Un niño y su hermana estaban en el dormitorio y desde el bow window de la ventana miraban pasar las nubes impulsadas por el viento; el niño dice: esa nube es de un blanco casi transparente; ¡mira! Exclama la niña,...es un caballito... El niño contesta: me gustaría cabalgar sobre él. ¡Vamos! Dice su hermana, ven conmigo y recorreremos el cielo en su lomo. ¿Cómo lo haremos? Pregunta el niño; usa tu imaginación y dame tus manos,...vamos...vamos.
Los dos niños montados sobre el caballito emprenden veloz carrera hacía un castillo de piedras casi negras, ¡... es inmenso...! pero cuando están cerca de él, empieza a desaparecer, el viento se lleva a las nubes y el castillo toma la forma de un dragón que se les viene encima y el color negro empieza a tomar un color rojo con los últimos rayos del sol.
El dragón hecha llamaradas de fuego por sus ojos y boca, los niños están asustados y admirados, tratan de huir, pero el dragón los persigue; ven un montón de ovejitas blancas que al alumbrarlas la luz del sol, toman un color rosado pálido y poco a poco van cambiando a un rosa más oscuro. El dragón ve a las ovejas y deja de perseguir a los niños y se dirige hacía ellas.
Los niños miran como el dragón va tras las ovejas y éstas huyen para desaparecer junto con él; el viento ha dispersado las nubes y el sol se ha ocultado tras las montañas. Se acerca la noche y los dos hermanitos sienten deseos de volver ¡quiero ir a casa…! Dice el niño y su hermana le responde: ¡vamos! ¿Cómo? ¿Qué debo hacer? Pregunta el niño. Ella le dice. Piensa en la casa, en tu cama, en tus cosas, en......, los niños se encuentran en el dormitorio sentados frente a la ventana tomados de la mano mirando el cielo que empieza a oscurecer.
Elfridia
26-junio-1990
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