domingo, mayo 29, 2011

Berilo El Extraño Ser Verde





Berilo un ser extraño todo su cuerpo era verde de un verde limón e irradiaba una luz brillante , sus ojos verde oscuro como el follaje de los árboles y su vestimenta también verde casi negro, una camiseta sin mangas y un pantalón ajustado muy corto que dejaba ver sus largas piernas , sus pies calzaban unas zapatillas muy livianas verdes del mismo color de su cuerpo.  Berilo despertó tendido en la arena junto a un río de aguas tranquilas y claras lo primero que vio fue el agua luego sus manos tocaron la arena que se deslizó por entre sus dedos , miró el cielo azul sin nubes y los árboles al otro lado del río el color de los árboles le agrado se parecía al de su cuerpo, miro a su alrededor y había más árboles, arbustos y plantas , todo era desconocido para él. 

¿Qué había sucedido porque él se encontraba ahí? Que era todo eso su mente se encontraba en blanco levantó una mano y vio en ella una pulsera que tenía escrito un nombre, él lo leyó decía Berilo y nada más.
Se sentó y empezó a repasar en su mente el nombre de Berilo no le decía nada sus pensamientos eran lentos y al final llegó a la conclusión que Berilo era su nombre, pero de donde era donde estaba no sabía las respuestas no las podía encontrar.  Berilo se levantó y empezó a caminar recorriendo el lugar que era muy hermoso, pequeñas flores silvestres azules, amarillas, blancas, rojas de todos colores , grandes helechos que rodeaban los árboles y las flores junto a los musgos formaban un bello conjunto que atraía su mirada. Berilo estaba confundido no conocía nada de lo que veía sus ojos verdes despedían luces más oscuras tratando de concentrarse para descubrir que era todo esto y que había pasado. De repente entre los árboles se filtraron unos rayos luminosos que hacían ver las hojas más claras o más oscuras dependiendo de la luz que les llegaba; A Berilo le agradó esa luz él no sabía que era el sol que jugaba entre los árboles, estaba tan entretenido en este juego de luces que no sintió a varios niños que llegaban cerca de él y lo miraban con curiosidad y temor.  Berilo sintió su presencia se dio vuelta con lentitud y cuando les vio no supo que eran se parecían a él, pero eran de otro color, opacos no brillaban, eran pequeños quienes serian estos seres que lo miraban con miedo.  Los niños no se atrevían a moverse menos a hablar, pero el más pequeño le pregunto ¿quién eres tú? Y los demás a coro preguntaron ¿cómo te llamas? ¿Qué haces aquí? 
Berilo oyó el sonido de sus voces, pero no tuvo idea de que se trataba esos seres pequeños emitían unos sonidos que él no entendía entonces abrió su boca y salieron de ella algo así como una escala de notas musicales.  Los niños estaban sorprendidos no hablaba solo salían de su boca sonidos como si alguien estuviera tocando un piano.  Berilo también estaba sorprendido, él estaba tratando de comunicarse y estos seres no le contestaban.  El mayor de los niños dijo: es un extraterrestre viene de otro planeta no sabe hablar y no nos conoce veamos si es tranquilo y si podemos comunicarnos con él, los demás niños todavía no reaccionaban de su asombro y no se atrevían a moverse.  Berilo los miró de uno en uno, eran cinco en total, estos seres se movían y emitían sonidos, pero a él no le interesaban se sentía mas atraído por el sol y el verde de los árboles.  Los niños empezaron a moverse pero no se acercaron esa luz que irradiaba les producía temor pensaban que si lo tocaban podía darles la corriente porque seguramente tendría electricidad en todo su cuerpo.  Berilo se movió y empezó a caminar los niños se miraron y empezaron a hablar todos al mismo tiempo es un extraterrestre ¿cómo podremos comunicarnos con él se ve tranquilo no es agresivo ni malo no sabe hablar creo que deberíamos enseñarle. Tratemos de comunicarnos por señas tenemos que ayudarlo y saber que le pasó ¿Porqué esta aquí?  Es algo sorprendente habernos encontrado con él y así todos estuvieron de acuerdo en ayudarlo; Se acercaron despacio y le hablaron nuevamente e hicieron las preguntas: ¿Cómo te llamas? ¿Quién eres ¿De donde vienes? El solo los miraba entonces el niño mayor le dijo yo me llamo Luis y tú como te llamas el segundo le dijo yo me llamo Pedro y tu como te llamas el tercero dijo yo me llamo José y tu como te llamas y enseguida Matías y Tomás el mas pequeño le hicieron la misma pregunta Berilo los miraba el sonido que emitían estos seres pequeños era agradable, pero el de él era mas bonito y con una hermosa escala musical les preguntó quienes son ustedes. Los niños no entendieron nada habría contestado con su nombre o les estaba preguntando algo a ellos volvieron a repetir sus nombres y Berilo entendió que cada uno de los niños tenía un nombre como el de él y así dijo: Berilo que sonó como el trino de un ave y les mostró su pulsera los niños la miraron pero no pudieron leerla eran unos signos extraños que no habían visto nunca, habían logrado una comunicación él con testó con su nombre comprendiendo lo que ellos le decían.  Los niños se los volvieron a decir y lo escribieron en la arena él volvió a repetir su trino.  No era mucho lo que habían avanzado pero ya era algo; Poco a poco Berilo empezó a repetir los sonidos de los nombres y sonaba como Luis, Pedro, José , Matías y Tomás como una música. De repente empezó a oscurecer y los niños volvieron a sus casas.  Berilo quedó solo, no le gusto nada la oscuridad se sentó entre los árboles y se quedó quieto porque cada vez perdía más fuerza pero cuando salió la luna y las estrellas se sintió un poco mejor con la luz que sus ojos captaban de ellas. 
Los niños al volver a sus casas prometieron que no contarían nada del encuentro con este extraño ser verde y le dijeron a Tomás que era el más pequeño que si contaba lo ocurrido no lo llevarían al otro día. 
Ellos pensaron que si se lo contaban a sus padres estos querrían verlo y se lo llevarían para examinarlo y no lo verían más y él parecía tan indefenso.  Al otro día cuando salió el sol y dio de lleno con su luz en Berilo éste se sintió lleno de energía se levantó del suelo y caminó como guiado por una fuerza hacía una parte del bosque que le parecía conocida después de un rato llegó a un claro y vio unas huellas en la tierra como si se hubiese arrastrado un objeto Berilo las miró y siguió caminando hasta llegar junto a unos árboles y en un espacio entre ellos estaba un cohete de metal brillante parecía de acero pero era muy liviano 
Berilo puso su mano arriba del cohete y corrió una tapa dejando un espacio para introducirse, Berilo levantó su pierna y se metió en el cohete solo tenía asiento para una persona, el tablero estaba lleno de botones de colores y varios relojes de control Berilo empezó a buscar como manejarlo no se acordaba como hacerlo las ideas no estaban claras pero estaba seguro que había llegado en ese cohete a este lugar. 
Los niños cuando se levantaron corrieron a buscarlo le llevaban parte de su desayuno pan tostado con mantequilla y frutas pero al llegar al sitio donde lo habían dejado el extraño ser verde no estaba empezaron a llamarlo uno decía es como una nota primero Re… luego Mi… y Do o algo parecido pero nadie contestó vieron las pisadas en la tierra y las siguieron hasta encontrar a Berilo sentado en su cohete él no los notó estaba totalmente concentrado como manejar su cohete ya sabía como hacerlo pero aún no recordaba quién era y de donde venía.  Los niños se acercaron lo saludaron y le ofrecieron comida, Berilo los miró abrió su boca y varios rayitos de luz verde juguetearon en sus labios y nuevamente esas notas musicales rechazo la comida no la recibió no le interesaba porque no sabía para que servía.  Luís de nueve años y José de siete eran hermanos y vecinos de Pedro, Matías y Tomás de ocho años el mayor y de seis y cinco años los más pequeño; Pedro y Matías no dijeron nada pero Tomás le contó a la mamá el encuentro con el extra terrestre la mamá lo miró incrédula y le preguntó a Pedro si era verdad, pero Matías como si fuera una broma le dijo sí su cabeza brillaba y era verde y todo su cuerpo despedía una luz verde la mamá no les creyó y dijo ¡Qué imaginación la de estos niños! Pedro no dijo nada.  Luis y José no contaron nada en su casa pero entre ellos comentaron el extraterrestre no come comida pero de que se alimenta.  Berilo no tenía sentimientos y le eran indiferentes estos seres pequeños y opacos y no sabía que era lo que le ofrecían, Los niños siguieron hablando y tratando de comunicarse con él la inocencia e ingenuidad de ellos de alguna manera llegaba a Berilo pero como ellos hablaban y hacían ruidos no podía concentrarse para poder levantar el cohete e irse de este lugar.  Los niños estaban muy entusiasmados con el cohete no podían verlo por dentro pero por fuera era grandioso si solo pudieran volar una vez en él, Matías y Tomás ya casi saltaban para meterse dentro pero Berilo estaba tan serio y no se movía de pronto sus ojos se pusieron más oscuros y profundos y ellos vieron como captaba toda la luz que llegaba de entre los árboles.  Todos los niños dijeron al mismo tiempo se alimenta de la luz eso le da energía, él debe volver a su planeta porque si llega ha ver un día nublado perderá toda su fuerza.  Los niños se quedaron largo rato y se comieron el pan y la fruta que habían llevado a Berilo, éste salió del cohete y se paró en el claro del bosque tratando de captar toda la luz que podía.  Luis y Pedro comentaron no tiene dientes cuando abre la boca se ve una cavidad luminosa de un verde casi blanco y yo creo que sonríe dijo Tomás cuando de su boca salen rayitos luminosos que juguetean en sus labios Luis y José dijeron como interpretar lo que emite Luis escuchaba a su mamá tocar el piano y ella le decía que la mano derecha cantaba y la izquierda-  La acompañaba con acordes que son varias notas juntas y él creía que su nombre podía ser Re…Mi…Do cómo saberlo.  Mientras tanto Berilo se metió en el cohete y se quedó quieto se sentía sin fuerza y su mente no estaba clara.  Esperaba con impaciencia a la luna y las estrellas que lo hacían sentirse un poco mejor.  Al otro día Berilo caminó hasta el río allí la luz del sol era más fuerte y él pudo absorberla su mente empezó a agilizarse y pudo pensar con claridad. 
Seguramente él había llegado a ese sitio antes de oscurecer aterrizó y metió el cohete entre los árboles 
Luego la luz se fue y él buscándola llegó hasta el río donde perdió el conocimiento y ahora recién empezaba a recordar y a medida que recuperara su energía tendría todas las respuestas a sus preguntas 
Ahora había que buscar la forma como salir de ahí sabía como hacerlo pero que ruta seguir. 
Los niños llegaron temprano y al no verlo empezaron a buscarlo y siguieron sus huellas hasta llegar al río donde lo encontraron la primera vez. Lo saludaron y él contestó con esos rayitos que ellos llamaban sonrisa ellos le dijeron su nombre y él les dijo el suyo, luego caminó hasta llegar al cohete y se detuvo a mirar a los niños, estos dijeron se va a ir Tomás y Matías se pusieron tristes y le pidieron no te vayas Luís José y Pedro les dijeron tiene que irse porque no es de aquí y necesita más luz para mantenerse ; Berilo les entendía no las palabras pero si su significado y sintió algo que nunca había sentido se sacó su pulsera y se las dio, ellos la tomaron aunque con cierto temor porque creían que les daría la corriente. 
Berilo se metió en su cohete y despegó suavemente la nave brillaba y como los bosques donde había aterrizado estaban entre montañas estuvo largo rato elevándose y los niños pudieron verlo hasta que el cohete se perdió en el cielo.  Ellos le habían dado todo lo que tenían cariño, apoyo, comprensión y compañía sin pedir nada a cambio y en Berilo ese ser frío y extraño había nacido por primera vez un sentimiento que era desconocido y esto lo hizo darle lo único que tenía la pulsera de ese metal verde con su nombre Berilo. 

Elfridia. 
29-Agosto-1996

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