Cerca de un
castillo había un bosque que lo llamaban El Bosque Rojo, porque el color de las
hojas de los árboles era rojo; mucho, pero muchos años atrás el rey había hecho
plantar árboles en un lugar donde caía una cascada que se convertía en una
pequeña laguna, las flores silvestres y helechos la rodeaban, pero el rey encontró que tenía
poca vegetación e hizo plantar árboles con un follaje rojo o sea que sus hojas
de preferencia fueran rojas.
Con el
tiempo estos árboles crecieron y en el Otoño al verlos de lejos era un
espectáculo maravilloso, la cascada con sus aguas cristalinas cayendo en la
pequeña laguna que reflejaba como un espejo el color de las flores, los
helechos y esa llamarada roja de los árboles que en las tardes cuando el sol se
empezaba a ocultar sus rayos lo convertían en un lugar encantado. El príncipe
bisnieto de este rey no se cansa de admirar esta maravilla de la naturaleza con
un toque de la mano de su bisabuelo, al quedarse allí en medio de este
espectáculo de colorido y belleza, podría estar sin darse cuenta del tiempo
sintiéndose parte de este lugar tan hermoso.
Los años
pasan y lo que hace el hombre sea rey, príncipe, u hombre sin títulos tan
importantes queda y puede seguir siendo admirado por los que llegan y ayudados
por sus conocimientos darle un toque a la naturaleza que con su magnífica
belleza nos deja disfrutarlos.
Elfridia 31*Agosto*2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario