Ana Soñaba
día tras día con un príncipe azul que la venía a buscar en un caballo blanco y
la llevaba a su palacio; su sueño era tan real
que cerraba los ojos y veía el palacio entre las montañas en el lugar más
alto, lo rodeaba un río y solo se podía entrar por un puente levadizo; el lugar era tan lindo los jardines y los
bosques le daban deseos de perderse entre esa maravilla de árboles y flores
pero su sueño no llegaba más allá nunca había entrado al palacio y su príncipe
no tenía rostro no podía imaginarse su cara y eso la hacía poner muy triste. Ana
pensaba que cuando lo viera lo iba a reconocer inmediatamente.
Un día se
encontró con una anciana que al verla con los ojos cerrados le pregunta ¿En que
estás pensando Ana? Ella abre los ojos y le pregunta ¿quién eres y porqué sabes
mi nombre? La anciana le responde no te
preocupes por mí vengo a hacer tu sueño realidad, pero como es posible si no me
conoces. Ana dice la anciana pon atención a lo que te voy a decir: cuando se
vaya la tarde y el sol se oculte en las montañas llegará tu príncipe azul a
buscarte y te llevará a su castillo ¿a su castillo pregunta Ana? Yo en mi sueño
veo un palacio, es un castillo dice la anciana tú ni si quiera te lo has podido
imaginar, como tampoco le has visto el rostro al príncipe azul, pero dice Ana
lo voy a reconocer apena lo vea. La anciana sonríe y le dice: la realidad es
muy distinta de las fantasías. Dime anciana entonces ¿mi sueño se va a hacer
realidad? Tu sueño es tu sueño y la realidad puede ser mejor que tu sueño o
convertirse en una pesadilla. Por favor ni digas eso dice Ana: he esperado
tanto por este sueño. Se va a hacer realidad dice la anciana, pero tu tienes
que poner de tu parte para que eso suceda y cuando tu veas si es un palacio o
un castillo y el rostro del príncipe tu sueño se hará realidad y dicho esto
desapareció. Ana quedó muy intranquila y esa tarde salió a caminar y a lo lejos
vio a un joven sentado entre unas ruinas que alguna vez fueron un castillo,
pero ya no quedaba nada. El joven al verla se levantó y la saludo luego le
preguntó ¿puedes decirme si este terreno
es parte de la Colina Hermosa ?
Sí le contesta Ana, el joven la mira y la encuentra muy linda y le dice vives
cerca, si dice Ana y le pregunta ¿Qué haces aquí? El joven le contesta soy el
dueño de Colina Hermosa y creo que estas ruinas que alguna vez fueron un
castillo son parte de la propiedad, serías tan amable de darme un vaso de agua.
Ana lo mira y ve al príncipe de su sueño ese rostro está segura que es él. La
anciana tenía razón. Su sueño era un
sueño, pero vivir la realidad era mucho mejor.
Elfridia 27*Julio*2015
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