La princesa
vivía en un castillo junto al mar que estaba construido en las rocas cercados
por bosques nativos de la precordillera y macizos de montañas de nieves
eternas. Sus padres los reyes habían fallecidos y su hermano mayor había
heredado el trono. La princesa adoraba a sus padres; Al morir la reina el rey
no pudo soportarlo y lo consumió la tristeza quedando solo la princesa y su
hermano mayor.
La princesa entró en una depresión y el joven rey temiendo que
siguiera el camino de sus padres la llevó al castillo de verano junto al mar
dónde habían pasado momentos tan felices. Issai era el nombre de la princesa y estaba
acompañada por doncellas, pajes, guardias y además dos sabios que cuidaban de
su salud, todo lo que sucedía se le reportaba al joven rey.
A Issai le
encantaba el mar pasaba mucho tiempo caminando por la arena dejando que las
olas mojaran sus pies y su ropa terminara empapada, al ver esto las doncellas y
los pajes iban a buscarla y la llevaban al castillo, otras veces se quedaba
junto a una ventana mirando fijamente el mar, entonces venía uno de los sabios
y le decía: que mira princesa que atrae tanto su atención, Issai contestaba el
mar, el mar me llama, deseo irme con él. Princesa le dice el sabio el mar es
majestuoso, es encantador, pero también es peligroso. Le agradaría que llamara
al profesor de arte, o a una doncella a hacerle compañía y bordar esos tapetes
que he tenido la oportunidad de ver y han recreado mis ojos. Issai lo mira
en forma distraída y le dice: Gracias por preocuparse por mí, pero solo deseo
estar sola y mirar el mar, su movimiento incesante me atrae, sus olas me
envuelven y me siento llevada mar adentro, una sensación extraña invade todo mi
ser, pierdo la noción del tiempo y deseo dejarme llevar. Princesa dice el sabio
saque de su mente esos pensamientos que pronto llegará su prometido, su hermano
el rey la ha dado en matrimonio y el príncipe vendrá a conocerla y a fijar la
fecha de la boda.
Yo no
quiero casarme dice Issai estoy enamorada del mar. El sabio le dice: si, el mar
la tiene encantada, pero como princesa tiene deberes y obligaciones que cumplir
y una de ellas es casarse y continuar la dinastía tener hijos y gobernar el
reino que le han dejado sus padres. Issai lo mira largamente y solo le dice puede
retirarse. El sabio se retira y totalmente alarmado después de hablar con el
otro sabio le mandan un mensaje al joven rey poniéndolo en conocimiento de la situación.
La princesa
esta triste, no desea casarse y dice estar enamorada del mar.
Issai sale
a caminar la playa esta desierta
El sol
empieza a ocultarse en el mar, el azul del cielo va cambiando de color, rojo,
dorado, carmesí los arreboles hacen mirar a Issai esta maravilla y el sol al
ver a Issai ta bella tan frágil desea llevársela y sus rayos de luz van en
busca de Issai formando un camino sobre las aguas del mar y con miles de
pequeñas luces que brillan como estrellas invitan a Issai a irse con ellas. El
mar se da cuenta de lo que pretende el sol, levanta sus olas y deshace el camino
de estrellas que los rayos del sol habían formado para Issai. Al sol le quedan
pocos momentos para ocultarse en el mar y las olas no lo dejan llegar hasta
Issai y termina perdiéndose en el mar. Issai no sabe que pasó, ese camino
maravilloso que la invitaba, pero las olas ayudadas por el viento lo barrieron,
ella se sintió tan atraída, pero el sol se perdió en el mar, a quién debía
seguir al sol o a el mar, lo que sentía al mirar el mar era como formar parte
de él, era majestuoso, encantador y peligroso había dicho el sabio, ella se
perdería al sumergirse en sus aguas desaparecería como desapareció el sol al
atardecer, pero el sol saldría al amanecer radiante lleno de luz y calor
anunciando un nuevo día lleno de vida. Issai despertó de su tristeza, había
estado enamorada del mar, pero el sol la hizo despertar ella era muy joven y
todavía podría ver muchos amanecer.
Elfridia 2*Julio*2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario