Pimpimblu es un conejito que le encanta pintar, mezcla los colores y sin darle forma resulta una pintura llena de matices y su colorido maravilloso.
Su mamá le dice; Pimpimblu tus pinturas son muy lindas, pero tienes que aprender a hacer lo que hacen todos los demás, ser obediente, comer toda tu comida, lavarte los dientes, acostarte temprano para levantarte temprano.
Pimpimblu miraba a la mamá con mucha atención, pero se concentraba tanto con sus pinturas que se le olvidaba todo lo demás. A Pimpimblu le gustaban los colores calidos, rojo, café, amarillo y los mezclaba con los azules; Rojo con azul le daba morado, rojo con amarillo le daba naranjo y así sus colores podían ser una bola naranja bajando por un resbalin, que era una mancha azul que se convertía en un verde azulado que era el pasto para llegar a un café que podía ser la tierra.
Su imaginación volaba, solo se interrumpía cuando su mamá lo llamaba para lavarse las manos para ir comer. Pimpimblu fue aprendiendo poco a poco lo que le enseñaba su mamá y así llegó a ser un gran artista aprovechando sus dones para pintar.
Elfridia.
06-Agosto-2010
06-Agosto-2010
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