domingo, febrero 12, 2012

El Regalo

Era una niña tímida sus padres se habían separado y ella vivía con el papá. La mayor parte del tiempo lo pasaba en el colegio; su casa era muy linda y estaba en un sector residencial muy elegante. Su papá era un hombre joven con muy buena posición que le daba todo lo que ella quería, pero Marcela solo quería su compañía, porque se sentía sola apenas tenía ocho años deseaba el cariño de la mamá y al papá apenas lo veía era una persona muy pero muy ocupada; la mamá había vuelto con sus padres que vivían en América y al separarse dejó a la niña con su papá. Marcela era ordenada y obediente y la nana la quería y la cuidaba, pero esto no era suficiente.

Se acercaba la navidad y un día al salir del colegio vino el chofer a buscarla y antes de llevarla a la casa pasó por una gran tienda sus vitrinas llenas de regalos para la fiestas que se aproximaban. El chofer le pidió a Marcela que lo esperara un momento él tenía que comprar unos encargos que le había hecho su papá. Marcela le preguntó que iba a comprar pero el chofer sin mayores explicaciones se bajó y dejó a Marcela sola.

Marcela salió del auto y se acercó a las vitrinas de la tienda; había cosas maravillosas y todo lleno de luces y juguetes muy lindos, ositos de peluche, muñecas, soldaditos y un montón de cosas más que ella no había visto nunca, un arbolito de navidad con luces de colores que se apagaban y prendían la dejó encandilada y sin darse cuenta chocó con un hombre joven que venía apurado por entrar a la tienda. Marcela casi cayó al suelo, pero el hombre la sujetó y le pidió perdón, porque no la había visto, ella lo miró y lo encontró agradable, él le preguntó que hacía sola ahí, ella respondió: que estaba mirando los juguetes y que Jorge (el chofer) había entrado a la tienda. El se ofreció acompañarla a buscar a Jorge, porque venía a comprar regalos para su esposa y su hijita que tenía tres años eran los seres que él más quería. Que le va a comprar preguntó Marcela: no lo sé todavía respondió el joven porque no tengo mucho dinero, pero ellas van a estar contentas con lo que yo les lleve, creo que el cariño con que elija sus regalos las van a hacer muy felices. Se acercaron al mostrador y él pidió ver un osito de peluche se lo mostraron, pero cuando vio el preció lo dejó y preguntó por la muñeca que también era de un preció muy alto para él; Marcela le preguntó porque no le lleva el osito que es tan lindo. El le dijo no puedo comprarlo voy a ver algo de menos precio y así recorrieron varias estanterías de juguetes, perfumes y pañuelos para su señora, pero no compró nada. Marcela le dio pena y le ofreció su mesada tal vez así podría comprar algo, pero el joven no aceptó; en ese momento aparece Jorge el chofer con un hermoso paquete de regalo y tomando a Marcela de la mano se la lleva, pero ella se suelta y le pregunta al joven ¿donde puedo verlo nuevamente? él le contesta que trabaja en un hotel de lujo al lado de la tienda es uno de los empleado que atiende en la portería; el chofer insiste en irse con Marcela. Pasan los días y llega la navidad Marcela no se olvidaba del joven y pensaba en su hijita y la mamá que no iban a tener regalos, porque a él no le alcanzaba el dinero para comprarlos.

Esa noche tan especial el papá ceno con Marcela y en el hermoso arbolito de Pascuas había un regalo para ella; Marcela reconoció el paquete que el chofer había comprado en la tienda, pero no dijo nada solo le entregó al papá el regalo que ella y su nana le habían comprado. El papá lo abrió y vio una linda corbata. Marcela no abrió su regalo y le dijo al papá que lo abriría más tarde.

El papá se despidió porque iba a salir con unos amigos y le pidió a Marcela que se acostara temprano. Cuando él se fue, Marcela llamó a Jorge el chofer y le pidió que la llevara al hotel que estaba al lado de la tienda donde el había comprado el regalo. El chofer no sabía que hacer si llevarla o no, pero Marcela insistió y él se vio obligado a obedecerla. Al llegar al hotel Marcela se bajó y entró mientras el chofer estacionaba el auto, Marcela ya adentro empezó a buscar al joven cuando lo vio tomando recados en un mesón cerca de la puerta se acercó y le preguntó si ya había comprado los regalos; El la reconoció y le dijo que sí había encontrado una muñequita en una feria y un lindo pañuelo para su señora que le haría juego con el abrigo.

Marcela le dijo que ella le traía un regalo a su hijita y quería entregárselo, pero en ese momento llegó Jorge y le dice a Marcela, pero que hace ese regalo se lo dio su papá, como se lo va a dar a este joven su papá se molestaría mucho si lo sabe ¿y como lo va a saber dice Marcela? y usted tampoco sabe que es dijo jorge porque no lo ha abierto y es de mucho valor. El joven le dice a Marcela yo le agradezco su atención pero mi hijita solo tiene tres años y no necesita nada más que el cariño de sus padres para estar contenta y no sabría apreciar algo de tanto valor creo que debe abrir su regalo, porque su papá se lo ha comprado con mucho cariño y dedicación. No dice Marcela y se pone a llorar este regalo lo compró Jorge mi papá no tiene idea que es, sí dice Jorge yo lo compre pero por encargo de él Marcela lo interrumpe usted lo eligió no él. Al ver a Marcela tan triste el joven le dice abra el paquete y ve lo que es puede ser algo que alguna vez le pidió y él pensó dárselo en esta oportunidad. Marcela recordó que una vez dijo: quisiera tener a alguien a quién querer suave y dulce como un perrito… tomó el paquete y lo abrió y ahí estaba un hermoso perrito blanco de peluche con una tarjetita que decía: a la personita que más quiero te deseo que esta noche seas muy feliz. Marcela abrazó al hermoso perrito de peluche y mirando al joven le deseó una feliz navidad y le dio las gracias porque en ese momento se dio cuenta que el cariño se puede demostrar de distintas formas mi papá no compró el regalo, pero encargó el perrito que yo quería y a mi me pareció tan lindo que usted buscara personalmente el regalo para sus seres queridos; tal vez mañana cuando me llame por teléfono mi mamá pueda decirle lo que hoy he aprendido: “Que la quiero mucho” y creo que eso va a ser el mejor regalo para ella. Marcela se despidió del joven y se fue abrazando feliz a su perrito de peluche.

Elfridia.
16-Febrero-1998

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