Esta era una hormiguita que anda que te anda había recorrido gran parte de los campos y pueblos vecinos, su nombre era Aurilu y le gustaban mucho todas las cosas dulces se daba grandes banquetes con las frutas silvestres y todo lo dulce que encontraba a su paso.
Un día se encontró con otra hormiguita mucho más pequeña y la invitó a seguir juntas su camino así se acompañarían y sería más entretenido. La pequeña hormiga se puso muy contenta ya no estaría sola y se sentiría más protegida; su nombre era Miele y se había extraviado de sus compañeras, tal vez un día se encontraran de nuevo.Aurilu y
Miele estaban felices se subían a los árboles, caminaban por las piedras
siempre alejándose de los ríos y lagos porque no sabían nadar y se ahogarían, pero buscaban alguna manera de atravesarlos,
en un tronco, en una rama o en una hoja. Aurilu así lo había hecho era muy atrevida y
valiente se había llevado varios sustos porque el viento la había empujado y la
corriente del agua era muy rápida ella había creído que no llegaría a la
orilla, pero no fue así el viento la dejó cerca y remó hasta tocar tierra; todo esto se lo
contaba a Miele que habría sus ojos, y casi no podía creerlo, ella no se
embarcaría en una hoja, no sabía nadar y se ahogaría. Aurilu pensó que Miele no
sería una buena compañera en sus
aventuras, era pequeña y miedosa estaría mejor en una casa más segura, pero
Aurilu quería seguir su camino lleno de emociones y aprendiendo cosas nueva
cada día.
Miele se
dio cuenta que Aurilu era muy distinta a ella, tendrían que separarse, pero le
pidió que la dejara cerca de una casa. Aurilu aceptó y la dejó en la primera
casa que encontraron. Se despidieron con mucha pena habían sido buenas amigas.
Aurilu quedó de visitarla si regresaba por esos lugares.
25-Febrero-2011- Elfridia
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