La Cajita De Música

¡Que linda cajita!... Tiene unas patitas de metal plateado, es azul como el cielo esas flores de colores tan suaves.  ¡Que linda que es!; está en el velador al lado de la cama y su dueña cada vez que levanta la tapa, toca una hermosa melodía que deja de tocar al cerrarla.

¡Que recuerdos hermosos guarda la cajita! Fue hecha en un país maravilloso de castillos y cuentos de hadas, para una linda joven, una dama o un turista que la eligiera con todo cariño para ese ser ausente que lleva en su corazón.

La dueña de la cajita al mirarla le recuerda el momento cuando se la regalaron, estaba paseando con su esposo por una linda cuidad alemana a orillas del Rhin con viñedos plantados en terrazas hasta llegar casi a la orilla del río.

Una ciudad muy pintoresca de mucho colorido, casas de techos rojos con jardineras en los balcones cubiertos de hiedras y cardenales, sus habitantes con trajes típicos y lleno de turistas entrando a comprar recuerdos y regalos de este lugar tan hermoso.

El joven matrimonio entra a una casa muy grande, llena de figuras de porcelana, relojes cu-cú de todas formas y tamaños, eligen algunos regalos y llegan donde están las cajitas de música; talladas en madera, con enanitos o bandas de músicos pintados de colores que giran al darle cuerda; la joven ve la cajita azul, el señor que la atiende se la pasa sin que ella se lo pida,... la toma... la  abre... y la cajita toca una melodía suave, romántica.  ¡Es muy linda!; el esposo le pregunta si la quiere, ella dice que sí y la cajita es envuelta con los otros regalos.

Han pasado los años y la cajita la ha acompañado siempre; cuando la mira o la toca, le trae recuerdos y sueña con todas esas cosas hermosas que vio y disfrutó con su esposo y piensa en la maravilla que hacen esas mentes y manos laboriosas que convierten la fantasía en realidad dándole forma y color.

Al abrir la cajita y oír su música se transporta a ese mundo maravilloso donde soñó y vivió momentos felices junto a su esposo.

Elfridia.

21-Noviembre-1990