Que agradable es estar en la barca en medio del lago, al garete dejándome llevar mecida por las aguas como cuna de recién nacido y por el viento que la empuja y mueve mis cabellos, el sol acaricia mi piel jugando con sus rayos, me muevo de un lado a otro, pero cuidado. Como todo juego debo estar atenta me puedo quemar.
La vida es así, momentos agradables, felices, momentos de tristeza y dolor. Si pudiéramos atesorar todo lo hermoso y bueno que nos pasa y así tener fuerza y valor para enfrentar la tristeza y salir adelante, porque la vida es así y hay que vivirla.
Que deseos de tener junto a mí al ser más querido, pero él se ha ido, aunque su recuerdo está conmigo en mi corazón.
Mi mente salta de un pensamiento a otro, las lágrimas llegan y se van tal vez siguiendo su curso normal, el lago las recibe como parte suya y el sol me invita a seguirlo extendiendo un camino dorado salpicado de brillantes y piedras preciosas que con sus rayos de luz refleja en el agua sus colores.
El viento golpea la barca y cambia su rumbo. Vuelvo a la realidad me había ido junto con la barca dejándome llevar.
Elfridia.
3- Febrero-2006
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