domingo, julio 17, 2022

La Princesa y el Ratón Rojo


 

 

 

 

 Querida princesa tienes que ayudarme, quién eres tú? Pregunta la princesa muy asustada de ver de repente aparecer un ratón rojo. Yo soy un ratón, contesta él. Cómo quieres que te ayude? Qué quieres? Solo que me quieras y me cuides como si fuera tu hijo. Yo todavía no me he casado lo interrumpe la princesa y no me agradas para cuidarte como si fueras mi hijo.

El ratón se enoja y le dice: eres mala, no es un sacrificio cuidarme y así aprenderás para cuando tengas un hijo. No, no lo haré dice la princesa, vete, desaparece, no te quiero ver. El ratón se enoja aún más: Princesa si no haces lo que te pido lo pasaras mal. La princesa empieza a gritar, socorro, socorro, un ratón rojo, socorro. El ratón desaparece y cuando llegan todos a socorrerla el ratón ya no está, lo buscan por todas partes, pero no está. Uno de los pajes le dice: puede haber sido su imaginación princesa; La princesa se enoja y lo manda salir de su habitación, las doncellas asustadas le dicen: a la princesa el ratón ya no está y  ellas la van a cuidar. La princesa ordena a los guardias que si vuelve el ratón se lo lleven y lo pongan en una jaula. Los guardias se van y la princesa  se queda muy pensativa. Quién era el ratón? Esa noche duerme muy intranquila sueña que un príncipe viene a pedir su mano, ella no quiere casarse y despierta muy asustada; el príncipe era el ratón rojo. Llama a las doncellas y a los guardias siente miedo no quiere volver a ver a ese ratón y da ordenes y más ordenes para que lo busquen y lo encierren. Después de haber dormido muy mal, se levanta y va al jardín y cuando ella menos lo esperaba aparece el ratón y le dice: Buenos días princesa soy tú querido hijo dame un beso y una caricia para tener una buena mañana. La princesa empieza a gritar el ratón, el ratón, no quiero verte, pero el ratón le dice antes de desaparecer: No digas eso piensa que te puedes quedar sin verme pero me oirás y me sentirás la princesa deja de gritar no quiere quedar ciega sin poder ver y además el ratón le dijo que lo oiría y lo sentiría la estaba amenazando que malvado era. La princesa mandó a los guardias  que cuando lo encontraran lo eliminaran. No quería que el ratón volviera. Esa noche estuvo muy inquieta y así también lo había estado todo el día. En el sueño vio que el ratón se convertía en príncipe y venia a pedir su mano. Despertó muy pero muy asustada, no quería saber nada del ratón y este se le aparecía en todas partes, hasta en sus sueños. Llamó a los sabios del reino, la princesa había perdido a sus padres cuando era una niña todavía. Ahora no quería casarse y los sabios eran sus consejeros.  Les preguntó Qué puedo hacer? Ese ratón rojo no me deja desea que lo quiera y lo cuide como si fuera mi hijo. Yo no lo quiero y no me quiero casar. Los sabios la aconsejaron que se casara así tendría un hijo y el ratón no la volvería a molestar. La princesa accedió y se empezó a buscar un príncipe para concertar el matrimonio. La princesa estaba muy triste, no quería casarse y ese ratón se le aparecía e insistía que lo cuidara  y quisiera como a un hijo. La princesa le decía yo no te quiero como hijo y yo no te quiero como mamá  le contestaba el ratón. Entonces ándate y déjame tranquila le decía la princesa y el ratón contestaba has lo que te pido y los dos estaremos bien. La princesa estaba tan preocupada que empezó a pensar Porqué le había pasado esto? Ella nunca había querido a nadie, a sus padres los había perdidos muy pequeña no sabía lo que era querer o preocuparse de otra persona y este ratón quería que ella lo quisiera como a un hijo era rojo y feo.Esto siguió así por unos días hasta que la princesa se enteró que una de sus doncellas había encontrado al ratón rojo, la llamó y le preguntó porqué no le había dado cuenta que tenía al ratón la doncella sorprendida le dice: que encontró al ratón y le dijo: ¡Que lindo ratoncito! Yo te voy a cuidar para que no te pase nada malo y el ratón se quedó con ella. Te pidió que lo quisieras y lo cuidaras dice la princesa? No tuvo necesidad de pedírmelo contestó la doncella, el cariño nace solo y cuando uno quiere desea cuidar al ser querido sea hijo padre o esposo yo aprendí eso de niña, se es feliz cuando uno quiere aunque no sea correspondido, porque al querer el corazón se inunda de alegría y no solo das también recibes la felicidad de saber que eres querido. La princesa no entendió mucho, pero pensó que el ratón la dejaría tranquila, pero no fue así el ratón seguía insistiendo y los pretendientes llegaban a pedir su mano, los sabios aconsejaban casarse lo antes posible para que el ratón rojo se fuera, pero la princesa no quería casarse. Hasta que un día el ratón le dijo: has la prueba de quererme y yo tratare de ser un buen hijo. La princesa lo pensó y empezó a mirarlo con más atención; No era tan feo y su color rojo lo hacía más llamativo; Mandó que le arreglaran una habitación con cama y muebles a su medida y ropa real el ratón pidió de color rojo y así toda la dedicación de la princesa era para él, pero todo seguía igual ella no lo quería como hijo y el ratón por lo que se veía no la quería como mamá. Su relación había mejorado, la princesa lo trataba mejor y el ratón correspondía a sus atenciones, pero ninguno se sentía como el ratón quería: la princesa no quería ser mamá de un ratón rojo y el ratón le pedía que lo quisiera como un hijo. Los días fueron pasando y sin darse cuenta se fue creando un sentimiento de amistad que pronto se convirtió en cariño, no como de madre a hijo, pero sí de cuidados y atenciones hacía el ratón hasta que un día el ratón rojo desapareció. La princesa se sintió muy triste le faltaba su presencia y se dio cuenta que lo quería no como a un hijo, pero sentía cariño por él. En ese momento apareció un hada y le dijo: tú has aprendido a querer y el príncipe aprendió una lección que nadie le había podido dar. No ser tan arrogante e interesarse por los demás y cuando se recibe cariño se desea dar y corresponder a ese sentimiento que es maravilloso, nace solo y te une al ser querido para siempre. La princesa no dice nada el hada desaparece y en ese momento llega el príncipe a pedir su mano. La princesa lo reconoce al instante aunque solo su capa es roja y acepta ser su esposa. El príncipe le dice: que desde el momento que se fue no ha dejado de pensar en ella y desea que sea su esposa y cuando tengan un hijo darle los dos  ese amor y cariño que no tuvieron ellos por haber perdidos a sus padres. El príncipe se arrodilla y besa su mano la princesa le sonríe y sus ojos llenos de luz de la alegría  que siente en su corazón envuelve al príncipe que le devuelve su mirada con todo su amor.

 

Elfridia                         19*Marzo*2013

            

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