domingo, febrero 17, 2013

La Alfombra Mágica




Una niña que vivía con su abuelo en un pequeño pueblo, dónde solo había unas pocas casas y todo lo demás era desierto, ella iba todos los días al mercado que eran varias carpas donde vendían frutas, verduras y toda clase de cosas que traían en sus camellos los vendedores viajeros. Un día que estaba en el mercado encontró en una carpa una alfombra, el vendedor le dijo: si te gusta puedes llevártela por una moneda porque hace mucho que la tengo y nadie la quiere; La niña le dio la moneda y se llevó la alfombra, al llegar a la casa se la mostró a su abuelo y le contó que había pagado una moneda por la alfombra. El abuelo le dice:   casi te la han regalado, ella le contestó él me dijo que no había podido venderla por eso solo me pidió una moneda.
La niña la puso bajo su cama, pero al otro día cuando la saco para sacudirla la alfombra se mantuvo en el aire y después de un momento cayó al suelo, ella se acercó y cuando la pisó la alfombra se elevó en el aire y la niña tuvo que sujetarse para no caer  y al darse cuenta que la alfombra era mágica le ordenó que la bajara inmediatamente. La alfombra obedeció y la dejó en el suelo, ella se bajó y se quedo pensando si la alfombra es mágica ella podría ir dónde quisiera, ver las caravanas de camellos de los vendedores que cruzaban el desierto de una parte a otra, ir a conocer el mar de quien  tanto había oído hablar que era majestuoso que no podías dejar de mirarlo que te dejaba hechizado con el movimiento de sus aguas. Ella podría ir ¿Qué diría su abuelo? no le contaría nada. Al otro día se levantó temprano y le comentó a su abuelo que iría a pasear, el abuelo apenas le hizo caso y ella tomó su alfombra y emprendió el vuelo se sentía feliz el viento le pegaba en la cara iba demasiado rápido, se sentó y le ordenó a la alfombra, más despacio o me voy a caer. Cruzo el desierto vio las caravanas de camellos y los árabes que las guiaban se quedaron asombrados al verla, siguió en su alfombra hasta llegar al mar y allí se bajo en la arena y se quedo encantada mirando el mar; era como le habían contado deseaba meterse al agua pero no se atrevía hasta que con cuidado cuando la ola se retiró ella se metió al agua. Volvió a su casa al anochecer. El abuelo se extrañó pero no dijo nada. En la mañana del otro día le dijo al abuelo que tenía que ir al mercado y se fue volando en su alfombra. Era maravilloso todo lo que había visto y quería ver aún más. Al pasar por un palacio quedó encantada, parecía como si todo fuera de oro al ser alumbrado por los rayos del sol. Bajó en unas de las terrazas, pero unos guardias la vieron y la tomaron prisionera ella alcanzó a esconder su alfombra. La llevaron donde el Sultán que ordenó a los guardias que la llevaran a su harem la bañaran y la vistieran él después la vería. El palacio era maravilloso con jardines, fuentes de agua todo era muy hermoso las habitaciones con mucho espacios, cojines de seda y donde mirara había adornos valiosos y ella no podía apartar la vista de tantas cosas que jamás se había imaginado que existían. Su alfombra la había llevado a este palacio.  Los guardias la dejaron en el harem donde unas jóvenes la bañaron y la vistieron como a una princesa; se veía muy hermosa. El rey al verla la encontró muy niña y ordenó que la dejaran en el harem. Un joven que trabajaba en el jardín la encontró tan linda que decidió ayudarla, se acercó y le dijo ven en la noche al jardín cuando todos duerman y yo te sacare del palacio. Ella así lo hizo fue a buscar su alfombra y se reunió en el jardín con el joven, este la llevó hasta  una puerta secreta que los dejó fuera de los muros del palacio; Cuando estuvieron lejos el joven le contó que él era el jardinero del palacio y había descubierto esa puerta secreta entre unas enredaderas y arbustos. La niña no hablaba solo apretaba su alfombra y él joven le preguntó. ¿Que llevas ahí que cuidas tanto? es una alfombra respondió ella, pero no pudo seguir hablando porque venían unos guardias y tuvieron que esconderse. El joven le dijo al oído algo ha pasado deben haber descubierto tu huída. La niña le dice mi alfombra es mágica y nos puede llevar a donde  queramos, entonces vamos a mi pueblo y de allí viajaremos por el mundo. ¿Y mi abuelo dice la niña? le dejaremos un mensaje, porque los guardias saben donde yo vivo y tu abuelo al buscarte sabrán que tu eres la niña perdida. Recorreremos y conoceremos lugares maravillosos, a la niña le pareció una muy buena idea. Pueblos y oasis en el desierto, palacios y ciudades de un mundo que no conocían y querían conoce. Se fueron en la alfombra mágica a visitar todos esos lugares de los que tanto habían oído hablar y nunca se habían imaginado que podrían ver y conocer la alfombra mágica los llevaría al encuentro de esta aventura.
                                                                                                                      Elfridia
                                                                                                                   21*Diciembre*2012
                                                                                                                                                                                                                    

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