Este era un príncipe que vivía en un palacio azul y en sus jardines
había una fuente y sus aguas eran cristalinas, tan limpia y trasparente que en
el día se reflejaba el Sol dándole a la fuente toda su luz y resplandor y en la
noche la Luna la
iluminaba acompañada de las estrellas que la bañaban en esas aguas tan claras.
El príncipe contemplaba al Sol en el día y en la noche a la Luna y cada vez quedaba más
maravillado. Creía que la fuente era mágica y que atraía al Sol y a la Luna, tanto los miraba que se
enamoró de la Luna;
era como si una princesa acompañada de sus doncellas se bañara en la fuente.
Una noche se atrevió a salir de su palacio para ver más de cerca a la Luna, pero al momento de
poner un pie fuera del palacio desapareció la Luna y las estrellas, quedando solo la fuente con
sus aguas cristalinas. El príncipe se acercó a la fuente y le dijo: estoy
enamorado de la Luna
que puedo hacer para acercarme a ella? La fuente movió sus aguas y formando
unas palabras le respondió: Tú deseo no puede realizarse la Luna es la princesa de la
noche y el sol el rey del día son maravillosos e inalcanzable. No eres tú el
único que desea estar con ella; a todos les da su luz y belleza, pero no pueden
acercarse a ella. El príncipe se sintió desilusionado, entonces la fuente
reflejó la imagen de una hermosa joven y
el príncipe al mirarla se imaginó que era la Luna a la luz del día, pero la fuente movió
nuevamente sus aguas y escribió en ellas: No es la Luna, pero esa joven llegará
a tu vida. Unos días después recibe el príncipe la invitación de un rey a la
fiesta de compromiso de una de sus hijas. El príncipe decide ir y al llegar al
castillo es recibido por el rey, la reina y sus tres hijas, todas muy hermosas,
pero una de ellas es igual a la imagen reflejada en la fuente y para el
príncipe es la misma imagen que él tiene grabada en su mente de la
Luna. La princesa es la hija menor del rey
y el príncipe pide su mano; El rey le dice que la princesita es tan coqueta
como la Luna,
les regala su belleza a todos pero no acepta a ninguno. Al príncipe le
sorprenden estas palabras y le dice al rey que él conquistará a la princesa y
se casara con ella. El príncipe se acerca a la princesa que es muy hermosa, sus
cabellos negros, sus ojos llenos de luz, sus facciones finas y su figura
esbelta y bella como la Luna
que tantas noches había admirado desde la ventana de su palacio. La princesita
coquetea con él, pero se siente totalmente atraída por este príncipe que la
corteja y desea hacerla su esposa. El romance termina en boda.
El príncipe del palacio y la fuente azul se casa con la princesa que
para él era el reflejo de la Luna
que había visto en la fuente.
Elfridia Talca*
23*Octubre*2012
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