domingo, noviembre 20, 2011

La Pelota Celeste Con Lunares Naranjas

Dos hermanitos que vivían en el campo salían a jugar cerca de la casa y se entretenían toda la tarde; la mamá siempre les pedía que no se alejaran, porque eran pequeños todavía. El mayor tenía ocho años y el menor cinco; eran muy buenos hermanos, no peleaban y el más grande cuidaba al más pequeño.

Un día encontraron entre la maleza una pelota muy linda; era celeste con lunares naranjas, la tomaron y empezaron a jugar con ella. Al llegar a la casa la mamá les preguntó de quien era la pelota, ellos le respondieron que la habían encontrado entre la maleza en el campo. 

Al otro día salieron a jugar con la pelota, estaban felices jugando cuando de repente vuelan unos pájaros; el niño mayor dice: me gustaría volar como los pájaros y en ese momento sale una luz naranja de la pelota, lo envuelve y le crecen unas hermosas alas. El hermanito menor se queda admirado viendo a su hermano con alas y tratando de volar. Después de algunos intentos se eleva no muy alto y vuela está maravillado!... es muy entretenido y vuela una y otra vez mientras su hermano lo mira.

Después de un rato el más pequeño le dice: ¿y cómo lo vas a hacer esta noche? Vas a tener que dormir parado o romperás tus alas. El niño mira las alas y piensa que es entretenido volar, pero él no las quiere para siempre y dice: deseo ser como antes y no tener alas, la pelota se ilumina y sale la luz naranja de los lunares, envuelve al niño y las alas desaparecen.

Al llegar a la casa, el hermano mayor le dice al más pequeño que no cuente nada y éste promete no hacerlo. A los pocos días cuando estaban jugando, ven salir saltando un hermoso conejo blanco y el niño mayor dice: me gustaría saltar tan rápido como ese conejo; En ese momento sale la luz naranja de la pelota celeste y envuelve al niño. Sus brazos y piernas se convierten en patas de conejos, el niño empieza a saltar tan rápido como el conejo. Su hermano lo mira asustado, él piensa que no le gustaría tener esas patas, ¡que iría a pasar con su hermano! Después de correr y saltar un rato, estaba muy cansado y dice: quiero ser como antes y no tener más estas patas de conejo En ese momento sale la luz naranja de la pelota y envolviendo al niño hace desaparecer las patas de conejo. El más pequeño saltaba de alegría; su hermano había vuelto a ser como era. Así fueron pasando los días y siempre que salían a jugar no se alejaban mucho de su casa. Un día caminaron sin darse cuenta hasta una laguna y vieron unos hermosos cisnes negros de cuello blanco nadando en esas aguas cristalinas rodeadas de matorrales.

El hermano mayor dice: me gustaría nadar como un cisne; No acaba de terminar la última palabra y sale la luz naranja de la pelota celeste y lo envuelve convirtiéndolo en un cisne negro de cuello blanco.

El niño más pequeño se asustó; esta vez no habían sido solo alas o patas, se había transformado entero. Era un cisne y con todos los otros cisnes él no sabía cual era su hermano. Empezó a pasar el tiempo y el chico se puso intranquilo, se paseaba y miraba los cisnes tratando de descubrir cual era su hermano. En un momento que se acercó a los matorrales se le cae la pelota y rueda entre ellos, no puede alcanzarla y no sabe donde cayó; la empieza a buscar, no la encuentra y se pone a llorar. En ese momento ve un cisne negro que se acerca a la orilla él le grita que se le ha perdido la pelota. El niño que estaba convertido en cisne pensó: tengo que pedirle a la pelota que me vuelva a mi forma natural, puede que no esté muy lejos y me lo conceda, pero no fue así. El niño siguió convertido en cisne. Cuando el miedo se estaba apoderando de él su hermanito pensó: yo puedo pedir un deseo y si la pelota está cerca me lo concederá y así lo hizo. Quiero que la pelota venga a mis manos y vio la luz naranja y luego sintió la pelota en sus manos. El cisne al ver esto pidió inmediatamente: ¡... quiero ser como era y no ser más un cisne...! La luz naranja lo envolvió y el cisne desapareció quedando el niño, que se abrazó con su hermano menor lleno de alegría y éste al abrazarlo soltó la pelota que corrió nuevamente entre los matorrales. Los dos hermanos se miraron y sin decir una sola palabra se fueron a su casa. Era muy tarde para buscarla y los dos estaban muy contentos de ser como eran.

Elfridia
14-Marzo-1991

1 comentario:

  1. Tengo que decir que este artículo me ha sido útil.

    Si bien tengo que admitir que algún otro post distinto no me pareció tan bueno,
    el de esta vez me ha interesado mucho.
    Un saludo
    My website ... Jenifer

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