domingo, octubre 09, 2011

El Canto Del Mar


Una hermosa niña estaba a la orilla del mar, miraba las olas que se acercaban hasta casi tocar sus pies. Se había detenido un momento y dejó su mente vagar por la playa contemplando aquella masa de agua de color azul verdoso venir una y otra vez en un movimiento incesante a bañar la arena blanca y dorada. Como le gustaba estar frente al mar, el sonido de las olas cuando recién empiezan a formarse para luego caer con toda su fuerza y deslizarse por la arena. Ella lo oye como un canto que la llama y la invita a conocer ese mundo maravilloso del mar. La niña siente miedo ante esta inmensidad, pero el ruido del agua, el grito de los pájaros que revolotean buscando su alimento, el viento que mueve sus cabellos y juega con su falda liviana la va envolviendo en la magia del momento.

Empieza a soñar... ella es una princesa que vive en el mar, su corona es una guirnalda de flores marinas y su vestido es entero plateado con gotas de cristal. Sus súbditos son los peces, las estrellas marinas, los caballitos de mar y todos los moluscos que uno se pueda imaginar.

El colorido de estos habitantes es tan hermoso en todas las tonalidades de verde y azul y también hay rojos y rosados como en los caracoles, que en su interior el rosa suave se convierte casi en un rojo. Cada pez tiene un color diferente si pudiera grabarlos en su mente ¡Son tan bellos!

Su reino es inmenso, pero no puede recorrerlo todo; hay seres vivientes muy grandes y peligrosos que le harían daño si tratara de alejarse mar adentro.

Los caracoles la hacen dormir en la noche con unos sonidos que parecen una canción de cuna, y los peces la despiertan en la mañana en una nube de burbujas que la hacen flotar. La vida en el mar es muy hermosa le gustaría conocer y recorrerlo y saber que hay más allá. En ese momento sintió que los caracoles anunciaban la llegada del Delfín azul del reino del coral. La princesa lo vio entrar y el Delfín azul haciendo una reverencia la saluda, ella le contestó graciosamente. El delfín azul le dijo que venía a pedirle que fuera su esposa. La princesa lo miró y le contestó que necesitaba tiempo para contestar, pero el Delfín azul sólo le dio unas horas, porque él tenía que volver a su reino. 

La princesa tuvo miedo no le agradaba el Delfín azul era casi negro de azul y tan grande. No quería casarse con él. Llamó a los peces sabios del reino y les pidió consejo. Estos le dijeron que debía casarse con el Delfín azul, porque si no lo aceptaba éste se enojaría y acabaría con todos. 

La princesa les encontró razón; pero ella no quería casarse con él y sólo tenía unas horas para decidirse, porque el Delfín azul volvería apenas el sol traspasara las límpidas aguas de su reino.

Al otro día la princesa se despertó muy temprano, aún no llegaban los peces a despertarla con sus burbujas. Ella no sabía que hacer; en su corazón siente la nostalgia de la vida fuera del mar, el aire puro que se respira y el susurro del viento al oído contándole secretos que jamás podría descifrar; el sol que acaricia su cara y le dan deseos de vivir con todos los seres que habitan la tierra y la hacen sentirse parte de ella. 

La niña princesa desea volver a su mundo y contemplar el mar desde la playa y esa arena dorada donde llegan las olas. Siente las burbujas como un colchón bajo su cuerpo y se deja flotar hasta despertar de su sueño. 

Ha vuelto a la realidad. 

Se siente feliz ha escuchado el canto del mar y le ha dicho tantas cosas hermosas que ya nunca olvidará.

Elfridia
 02-Septiembre-1992

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