Era un gigante que vivía en el país de los gigantes y a todo le tenía miedo. Un día que estaba comiendo vio una hormiga y sintió tanto susto que se subió arriba de una silla, la hormiga se acercó y le preguntó ¿de que tienes miedo? El gigante le respondió…. De todo…. La hormiga le dijo: No debes tener miedo, yo no puedo hacerte daño; Piensa primero y enfrenta la realidad, debes sobreponerte a tu temor, tú eres grande, fuerte e inteligente. Mira con cuidado ¡no todo puede hacerte daño!.


La hormiga se fue y el gigante se quedó pensativo. Al otro día salió al jardín y vio una hermosa mariposa. En el primer instante quiso correr a esconderse, pero se acordó de lo que le había dicho la hormiga y se dijo a si mismo, la mariposa es muy bella y no puede hacerme daño, se acercó a verla y disfrutó del colorido de sus alas se sintió feliz; Era la primera vez que se sobreponía a su miedo. Esa noche mientras comía entró un gato negro al comedor al ver al gigante arqueó su cuerpo sacó sus afiladas uñas y maulló; El gigante lo miró, hubo un momento de duda, pero pensó…. Soy mas fuerte que él y dio un golpe en la mesa y le gritó con su vozarrón “sal de aquí” El gato huyó despavorido maullando. 

El gigante se puso muy contento había vencido su miedo la hormiga le dio un buen consejo, de aquí en adelante pensaría antes de actuar y así sabría que era lo más indicado en cada ocasión.

Un día que fue al bosque a buscar leña; Cuando iba caminando sintió un gemido, su corazón se paralizó pero su mente lo tranquilizó y se dijo: debo ver que pasa siguió caminando y encontró un cervatillo atrapado bajo un tronco y a un tigre tratando de cazarlo. El gigante sintió pena por el cervatillo, pero también sintió miedo del tigre y sobreponiéndose a su miedo lanzó con un grito el hacha que llevaba en la mano, el tigre huyó ante este ataque sorpresivo del gigante.

El cervatillo temblaba, el gigante lo sacó con cuidado y lo llevó a su casa para curarle las heridas lo cuido durante varios días hasta que sanó completamente. El cervatillo lo miraba con ternura y agradecimiento por todo lo que había hecho por él y el gigante se había ido encariñando poco a poco del cervatillo, pero sabía que tendría que dejarlo ir porque él vivía en el bosque.

Una mañana lo llevó al bosque y le dijo: ¡ya estás bien! Puedes irte y lo dejó solo, volviéndose muy triste a su casa; El cervatillo se había encariñado tanto con el gigante que lo siguió y esa noche cuando el gigante fue al comedor pensando que iba a estar muy solo encontró al cervatillo al lado de la mesa mirándolo con esos inmensos ojos llenos de ternura y cariño. El gigante se sintió feliz y en su interior agradeció a la hormiga que le había ayudado a vencer su miedo y hacer un amigo, ya que nunca más tendría miedo ni estaría sólo.

Elfridia.
8-Mayo-1990

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