domingo, noviembre 17, 2013

La bruja revoltosa y su gato gruñón

Esta era una bruja que le gustaba hacer travesuras a su gato que no tenía buen genio y muy poco sentido del humor y rezongaba con cada ocurrencia de su dueña.

Un día que andaban de paseo se puso a hacer piruetas en la escoba y le decía al gato ahora con un pie parada, sin manos, a que tú no puedes hacerlo, el gato  con cara de pocos amigos no se atrevía y la bruja le hacía burlas, mira como me quedo en el aire, mi escoba es mágica, no seas cobarde inténtalo. El gato estaba muy enojado y con un gruñido pegó un salto tratando de quedar en el aire, pero se fue directo al suelo y quedó maullando, la bruja se reía, pero si los gatos tienen siete vidas y siempre saben como caer ¿Qué te pasa gruñón? El gato seguía maullando se había golpeado una pata y le dolía; la bruja bajó de su escoba y examino la pata de gruñón y le dijo solo ha sido un golpe, pronto estarás bien voy a tener que enseñarte a caer. Así todos los días la bruja le enseñaba a gruñón a pararse, a saltar, a caer en la escoba porque la bruja le tenía una escoba solo para él.

Gruñón aprendió a hacer las piruetas que le enseñó la bruja y se le quitó un poco su mal genio, porque ahora sabía como hacerlo. La bruja lo felicitó y le dijo: Siempre las cosas parecen más fáciles cuando se aprende a hacerlas.

                                                                                                          Elfridia
                                                                                              29-Noviembre-2013

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