Myrcella y su pequeño perro Lizzi se van de paseo y al seguir un sendero por el bosque se encuentran en un lugar encantado, el azul del cielo, todo es de un color diferente el verde del pasto y las flores son muy lindas y hay dos árboles que están bailando, mueven sus ramas como si fueran brazos y su cabeza sigue el compás de esta música que se compone del susurro del viento, el trino de los pájaros, el suave movimiento de las flores y el pasto y un riachuelo que corre entre las piedras que le da un toque mágico al cantar en su camino y llevarlos a todos a seguir el compás de esta música tan original. Los árboles mueven sus cabezas y sus hojas como una cabellera al viento danzan en armonía con la naturaleza esta creación musical.
Myrcella empieza a bailar, pero Lizzi no parece estar muy entusiasmado y ladra rompiendo el armonioso sonido del conjunto de los habitantes del bosque. Myrcella lo hace callar y lo invita a bailar, Lizzi se calla, pero solo se limita a mirar y escuchar este espectáculo que a él no le hace ninguna gracia. Myrcella está encantada no pararía de bailar la van envolviendo los árboles, las flores, el viento el riachuelo todo este conjunto de seres que habitan en el bosque, el azul del cielo que le dan deseos de volar. Lizzi vuelve a ladrar y esta vez está decidido a no callar. Myrcella se da cuenta que deben volver el tiempo pasó muy rápido para ella fue solo un segundo, pero Lizzi sigue ladrando y ya no es posible hacerlo callar. Myrcella le dice: Lizzi este lugar es mágico y tú no paras de ladrar nunca había sentido tantos deseos de quedarme y ser parte de todo esto, es como si formara parte de él, pero tú me vuelves a la realidad. Vamos Lizzi volvamos que si es un sueño ha sido maravilloso y creo que nunca lo olvidare. Lizzi corre adelante y Myrcella lo sigue sin volver la cabeza hacía atrás, quiere recordar todo lo que vivió, música, baile y todo lo que sintió en ese lugar encantado en solo un segundo para volver a la realidad.
Elfridia
19-Marzo-2013
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