domingo, noviembre 06, 2011

El Rey Y El Dragón






Una princesa se casa con un rey mucho mayor, porque sus padres así lo ordenaron. La princesa se va a vivir con su esposo que es de una gran personalidad, y maneja el reino con disciplina, les exige a sus súbditos limpieza y orden todos saben que deben cumplir sus obligaciones, él rey se preocupa de ellos y los recompensa cuando se lo merecen. 

El rey es fuerte y varonil sus ojos reflejan una gran fuerza de voluntad que emana de su interior. La princesa se siente atraída por él, pero a la vez le teme, hay algo que la asusta y no la deja expresarse libremente es como si estuviera prisionera; no puede alejarse de los jardines del palacio porque es peligroso, no puede decir lo que piensa porque es coartada y obligada a acatar los deseos del rey y sus sentimientos no puede demostrarlos por temor a las reacciones del rey.
La princesa piensa yo debería sentirme feliz, pero no es así, a veces se comparaba con un objeto que no tiene sentimientos sólo estaba ahí...

El rey se ocupaba de sus asuntos y no se daba cuenta de lo que sentía o pensaba la princesa, le pertenecía como todo lo que había en el palacio y ella tenía todo lo que necesitaba para ser feliz. 
Un día en una audiencia el rey perdió la paciencia porque era prepotente y no aceptaba que lo contradijeran no los dejaba hablar; el pobre hombre solo se había atrevido a contestarle y el rey molesto le gritó no sabes que tengo la razón y su voz subió de tono sus ojos brillaban de rabia golpeó el suelo con el pie y parecía que iba a lanzar fuego por la boca; entonces la princesa vio un dragón delante de ella; El rey se había convertido en un dragón, pero solo ella lo veía así.

Se asusto tanto que corrió a una habitación lo más lejos del salón del trono, entró y trató de calmarse cuado de repente se dio cuenta de la presencia de una anciana que parada cerca de la ventana la miraba cariñosamente. La princesa le preguntó: ¿quién eres? La anciana no contestó solo le sonrío, la princesa se acercó para verla mejor y la anciana le dice te traigo un regalo y saco de entre sus ropas un pedazo de vidrio y se lo dio a la princesa, ella lo tomó y preguntó ¿qué es esto? Es un espejo contestó la anciana. Al estar el espejo en la mano de la princesa creció y quedó parado frente a ella a la altura de su cuerpo y la princesa vio su imagen reflejada en él. Le agradó lo que vio en el espejo, era una joven muy linda de cabellos rojizos con reflejos dorados, ojos azules, de piel blanca y delicada, su figura muy hermosa.
La anciana habló nuevamente y le dijo: Cuando el rey tenga esos arrebatos de rabia y pierda el control de sus actos pon el espejo delante de él así podrá verse tal cual es en ese momento tal como tú lo viste, un dragón invadido por la rabia y fuera de control. 
La princesa le preguntó: en realidad, él se convierte en dragón, solo en su interior contestó la anciana, pero tú lo has podido ver como dragón por tu sensibilidad y lo has captado tal cual es en su interior en ese momento. 

¿Qué pasará cuando el rey se vea en el espejo y si trata de atacar al dragón dijo la princesa? Eso no pasará dijo la anciana porque el espejo le hablará diciéndole ésta es tú imagen, un dragón en este momento pero si tú no controlas tus impulsos quedarás convertido en este monstruo. ¿Cómo te puedo agradecer? le preguntó la princesa a la anciana. Esta respondió no cambies eres de buenos sentimientos y puedes hacer mucho por tu reino, la princesa quiso darle uno de sus anillos pero la anciana no lo recibió y caminando lentamente se fue por los pasillos del castillo hasta desaparecer. 
La princesa guardó el pequeño espejo, quería tenerlo cerca cuando lo necesitara. 

Las audiencias se daban todos los días, pero cuando había una fiesta o una cacería se suspendían. No había habido otro momento de tención porque nadie se atrevía a contradecir al rey. 

La princesa no estaba tranquila porque sabía que en cualquier instante se desataría esa rabia contenida que estaba dentro de él. Ella habló con los ancianos del reino y les preguntó si siempre había sido así; Ellos respondieron que no. La reina su madre había sido muy estricta y dominó al rey, a todos sus hijos y súbditos exigiéndole el máximo en todo .Era una gran reina, pero nunca permitió que nadie la contradijera varias veces se dio cuenta de sus errores y sufrió por ellos pero no pudo cambiar. 

El joven príncipe que se convirtió en rey al morir sus padres solo se dedicó a gobernar igual de estricto que la reina, pero como hombre con más dominio y poder sobre los demás y éstos accesos de rabia que tú has visto es una rebeldía de su alma que estuvo por mucho tiempo sometida y cuando algo le molesta trata de controlarse pero como esa ira va creciendo al final estalla, La princesa no dijo nada y así pasaron los días y poco antes de una cacería llegó al palacio un príncipe hijo de un rey vecino venía a visitar al rey y éste lo recibió. Después de los saludos el príncipe le pidió la autorización para cruzar los límites de la propiedad cuando salían de caza porque en los momentos que seguían a su presa ésta se metía en los bosques de su reino. 

Al rey no le gustó la petición y le contestó al príncipe lo que pides ya lo has hecho sin mi autorización, porqué vienes ahora a pedir un permiso que no has respetado. 
El príncipe contestó mis invitados han traspasado el límite siguiendo a la presa sin darse cuenta que pasaban a vuestros bosques por eso esta vez pido vuestra autorización.

El rey le gritó no la tendrás porque acabas de reconocer que lo has hecho anteriormente sin disculparte por violar mis posesiones, con estas palabras el rey se fue enojando cada vez más sus ojos brillaban y su pie empezó a golpear el suelo entonces la princesa sacó el espejo y lo puso delante de él, ¡el rey vio un dragón y quiso irse contra él, pero el espejo le habló no hagas tal lo que aquí vez eres tú, un dragón lanzando fuego por la boca porque no sabes contener tu ira y pierdes el control de tus actos si no aprendes a controlar tus emociones quedarás convertido en un ente irracional como el dragón. 

El rey se asustó cambió su semblante y normalizando su voz le dijo al príncipe: mañana está programada una cacería os invito junto a vuestro padre debemos ser buenos vecinos, pero no puedo ceder a vuestra petición no quiero gente extraña en mis posesiones los límites son para respetarlos creo que estoy en mis derechos. 

El príncipe no tuvo muy claro lo que sucedió, pero al ver el cambio del rey decidió aceptar la invitación y olvidarse del permiso para cazar dentro de su propiedad.. 
La cacería se efectuó con todo éxito y el rey volvió muy contento, pero la princesa temía que volviera a suceder el espejo no podría impedir esa ira que estaba dentro de él. 
El rey después de la cacería pensó mucho en lo que había pasado ese dragón que vio frente a él era su imaginación porque no se convencía que ese ente era él, pero no lo había imaginado, el espejo le había hablado, él tenía que controlar su ira sus accesos de rabia y escuchar con más atención a los que estaban a su alrededor. 

La princesa se veía triste y él nunca había pensado en acercarse a ella y preguntarle si era feliz. 
La princesa notó algo diferente en el rey, era más paciente no sólo ponía atención a sus súbditos al escucharlos trataba de solucionar sus problemas. Todos se dieron cuenta del cambio positivo que había tenido el rey. 

Y así al poco tiempo el rey se dio cuenta de la dulzura de la princesa de lo bella e inteligente que era y aprendió a quererla, respetarla y valorar su compañía. La princesa se sintió feliz. Y agradeció a la anciana que le había regalado el espejo que conservaba entre sus cosas. El dragón había desaparecido quedando solo un rey justo y bueno con sus súbditos. El rey y la princesa gobernaron felices por muchos años. 

Elfridia 
30-Enero-1995

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