domingo, octubre 14, 2012

Musgette

Musgette vivía en el bosque con sus padres adoptivos que la habían encontrado cuando regresaban del pueblo, donde habían ido a entregar unos bordados que hacía la mujer del guarda bosques; la niña estaba entre unos helechos y musgos. Así que la llamaron “Musgette”. La niña era muy bonita y a medida que crecía la mamá adoptiva trataba de enseñarle para que la ayudara en la casa, pero Musgette siempre estaba soñando; tenía un hermoso cabello negro, su tez era blanca, sus mejillas sonrosadas los ojos verdes y una mirada soñadora que la alejaba de la realidad a un mundo que era solo de ella.

Si estaba barriendo la escoba se trasformaba en un príncipe y se veía bailando en un lindo castillo con un vestido precioso, pero nunca terminaba sus sueños, porque la mujer del guarda bosque le llamaba la atención ¡Musgette!. Nunca vas a aprender nada sino te concentras en lo que haces, siempre estas soñando no sé que hacer contigo, podrías ayudarme con los bordados, pero antes de dar una sola puntada tendrías todo los dedos pinchados.

Musgette la miraba, ella quería ayudar, no tenía la intención de molestar, pero sus sueños eran tan lindos; no se daba cuenta cuando se trasportaba a ese mundo maravilloso. Un día que estaba guardando unas tazas, se le cayó una y se quebró. La mamá adoptiva vino a ver que había pasado y al encontrar en el suelo la taza rota le dijo a Musgette: “Yo no puedo tenerte en mi casa por más tiempo, te llevaré al castillo y te dejaré para que acompañes a las princesitas y las entretengas”.

Musgette sintió mucho miedo, nunca había salido de la casa del bosque. Al llegar al castillo la mujer del guarda bosque la dejó con la encargada del mantenimiento del castillo y ésta la llevó al dormitorio de las doncellas que cuidaban a las princesitas; que eran tres. La mayor se llamaba Issa, la segunda Annette y la pequeña Ludmira y tenían dos hermanos: Igor e Ilan, mayores que ellas.

Las princesitas eran muy lindas y amorosas, pronto se hicieron amigas de Musgette, que era tierna y dulce. Una tarde que estaban en el jardín, llegaron los príncipes que andaban en una cacería con el rey y se pusieron a conversar con las princesitas. Ilan que era el segundo de los príncipes, vio a Musgette y no pudo apartar su mirada; él era dominante y estaba acostumbrado a hacer siempre lo que quería. Musgette sintió esos ojos clavados en ella, pero no se atrevía a levantar su cabeza, sabía que el príncipe la estaba mirando y se acercaba..¿Cómo te llamas?, ella respondió: Musgette, Su Alteza “¿De dónde eres?” De la cabaña del guarda bosques. Ilam se acerca al príncipe Igor y le dice ¡Qué hermosa es Musgette! Igor la mira, la encuentra linda, hay algo en ella como si no fuera real, era como si estuviera envuelta en una nube. Musgette piensa al irse el príncipe Ilam, es muy apuesto, de un carácter muy fuerte, seguro de si mismo; la próxima vez que lo vea lo miraré directo a los ojos. Como no se atrevió a mirarlo no supo de qué color eran. El príncipe y Musgette se ven a menudo; ella ya no siente miedo cuando está con él, pero la intranquiliza su presencia, la confunde. Ya no sueña, son tantas las cosas que pasan en el día y en la noche, está tan cansada que se duerme apenas pone la cabeza en la almohada.

Un día llega al castillo un rey con un príncipe muy apuesto, vienen de visita. Cuando todos están reunidos en los salones, Nor que es el nombre del príncipe visitante, ve a Musgette y al cruzarse sus miradas se sienten tan atraídos que desaparece todo lo que está a su alrededor y solo sienten algo maravilloso que los acerca el uno hacía el otro. Ilam se da cuenta y habla a Nor, sacándolo del encanto que le habían producido los verdes ojos soñadores de Musgette. Ilam lo lleva donde las princesas y Ludmila hace todo por captar su atención. Lo encuentra tan apuesto que se siente atraída por él. El rey visitante habla con el príncipe Nor y le dice que elija una de las princesas para fijar la fecha del matrimonio, porque el rey ha accedido a conceder la mano de una de ellas y esa noche en el banquete se anunciaría el compromiso. Nor se siente presionado, Ludmila es hermosa, Musgette es dulce, con esos ojos verdes que lo han hecho sumergirse en sus profundidades, haciéndolo sentirse en un mundo maravilloso. No puede decirle a su padre que quiere casarse con Musgette, no lo consentiría y elije a Ludmila. Esa noche se anuncia el compromiso de Nor y Ludmila, todos están felices, sobre todo Ilam que pasa toda la noche con Musgette mientras dura el banquete, pero no deja de observar que Nor y Musgette evitan que sus ojos se encuentren como si tuvieran miedo de mirarse. Ilam le dice a Musgette “ Sé que quieres mucho a Ludmila, ella está muy feliz, no opaque su felicidad! Musgette le contesta “No es mi deseo hacerlo, “Su Alteza” pero en su corazón siente una gran pena. Nor es el príncipe encantado con el que siempre había soñado. A los pocos días se fue Nor con su padre el rey y como recién estaban en primavera la boda quedo fijada para comienzo de otoño. Los reyes notaron la atracción que siente Ilam por Musgette. La reina empezó a hacer averiguaciones sobre ella, mandó llamar a la mujer del guarda bosques y le preguntó de quién era la niña; la mujer le contó que la habían encontrado en el bosque entre unos helechos y musgos, por eso la habían llamado Musgette, pero no sabía nada más de ella.

La reina le preguntó si tenía la ropa que traía puesta la niña; la mujer le contestó que sí, ella se la traería. La reina al ver un vestidito y un chal de la niña, se dio cuenta que eran muy finos y mandó a sus guardias a preguntar por todos los reinos vecinos a ver si alguien sabía algo. Al poco tiempo supo que en un reino cercano, unos años atrás, hubo una gran preocupación y pena por la princesa que había venido a visitar a sus padres los reyes para que conocieran a su primera nieta que casi tenía un año. Los reyes estaban felices con la princesita, pero una tarde desapareció sin que nadie pudiera explicarlo. Los reyes y la princesa casi se murieron de pena. La princesa volvió al reino de su esposo y nunca pudo conformarse de haber perdido a su hijita; tuvo algunos años después dos principitos y una princesita, pero no había podido olvidar a Lissette. La reina le pidió al rey que invitara a los reyes y su familia, porque creía que Musgette era la princesa que había desaparecido, era Lissette. El rey fue a visitarlos y al llegar al castillo y saludar a los reyes quedó admirado. La reina era igual a Musgette. Los mismos ojos verdes, esa mirada de ensueño una linda figura, era muy hermosa. Los príncipes eran muy apuestos y Camila alegre y amorosa, pero ninguno tan parecido a la reina como Musgette. El rey los invitó y les dijo que les tenía una maravillosa sorpresa en su castillo. Los reyes aceptaron y al llegar al castillo y ver a todos reunidos la reina reconoció a Musgette, la abrazó y besó dulcemente; El rey y los príncipes se sintieron muy emocionados de haber encontrado a Lissette.

Igor quedó encantado con Camila, su alegría y belleza lo habían cautivado. Ludmila sintió que su corazón no dejaba de latir por Rizzi el menor de los príncipes hermano de Lissette, y Annette se enamoró de Vitti el mayor. Ilam pidió la mano de Lissette, pero ella no quería comprometerse todavía, quería vivir un tiempo en el castillo con sus padres. Le dijo a Ilam que esperaran unos años, Ilam le prometió ir a verla para hacerla decidirse a casarse con él lo antes posible. Se fue Lissette y todos notaron su ausencia, siempre se veía como un sueño. Había pasado un mes y llega al castillo Nor que viene a romper el compromiso, porque no había podido olvidar aMusgette, que se había adueñado de su corazón. Ludmila siente un gran alivio, porque está enamorada de Rizzi, pero Nor no encuentra a Musgette y al preguntar por ella le dicen que se fue al castillo de sus padres, porque es la princesa Lissette que se había perdido hacía mucho tiempo. Nor se va a buscarla, no puede vivir sin ella. Ilan siente una gran desilusión, es la primera vez que no puede conseguir lo que quiere; se da cuenta de que Lissette está enamorada de Nor y ahora que él va a pedir su mano se casarán. Lissette al ver a Nor se siente muy feliz, un inmensa emoción invade su corazón, lo presenta a los reyes y éste pide su mano; los reyes ya habían notado la alegría de Lssette al verlo. Le concedieron la mano de la princesa. Al poco tiempo Nor y Lissette se casaron y ésta prometió que a su primera hija le pondría Musgette, en recuerdo de esa niñita soñadora que se había convertido en princesa.


Elfridia 
 16-Noviembre-1990




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