En una casa
grande donde vivían tres niños con sus papás y sus nanas, tenían una habitación
para jugar; era toda para ellos,
espaciosa, con una puerta de madera de dos hojas hasta la mitad y para arriba
vidrios con postigos también de madera; la habitación no tenía ventanas, pero
había un tragaluz en el techo que la iluminaba; tenían toda clase de juguetes y
juegos. Un patín, un auto rojo a pedales y un triciclo que era de Camila la más
pequeñita.
Los dos
niños mayores invitaban a algunos amiguitos y jugaban al pillarse, a la
estación, donde cada uno daba una vuelta en patín y pagaba un boleto al jefe de
estación que era uno de ellos con gorra y pito. En la habitación había espacio
para todo, cerraban la puerta y la aseguraban con un picaporte que embutían en
el suelo. Una tarde que estaban jugando con sus amigos a la pelota, en un
momento que corrían de un lado para otro sintieron un ruido en la puerta y ésta
se abrió de par en par. Los niños se quedaron quietos mirando pero no entró
nadie.Camila fue
la primera en reaccionar y dijo: “entró el caballero gordo”; Todos la miraron,
el hermano mayor se acercó a la puerta salió y no vio a nadie, volvió, cerró la
puerta, primero a un lado después a el otro y le puso el picaporte. Siguieron
jugando, no pasó mucho rato y la puerta volvió a sonar y se abrieron los dos
lados al mismo tiempo. Los niños entre asustados y nerviosos gritaron a coro
“el caballero gordo”…”el caballero gordo”… se
rieron y siguieron jugando. Esa noche
le contaron a los papás lo que había pasado, ellos no le dieron mayor
importancia, les dijeron que entre las carreras y saltos se pudo soltar el
picaporte y se abrió la puerta, pero les llamó mucho la atención lo del
caballero gordo; le preguntaron a Camila porque había dicho lo del caballero
gordo. Camila les
respondió: debe ser un señor muy gordo tuvo que abrir los dos lados de la
puerta para poder pasar. Los papás se rieron y celebraron mucho a Camila por su
ocurrencia; y así cada vez que estaban jugando y se habría la puerta, todos
saludaban al “caballero gordo”. Pasaron los
años, los niños crecieron dejando de ir a la sala de juegos pero guardaron para
siempre en sus recuerdos las visitas del “caballero gordo.” Elfridia *30*Octubre*1990
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