domingo, junio 26, 2011

Ofelia Y Su Perro Vagabundo


 Ofelia era una niña que teniendo todo el cuidado de sus padres sentía que le faltaba algo. Era tímida y miedosa los papás la protegían, pero eran muy estrictos en su educación y le exigían para que ella aprendiera a desenvolverse sola en la vida. Un día al volver del colegio que estaba muy cerca de su casa Ofelia vio a un perro callejero que la seguía, ella en un principió tuvo miedo, pero solo lo miraba como el perro iba caminando a su lado. Al llegar a su casa golpeó la puerta y cuando su nana le abrió entró y el perro quedó parado afuera viéndola como ella desaparecía dentro de la casa. Ofelia saludó a la mamá y se fue a una habitación donde había un pequeño escritorio, una poltrona grande con un taburete para los pies, dos butacas con una lámpara de pie cerca de ellas; era la habitación donde hacía las tareas y la mamá se sentaba en una de las butacas a coser o bordar y cuando el papá estaba en la casa leía los diarios sentado en la poltrona, era la habitación mas acogedora de la casa y pasaban la mayor parte del tiempo ahí.


Ofelia estaba haciendo sus tareas cuando de repente siente que algo lame sus zapatos se asustó y al mirar ve al perro que la siguió a su casa; ella no se atrevió a moverse el perro la miraba tristemente como pidiéndole cariño, Ofelia sin pensarlo alargó su mano y acarició la cabeza del perro, éste movió sus orejas como agradeciendo la caricia. Ofelia sintió que había una comunicación entre los dos un sentimiento muy suave y dulce invadió su corazón; el perro necesitaba cariño y lo demostraba y ella sentía que podía dárselo.

En ese momento entró la mamá y al ver al perro se sorprendió y le preguntó a Ofelia ¿cómo entró ese perro? ¿Qué hace aquí? Ofelia respondió: no lo se mamá; yo estaba haciendo las tareas y él entró y me lamió los zapatos, pero que increíble; dijo la mamá ¡si es un perro callejero! “Has que salga Ofelia” La niña miró al perro y le dice a la mamá: no puedo no me atrevo a tomarlo ¿cómo voy a ser para que se vaya? La mamá no quería tocar al perro pensaba que debía estar lleno de pulgas; esperaría a Norma la nana para que esta lo sacara.

Cuando llegó la nana la mamá la llamó y le preguntó: ¿como había entrado el perro? Norma le dijo: que cuando ella salió estaba el perro junto a la puerta, ¿pero como entró? Preguntó nuevamente la mamá: la nana respondió: creo que dejé la puerta entreabierta porque solo salí un momento, no debes dejar la puerta abierta dijo la mamá: ahora trata de sacar ese perro.

Norma lo tomó en sus brazos y le dijo: vamos perrito no te voy hacer nada, el perro se movió inquieto y la nana lo llevó muy rápido fuera de la casa.

Ofelia sintió pena, pero no dijo nada; a su mamá no le gustaban los perros y el papá nunca se oponía a los deseos de la mamá. Paso la tarde y Ofelia no dejaba de pensar en el perro. Cuando llegó el papá, después de saludarlas les dijo: hay un perro en la puerta y quería entrar conmigo, me parece que está con mucha hambre. 

Ofelia le cuenta que ese perro la siguió del colegio a la casa y cuando Norma salió a comprar él entró y vino a hacerme cariño; papá él me quiere déjalo que se quede conmigo. “OH NO” dice la mamá es un perro callejero lleno de pulgas sería una molestia para todos. 

Por favor dice Ofelia yo también siento que lo quiero podemos enseñarlo a no ensuciarse dentro de la casa Norma me ayudara a cuidarlo. El papá ve brillar los ojos de Ofelia y desea complacerla se acerca a la mamá y abrazándola le dice: podemos hacer la prueba si no resulta lo dejamos ir. Ofelia no alcanzó a terminar de oír lo que dijo la mamá y salió corriendo a buscar al perro. Allí estaba echado como esperando por ella, la niña se arrodilló y le hizo cariño, te llamare “Vagabundo” le dijo: y éste como si entendiera se levantó y entró con ella a la casa. No fue fácil para Ofelia junto con Norma bañar a Vagabundo a él no le gustaba para nadan el agua, pero después de un largo rato de batallar lograron dejarlo limpio y seco con el secador de cabellos de la mamá que no estaba muy contenta con la llegada del perro. Ofelia encontró que Vagabundo había quedado muy bonito después del baño, pero se presentó otro problema donde dormiría esa noche; la mamá dijo: afuera y Ofelia no quería separarse de él. Norma terminó por llevárselo a su dormitorio. El perro que no era muy grande se echó a los pies de la cama de Norma, pero cuando ésta se quedó dormida buscó el dormitorio de Ofelia y saltó a su cama ella lo abrazó y le dijo: te quiero Vagabundo pero no debes hacer ruido quédate a los pies de mi cama y antes que la mamá se despierte debes irte de mi dormitorio, el perro la miró como si hubiera entendido. Al otro día Vagabundo sintió un ruido y alcanzó a meterse debajo de la cama de Ofelia. Se había quedado dormido y solo despertó cuando la mamá de la niña entró en el dormitorio. Ella no lo vio despertó a Ofelia para ir al colegio y ésta miró por todos lados y no vio a vagabundo ¿Qué buscas le preguntó la mamá? A Vagabundo respondió Ofelia. debe estar con Norma dijo la mamá yo ya me había olvidado de ese perro.

Al salir del dormitorio la mamá Vagabundo asomó su cabeza y lamió los pies desnudos de Ofelia; ella lo abrazo feliz diciéndole estas aquí no fue un sueño eres mi amigo y yo te quiero ¿tú también me quieres? El perro no se movía y sus ojos húmedos parecían contestar a su pregunta en forma afirmativa. Ofelia se fue al colegio con su perro la mamá no se opuso pensó que mientras la niña estuviera en clases el perro se iría, pero, no fue así Vagabundo la esperó tranquilamente frente al colegio de repente se paseaba, pero volvía a pararse en la puerta del colegio esperando que saliera Ofelia.

Cerca de medio día Ofelia sale buscando con la mirada a su perro y al verlo corre hacía él diciéndole Vagabundo que bueno es tenerte creí que te habías ido ahora vamos a casa.

Así Ofelia cada día quería más a Vagabundo y éste trataba de no separarse de ella, la cuidaba no dejaba que nadie en la calle se acercara a la niña y estaba atento para protegerla. Los amigos de Ofelia también se encariñaron con Vagabundo que jugaba con ellos, había aprendido muchas cosas, jamás se ensuciaba dentro de la casa ya no costaba bañarlo, jugaba al pillarse y las escondidas con los niños Los papás lo habían aceptado y aunque Ofelia creía que la mamá no sabía que Vagabundo dormía en su dormitorio la mamá ya lo había descubierto, pero no dijo nada sería inútil tratar de separarlos, porque pasaban todo el día juntos solo en las horas del colegio Vagabundo la esperaba afuera y cuando ella salía sentían una gran alegría de volverse a ver. Una mañana que la mamá entró a despertar a Ofelia le notó la frente caliente y la niña traspiraba, su respiración era agitada le tomó la temperatura y tenía fiebre; llamó de inmediato al médico, porque la temperatura era alta. Vagabundo estaba inquieto pero no se movía del lado de la cama. Cuando vino el médico Norma lo sacó del dormitorio. 

El médico la examinó y dijo: es amigdalitis tiene que guardar cama mucho líquido y darle ésta medicina que le voy a dejar en la receta, la mamá anotó todas las indicaciones del médico y mandó a buscar la receta; mientras tanto Vagabundo lloraba y gemía en el patio de servicio. 

Al fin la mamá no pudiendo soportar estos lamentos lo dejó entrar y éste se quedó muy quieto al lado de la cama de Ofelia como si quisiera darle fuerza para que se recuperara pronto. Ofelia deliraba con fiebre y lo llamaba…. Vagabundo…. Vagabundo…no te vayas, no me dejes yo te quiero, eres mi amigo y así repetía esto una y otra vez; la mamá la calmaba y le ponía paños fríos en la frente para refrescarla y le decía: Vagabundo está aquí a tu lado pronto te mejoraras y podrás jugar con él, pero Ofelia no la oía y se movía inquieta. Vagabundo estaba tenso como si quisiera saltar a su cama y lamer con su lengua la cara de la niña, pero la mamá estaba sentada a su lado cuidándola y tranquilizándola mientras bajaba la fiebre. Fue un día largísimo y una noche aún mas larga la fiebre no cedía y los papás estaban muy preocupados la mamá junto con Vagabundo no se movieron del lado de su cama.

Al otro día Ofelia despertó con más ánimos la temperatura había bajado y se sentía mejor; la mamá le dio el desayuno, y Norma se llevó a Vagabundo, pero cuando la niña aún no se tomaba la leche Vagabundo entró corriendo, ella lo miró y le sonrío estás aquí le dijo: te eché tanto de menos Vagabundo ladró;… la mamá lo hizo callar y le dijo: a Ofelia, él no se movió de tu lado.

La niña le dice a su mamá yo se que él me quiere. “No dejes que se vaya mamá”….porque… yo también lo quiero. 

Elfridia.
01- Mayo-1993

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