Ayuda, ayuda, mi collar de coral ha desaparecido; así gritaba y
corría la princesa, las doncellas lo buscaban por todas partes y los guardias
ayudaban; el rey y la reina salieron de sus habitaciones a los gritos de la
princesa y el rey le preguntó:
Que ha
pasado? La princesa entre llantos le dijo: que su collar de coral no estaba en
el cofre que ella lo guardaba y era el collar que le había traído de regalo de
unos de sus viajes el príncipe su prometido que pronto llegaría a fijar la fecha
de la boda, la princesa no paraba de llorar. El rey mandó a sus guardias a
interrogar a todos los habitantes del
castillo y una de las doncellas dijo: haber visto al duende en las habitaciones
de la princesa cerca del cofre de las joyas, pero eso era todo lo que había
visto. El rey pregunta Qué hacía el duende ahí? No lo se contesta la doncella,
pero como se que el duende es muy travieso puede haber tomado el collar para
esconderlo, porque así lo hace con la cocinera, le esconde los sartenes, las
tapas de las ollas y a los guardias los guantes, los cascos y algunas veces
hasta los zapatos. El rey manda a buscar al duende, pero los guardias le dicen.
Que no saben dónde buscarlo nadie sabe dónde esta ni donde vive solo aparece y
desaparece. El rey está indignado y les grita si no lo encuentran todos serán
castigados. El duende estaba arriba de una escala que conducía a la torre y se
preocupó a él le gustaba hacer travesuras, pero no que por eso castigar a
personas inocentes, tenía que volver el collar a su sitio sin que nadie se
diera cuenta; no sería fácil ya que todo el castillo estaba revolucionado y
además con la llegada del príncipe. Bajo con mucho cuidado y se fue a las
habitaciones de la princesa. Ella estaba en su dormitorio vio al duende y le dijo: devuelve mi collar, mi prometido esta por llegar y yo
quiero lucirlo para él. El duende le contesto: Princesa vengo a devolverlo solo
era una broma nunca pensé que se armaría tanto alboroto, yo no quiero que nadie
sufra por mi culpa; aquí tiene su collar puede lucirlo para el príncipe y le
pido que no castiguen a inocentes por una acción que no han cometido. No lo
hice con mala intención y no lo volveré a hacer no resultó gracioso como
pensaba y se ha armado tremendo alboroto. La princesa no alcanzó a responder y
el duende desapareció. El rey nunca supo como ni dónde apareció el collar. Solo que cuando
llegó el príncipe la princesa lucía radiante y llevaba puesto el collar de
coral. El príncipe la encontró muy hermosa y le dijo que era un agrado ver el realce
que le daba a su belleza el collar que él le había traído de regalo.
Elfridia* 15*Abril*2013.
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