domingo, noviembre 10, 2013

Al tictac del cucú

No dejes de darle cuerda al cucú le decía la mamá a Teresita que todas las noches subía las pesas del reloj, porque solo duraba 24 horas la cuerda. Tu papá le daba cuerda todas las noches, estábamos acostumbrados a oírlo cantar y después tocaba una música muy bonita era agradable sentirlo como compañía en el silencio de la noche.

¡Como hecho de menos a tu padre!, me siento tan sola aunque hace tiempo que se fue me parece que solo ayer estaba subiendo las pesas del reloj para que el cucú no dejara de cantar.

Teresita le decía: sí mamá, ya le di cuerda al cucú. Ella dejaba todo ordenado y se acostaba en el dormitorio de su mamá. Teresita era profesora y hacía clases en un colegio cerca de su casa; su mamá había sufrido un accidente vascular y tenía un brazo y una pierna paralizados. Teresita le consiguió una silla de ruedas, porque el médico le dijo que sería por poco tiempo, había muchas posibilidades que se recuperara, no totalmente pero él creía que con rehabilitación volvería a caminar.

La señora Clara era inteligente y había sido muy activa, pero al ocurrir el accidente hizo un gran esfuerzo y aprendió a escribir con su mano izquierda y todos los días hacía ejercicios con su mano y pierna derecha para recuperarse. Pasaba horas escribiendo mientras doña Rosa la acompañaba y hacía los quehaceres de la casa.

Teresita volvía en la tarde y le contaba a su mamá todo lo que había hecho en el día, tomaban té juntas y luego Teresita tocaba el piano y la señora Clara cantaba, ella tenía una voz suave y melodiosa. Una noche Teresita se despertó su mamá estaba tosiendo, ella se inquietó, pero la señora Clara le dijo creo que me resfrié; la joven se levantó calentó un poco de leche y se la dio con una pastilla para el resfriado, pero al otro día la mamá estaba peor con romadizo y fiebre. Teresita llamó al doctor, éste la dejó en cama y le dio unas pastillas para la fiebre y el dolor de cabeza.

La señora Clara sólo le decía a Teresita no te olvides de darle cuerda al reloj tu padre todas las noches subía las pesas así el cucú cantaba mientras nosotros dormíamos. Teresita estaba muy preocupada no se explicaba por qué su mamá no dejaba de decirle y recordarle que le diera cuerda al cucú, ella lo hacía siempre, pero esto era como una obsesión. El médico llamó esa tarde que no podría ir a visitarla, porque saldría fuera ese fin de semana, pero iría un colega y amigo de toda su confianza que no se preocuparan y que él volvería la próxima semana.

Esa tarde llegó un joven a visitar a la señora Clara era el médico que venía en reemplazo del doctor Videla, quién era el médico de la familia.

Teresita lo llevó al dormitorio de su mamá, éste la examinó y se mostró interesado en los progresos de su brazo y pierna, creía que con un tratamiento más intenso se recuperaría y luego podrían probar con hidromasajes que daban muy buenos resultados. La señora Clara se puso muy contenta, la gripe iba pasando y ella haría todo lo posible para volver a caminar. El joven médico aconsejó a Teresita llevarle lápices de colores y un cuaderno de dibujo, así ella movería su mano y sus dedos pintando.

El médico venía todos los días a verla, el doctor Videla no había vuelto, porque su colega le comunicó que él seguiría el tratamiento de la señora Clara.

Una tarde que Teresita estaba con el doctor Joaquín Monteverde le contó lo del cucú y la preocupación de su mamá para que ella no se olvidara de darle cuerda. El doctor le dijo que él conversaría con la señora Clara y tal vez así podrían saber por qué ella se intranquilizaba tanto y se preocupaba para que le diera cuerda al reloj.

Una noche la señora Clara se despierta y le pregunta a Teresita si le dio cuerda al cucú, ella le responde que sí y a su vez le pregunta: ¿mamá que pasa, porque te preocupa tanto el reloj? La señora Clara le responde la noche que falleció tu papá no se le dio cuerda, porque él estaba enfermo y yo pienso que si el tictac del cucú deja de sonar mi corazón se parará y me iré dejándote sola. No mamá no digas eso, yo siempre le daré cuerda al cucú el no se parará jamás, y no estaré sola porque Joaquín Monteverde tú médico desea casarse conmigo, quiere que formalicemos nuestro noviazgo para fin de año y cuando estés más recuperada nos iremos a vivir a su casa que es más amplia y tiene un lindo jardín para que pasees.

La señora Clara se emocionó mucho, era una gran alegría que Teresita se comprometiera con el médico…. Ya a ella le había parecido que venía muy seguido.

Y así Teresita y Joaquín Monteverde se casaron. La señora Clara se fue a vivir con ellos y se llevó su reloj cucú que la había acompañado siempre. Teresita no dejaba de darle cuerda, porque sabía que su mamá no podía dejar de oír el tictac del cucú.

Elfridia 
24- Abril-1993

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