domingo, octubre 30, 2016

Un Paseo Junto al Lago

 









Roberto y Alejandra se conocieron en un camping, fue un verano maravilloso junto a un lago de aguas azules y cristalinas al pie de las montañas que aún conservaban las nieves del invierno en sus cumbres más altas, el paisaje era maravilloso desde el amanecer cuando aparecía el sol hasta que se ocultaba.
Roberto estaba por terminar sus estudios quería seguir agronomía, su padre tenía un campo y a él le gustaba la tierra desde niño todos los veranos se levantaba temprano a trabajar junto a su padre que los regueros estuvieran limpios para que las aguas regaran las viñas, las huertas, los frutales, le gustaba trabajar con los campesinos en las cosechas y disfrutaba con con las fiestas y tradiciones de esta gente que trabajaba de sol a sol y daba gracias  en esa forma de todo lo que le daba la tierra como una recompensa a su trabajo. Ese verano Roberto conoció a Alejandra, ella era linda, inteligente y quería tener una carrera diplomática, su sueño era ser embajadora, viajar, aprender varios idiomas, asistir a conferencias, conocer a gente cambiar ideas, tratar de solucionar problemas que son generales en todo el mundo, como la pobreza, el alfabetismo, enseñar a la gente como vivir mejor, higiene, limpieza, orden, aprovechar lo que tienen sacándole provecho, pero todo esto era una tarea muy larga y tener mucha paciencia para lograrlo. 
Alejandra tenía mucha personalidad y se veía que lucharía por conseguir su sueño;
Roberto se la imaginaba en una gran recepción siendo admirada y escuchada por todos, pero en un momento esa imagen se borraba de su mente y la veía a su lado junto al lago y deseaba compartir con ella su futuro en el campo. Ella estaba llena de vida, de proyectos que no eran los suyos, eran tan diferentes, a su vez Alejandra se sentía tan bien con Roberto era atento, muy claro en sus ideas de lo que quería y como conseguirlo, con estudios dedicación y paciencia, pero como le gustaría a ella tenerlo a su lado, se sentía atraída por él su mirada, la atención a lo que ella decía, el agrado como le enseñaba sus conocimientos de la naturaleza, de la tierra, de las plantas, de los árboles, la lluvia, el sol, la luna todo lo que influye en la gestión y desarrollo de una semilla, de una planta, de un árbol, ella se quedaba admirada de todo lo que sabía y él decía que había nacido en el campo que le gustaba que lo quería y que era su vida.
Fue un verano maravilloso estaban juntos todo el día y todos los demás desaparecían, porque se envolvían en un mundo que era solo de ellos. Se terminaron las vacaciones, se despidieron, pero no hubo ni una sola palabra de volverse a ver.
Alejandra vivía en una gran ciudad de su padre era diplomático de carrera y él vivía en el campo su padre era agricultor y sus sueños seguirían caminos muy distintos.
¿Querido lector que crees tú, Roberto y Alejandra volvieron a encontrarse?
Sí, se casaron, pero uno de los sueños no fue realidad, Alejandra renunció a su sueño de ser embajadora pudo más su amor por Roberto que la conquistó haciéndola sentir que era lo más importante en su vida.

Elfridia      29*Septiembre*2016  

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