domingo, febrero 02, 2014

Carta al Profesor














Estimado profesor
No imagina las veces que me he acordado de usted y mis lecciones de piano que fue como reencontrarme con el pasado, mi niñez de los siete a los catorce años, es cierto que deseaba con todas mis fuerzas volver a tocar como lo hacía hasta el momento  que cerré la tapa del piano y me puse a pololear. Después de tantos años ya abuela sentí la necesidad de volver a tocar el piano, no es tan fácil, no es mover los dedos y hacer sonar una nota tras otra como usted lo dijo: Hay que adquirir la mecánica con práctica y estudios para poder traspasar lo que llevamos dentro, nuestros sentimientos, a esa música maravillosa que crearon artistas privilegiados.

Creo que fue muy bueno habernos conocido volví a tocar gracias a usted y aunque no le dedico el tiempo suficiente a la música tanto como yo desearía si me pongo a practicar  algunos meses puedo volver a empezar como  me enseñó a hacerlo.
Hay momentos en la vida que uno recuerda con agrado y esas son mis lecciones de música y aunque no fui tan buena alumna como habría deseado.
Las charlas que tuvimos me ayudaron mucho, se nos habría pasado la tarde conversando; El ser humano aprende cada vez cosas nuevas y yo he estado siempre atenta a aprender: Sigo pensando que una frase dicha al azar que me agradó mucho trajo a mi vida un mundo desconocido que estaba dentro de mí que había estado siempre ahí: Creo que la recordará me dijo así: Voy a hacer un Sortilegio para que Chopin la deje tocar el vals. Me gustó mucho esa palabra, no la busqué en el diccionario, pero se produjo algo mágico, Chopin no se opuso a que yo tocara el vals, no tan bien como yo quería, pero su gran amor Aurora Dupin {la escritora George Sand} me despertó de mi apacible vida para entregar todo lo que había en mí, sin saber que sabía y así me di cuenta que podía traspasar al papel en unas líneas lo que soñaba y sentía.
Le agradezco su paciencia y dedicación deseé ser su mejor alumna, no lo fui, pero no pierdo la ilusión de llegar  en un momento a tocar como desearía hacerlo libremente con toda esa fuerza que llevamos dentro que se manifiesta en amor, rebeldía y pasión como la polonesa de Chopin, mi música preferida.
Le deseo que esté bien y le agradezco nuevamente su paciencia y dedicación.
                                                                                                   Elfridia
                                                                                                    Talca*15*Mayo*1993


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