Querida princesa tienes que ayudarme, ¿quién eres tú? Pregunta la princesa muy asustada de ver de repente aparecer un ratón rojo. Yo soy un ratón, contesta él.
¿Cómo quieres que te ayude? ¿Qué quieres? Solo que me quieras y me cuides
como si fuera tu hijo. Yo todavía no me he casado lo interrumpe la princesa y
no me agradas para cuidarte como si fueras mi hijo. El ratón se enoja y le
dice: eres “mala,” no es un sacrificio cuidarme
y así aprenderás para cuando tengas un hijo. No, no lo haré dice la princesa,
vete, desaparece, no te quiero ver. El ratón se enoja aún más:
Princesa si no
haces lo que te pido lo pasaras mal. La princesa empieza a gritar, socorro,
socorro, un ratón rojo, socorro. El ratón desaparece y cuando llegan todos a
socorrerla el ratón ya no está, lo buscan por todas partes, pero no está. Uno
de los pajes le dice: puede haber sido su imaginación princesa; La princesa se
enoja y lo manda salir de su habitación, las doncellas asustadas le dicen a la
princesa: el ratón ya no está y ellas la
van a cuidar. La princesa ordena a los guardias que si vuelve el ratón se lo
lleven y lo pongan en una jaula. Los guardias se van y la princesa se queda muy pensativa. ¿Quién era el ratón?
Esa noche duerme muy intranquila sueña que un príncipe viene a pedir su mano,
ella no quiere casarse y despierta muy asustada; el príncipe era el ratón rojo.
Llama a las doncellas y a los guardias siente miedo no quiere volver a ver a
ese ratón y da ordenes y más ordenes para que lo busquen y lo encierren. Después
de haber dormido muy mal, se levanta y va al jardín y cuando ella menos lo
esperaba aparece el ratón y le dice: Buenos días princesa soy tú querido hijo
dame un beso y una caricia para tener una buena mañana. La princesa empieza a
gritar el ratón, el ratón, no quiero verte, pero el ratón le dice antes de
desaparecer: No digas eso piensa que te puedes quedar sin verme pero me oirás y
me sentirás la princesa deja de gritar no quiere quedar ciega sin poder ver y
además el ratón le dijo que lo oiría y lo sentiría la estaba amenazando “que malvado era.” La princesa mandó
a los guardias que cuando lo encontraran
lo eliminaran. No quería que el ratón volviera. Esa noche estuvo muy inquieta y
así también lo había estado todo el día. En el sueño vio que el ratón se
convertía en príncipe y venia a pedir su mano. Despertó muy pero muy asustada,
no quería saber nada del ratón y este se le aparecía en todas partes, hasta en
sus sueños. Llamó a los sabios del reino, la princesa había perdido a sus
padres cuando era una niña todavía. Ahora no quería casarse y los sabios eran
sus consejeros. Les preguntó ¿Qué puedo
hacer? Ese ratón rojo no me deja desea que lo quiera y lo cuide como si fuera
mi hijo. Yo no lo quiero y no me quiero casar. Los sabios la aconsejaron que se
casara así tendría un hijo y el ratón no la volvería a molestar. La princesa
accedió y se empezó a buscar un príncipe para concertar el matrimonio. La
princesa estaba muy triste, no quería casarse y ese ratón se le aparecía e
insistía que lo cuidara y quisiera como
a un hijo. La princesa le decía yo no te quiero como hijo y yo no te quiero
como mamá le contestaba el ratón. Entonces
ándate y déjame tranquila le decía la princesa y el ratón contestaba has lo que
te pido y los dos estaremos bien. La princesa estaba tan preocupada que empezó
a pensar ¿Porqué le había pasado esto? Ella nunca había querido a nadie, a sus
padres los había perdidos muy pequeña no sabía lo que era querer o preocuparse
de otra persona y este ratón quería que ella lo quisiera como a un hijo era rojo y feo.”
Esto siguió así por unos días hasta que la princesa se
enteró que una de sus doncellas había encontrado al ratón rojo, la llamó y le
preguntó porqué no le había dado cuenta que tenía al ratón la doncella
sorprendida le dice: que encontró al ratón y le dijo: ¡Que lindo ratoncito! Yo
te voy a cuidar para que no te pase nada malo y el ratón se fue con ella. ¿Te
pidió que lo quisieras y lo cuidaras dice la princesa? No tuvo necesidad de
pedírmelo contestó la doncella, el cariño nace solo y cuando uno quiere desea
cuidar al ser querido sea hijo padre o esposo yo aprendí eso de niña, se es
feliz cuando uno quiere aunque no sea correspondido, porque al querer el
corazón se inunda de alegría y no solo das también recibes la felicidad de saber
que eres querido. La princesa no entendió mucho, pero pensó que el ratón la
dejaría tranquila, pero no fue así el ratón seguía insistiendo y los
pretendientes llegaban a pedir su mano, los sabios aconsejaban casarse lo antes
posible para que el ratón rojo se fuera, pero la princesa no quería casarse.
Hasta que un día el ratón le dijo: has la prueba de quererme y yo tratare de
ser un buen hijo. La princesa lo pensó y empezó a mirarlo con más atención; No
era tan feo y su color rojo lo hacía más llamativo; Mandó que le arreglaran una
habitación con cama y muebles a su medida y ropa real el ratón pidió de color
rojo y así toda la dedicación de la princesa era para él, pero todo seguía
igual ella no lo quería como hijo y el ratón por lo que se veía no la quería
como mamá. Su relación había mejorado, la princesa lo trataba mejor y el ratón
correspondía a sus atenciones, pero ninguno se sentía como el ratón quería: la
princesa no quería ser mamá de un ratón rojo y el ratón le pedía que lo
quisiera como un hijo. Los días fueron pasando y sin darse cuenta se fue
creando un sentimiento de amistad que pronto se convirtió en cariño, no como de
madre a hijo, pero sí de cuidados y atenciones hacía el ratón hasta que un día
el ratón rojo desapareció. La princesa se sintió muy triste le faltaba su
presencia y se dio cuenta que lo quería no como a un hijo, pero sentía cariño
por él. En ese momento apareció un hada y le dijo: tú has aprendido a querer y
el príncipe aprendió una lección que nadie le había podido dar. No ser tan
arrogante e interesarse por los demás y cuando se recibe cariño se desea dar y
corresponder a ese sentimiento que es maravilloso, nace solo y te une al ser
querido para siempre. La princesa no dice nada el hada desaparece y en ese
momento llega el príncipe a pedir su mano. La princesa lo reconoce al instante
aunque solo su capa es roja y acepta ser su esposa. El príncipe le dice: que
desde el momento que se fue no ha dejado de pensar en ella y desea que sea su
esposa y cuando tengan un hijo darle los dos
ese amor y cariño que no tuvieron ellos por haber perdidos a sus padres.
El príncipe se arrodilla y besa su mano la princesa le sonríe y sus ojos llenos
de luz de la alegría que siente en su
corazón envuelve al príncipe que le devuelve su mirada con todo su amor.
Elfridia
19*Marzo*2013
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