El Niño y el Conejo
Escrita el 10*Abril*1990
En una casa antigua de dos pisos vivía feliz un niño, con sus papás. Llegaba del colegio,
subía corriendo la
escala y arriba lo esperaba su conejo regalón que era una bolita blanca y suave
las orejas largas y ojos rojos, él dejaba sus libros y cuadernos y bajaba a
jugar con el conejo, Tomaban onces juntos y lo
acompañaba muy quieto a hacer las tareas, el conejo le cortaba las uñas a mordiscos, pero como no
quedaban parejas la mamá se las limaba, no necesitaba hablarle donde él iba el
conejo lo seguía y en la noche dormía junto a su cama los dos eran muy felices, se querían
mucho. Un día al volver del colegio subió corriendo la escala y el conejo
no estaba lo buscó por todas partes y no lo encontró. Su
mamá lo llevó al dormitorio y le dijo que el conejo se había ido, que no
volvería y que tenía que conformarse. El niño se puso a llorar, no podía
entender porqué se había ido si él lo quería tanto, sentía una pena inmensa en
su corazón y su mente se rebelaba porqué, si los dos eran tan amigos se había ido,
porqué no volvía a jugar con él. Porqué no volvía a estar con él. Esa mañana el
conejito había muerto de una pulmonía fulminante. La mamá trató
de consolarlo y poco a poco fue pasando la pena, pero el niño no olvidaba a su
conejo Llegaba del colegio, subía lentamente la
escala esperando y deseando encontrar arriba a su conejo, pero llegaba al último peldaño y el conejo no estaba. Se iba a
su dormitorio y se encerraba con sus libros y cuadernos, ya no bajaba a jugar, Se
concentró tanto en sus estudios que pronto se vieron los resultados mejoraron
todas sus notas y fue el primero del curso. . Sus papás estaban muy contentos, él se sentía feliz,
pero no podía olvidarse de su conejo; Los recuerdos venían a su mente, lo veía
arriba de la escala esperándolo, jugando en el patio de piedras y corriendo detrás de la
pelota, tomando onces juntos, sorbiendo la leche de su taza, y quieto mientras
él hacía sus tareas, los mordiscos que daba a sus uñas hasta recortarla en la
noche , junto a su cama.
Que hermosos recuerdos, jamás podrían irse de
su mente. En ese momento se dio cuenta que su conejo estaría con él para
siempre.
Con todo cariño para Manuel Arturo
Elfridia 22*Marzo*2020
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