La bruja miraba complacida su obra, había terminado el castillo el resultado era maravilloso. Cuantos años pasó recorriendo lugares, buscando lo que quería para su castillo y ahora estaba terminado con la ayuda de la escoba mágica que se llamaba Asollivaram y se la había regalado un árabe, pero le faltaba un príncipe para completar los adornos del castillo; Zilef que era el nombre de la bruja le dice a su escoba mágica Asollivaram me tienes que buscar un príncipe para mi castillo, pero ¿para qué quieres un príncipe le dice Asollivaram?
En un
castillo debe vivir un príncipe le dice la bruja Zilef. Así empezaron a buscar
el príncipe para Zilef; no fue fácil hasta que un día vieron un grupo de
nobles que corrían detrás de un zorro
iban montados en hermosos corceles y regiamente vestidos, mira Asollivaram allí
deben ir varios príncipes y yo voy a elegir uno de ellos dice Zilef y después
de elegirlo le dijo a la escoba mágica llévame al castillo y vuelves a buscarlo
sin que nadie los vea. Asollivaram cumplió su orden, dejó al príncipe a la
entrada del castillo y la bruja Zilef arriba de su escoba volaba alrededor de él.
Cuando el príncipe despertó porque Asollivaram lo había hipnotizado se extrañó
de estar en un lugar desconocido ante un castillo majestuoso y una bruja
sentada en su escoba que revoloteaba cerca de él. Zilef le dice eres mi
invitado entremos al castillo. El príncipe se siente sorprendido y le dice: ¿con
quién tengo el gusto de hablar quién es mi gentil anfitriona? Zilef lo mira
desconcertada y le dice mi nombre es: Zilef y soy la dueña del castillo. Es un honor para mí ser su
invitado, pero cual es el motivo dice el príncipe.
El motivo
es que yo quiero un príncipe para mi castillo y lo he elegido y ahora entremos;
El príncipe estaba tan sorprendido que no sabía que pensar, pero debía calmarse
hasta saber que quería la bruja. Zilef le mostró el castillo realmente era
maravilloso, muros de mármol rosado, verdes, cristales, maderas finísimas
alfombras persas, telas exquisitas de pura seda era un lujo que no se lo habría
podido imaginar; No se atrevía a hablar ni a preguntar tenía que ver como se
iba a ir desarrollando esta situación para él tan complicada. Zilef le dice
ahora vamos a subir a ver sus aposentos, los dormitorios están arriba,
Asollivaram puede subirlo si lo desea, gracias le dice el príncipe puedo subir
a pie, ¿acaso no se baja nunca de la escoba? Es más rápida dice Zilef, me gusta
volar y camino cuando lo deseo.
Los
aposentos del príncipe eran soñados el
baño de mármol con espejos, una cama muy grande con todo lo que pudiese desear,
el príncipe no sabía que pensar estaba soñando o su imaginación lo estaba
traicionando y le dice: ¿Puedo llamarte Zilef? ¿Me puedes decir que es lo que quieres de mí?
Todo castillo tiene un príncipe y tú
eres un príncipe y yo te he elegido para mi castillo dice Zilef. Me has dicho
que soy tu invitado, pero no he venido por mi propia voluntad tú escoba me
hipnotizó y ahora no se cuanto tiempo he de permanecer en el castillo dice el
príncipe, pero como no lo entiendes, quiero que vivas aquí en el castillo
conmigo no quiero ser una princesa soy feliz como soy y solo quiero ver como
vive un príncipe en mi castillo. El príncipe se sintió perdido, no podría
escapar con la bruja y la escoba mágica vigilándolo; La única posibilidad sería
conquistar a la bruja para que lo dejara volver a su castillo.
Que crees
tu pequeño lector el príncipe se enamoró de Zilef y se quedó a vivir con ella o
la bruja Zilef lo encantó y vivieron felices para siempre.
Elfridia 17*Abril*2016
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