Era una princesita muy inquieta nunca estaba conforme con nada todo lo que quería se lo daban, pero seguía buscando sin saber lo que buscaba. Una noche en el sueño se le apareció un hada y le preguntó qué quieres? ¿Que buscas?
La princesita le respondió: busco la belleza, la felicidad. El hada le dijo: No quieras ver mas allá de lo que ves, aprecia lo que tienes y en el momento que lo tienes la belleza y la felicidad van juntas, pero debes admirarlas en el momento que la ves. Si tienes un lindo día de sol disfrútalo no veas las nubes que pueden nublarlo y convertirlo en una tormenta y aún si así fuera la tormenta tiene su encanto es la fuerza desatada de la naturaleza; Debes saber apreciarla en su magnitud. La belleza da felicidad si puedes verla vas a ser feliz. La princesa despertó y todo le pareció diferente; El sol que entraba a su habitación la iluminaba con una claridad que nunca antes había visto, su doncella entró a despertarla era muy bonita tenía una sonrisa alegre y sus ojos café reflejaban su juventud; Como nunca antes se había dado cuenta que esta doncella era dulce y la atendía con cariño.
Bajo al jardín y vio los árboles y las flores aún mojadas por el rocío de
la noche, los rayos del sol jugaban entre las hojas y hacían deslizarse las
gotas de agua como si fueran cuentas de cristal hasta caer en la tierra húmeda
y desaparecer lentamente. El sol era muy travieso con sus rayos daba infinidad
de colores al agua que caía de la fuente y salpicaba el jardín como piedras
preciosas. Era maravilloso…. Su alma se sentía llena de felicidad como estando
todo tan cerca nunca se había dado cuenta de la belleza de las cosas que la
rodeaban. Pensó en el hada y le agradeció que le hubiese hecho ver que lo que
buscaba estaba en ella y en todo lo que la rodeaba; Si ella miraba en forma
positiva con amor y alegría todo lo encontraría hermoso su búsqueda había
terminado. Sabía lo que quería. se sintió feliz.
25 Mayo-1990
Elfridia
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