La princesa vivía encerrada en la torre del castillo, su salud estaba resentida los sabios habían aconsejados que no saliera de sus habitaciones, el frío le haría daño, no quería comer era un problema darle gusto, las frutas eran sus preferidas, pero en invierno no había mucho donde elegir.
Recibía la visita de los reyes todos los días que venían a saludarla y a
saber como había amanecido y después las doncellas la atendían, la vestían y la dejaban muy linda. La princesa
era hermosa, delicada y frágil y todos
los cuidados eran extremos para que se recuperara. En un estudio al lado de su
dormitorio los sabios le enseñaban todo lo que debía aprender una princesa. El
castillo era muy frío solo había chimeneas en las grandes habitaciones; la
princesa no salía de la torre, pero lo mejor del día era cuando se sentaba
frente a la ventana y soñaba… y soñaba… con su caballo
mágico que era maravilloso ella no le decía a donde ir, pero el caballo adivinaba y cumplía sus deseos. Un
día al pasar por un castillo en lo más alto de las montañas vio a un príncipe
que salía montado en su caballo hacía el bosque, lo siguió por un sendero junto
al río y lo perdió entre los árboles, pero la imagen del príncipe quedó grabada
en su mente; Sintió abrirse la puerta y entró una doncella con un jugo de
frutas y unas galletas amasadas recién
sacadas del horno.
Un gran alboroto en el castillo hizo alarmarse a la princesa, llamó a
sus doncellas y le preguntó que pasaba, ellas le contaron que había llegado un
príncipe sin escolta y sin anunciarse y los reyes lo estaban recibiendo. Yo
quiero verlo dijo la princesa, pero las doncellas le dijeron eso es imposible
hay ordenes estrictas de no dejarla salir de la torre, el rey y la reina nos
castigarían si la dejamos salir. Dame tu
vestido le ordenó la princesa a una de sus doncellas, rápidamente se lo puso y
corrió por las escalas de piedras hasta llegar al salón. Al ver a los reyes
recibiendo al príncipe, casi pierde el conocimiento era el príncipe que había
seguido con su caballo mágico a través del bosque. Las doncellas trataron de
llevarla de vuelta a la torre, pero la princesa no las dejó, siguió mirando al
príncipe mientras hablaba con los reyes.
El les decía que venía tan distraído que había equivocado el camino y que sin
darse cuenta se había encontrado frente al castillo y les pedía su hospitalidad
por esa noche, porque no estaba seguro de encontrar el camino de vuelta. Los
reyes fueron muy amable con él y los
guardias lo acompañaron a las habitaciones de los huésped. La princesa cruzó los
pasillos por donde se iba el príncipe y
produjo un encuentro con todas sus doncellas. El príncipe al verla quedó asombrado
que niña tan hermosa había aparecido ante él; se arrodilló, la princesa tendió
su mano, él la besó y le dijo: nunca antes mis ojos habían visto tanta belleza
eres real o solo estoy soñando, la princesa
se sonríe y le dice: yo te vi en
mis sueños en la mañana y ahora estás aquí; dime le dice el príncipe ¿quién eres? Vistes como una doncella, pero tienes la
elegancia de una princesa. Soy una princesa, pero por motivos de salud no debo
salir de la torre y al saber que un príncipe había llegado al palacio quise
conocerte. Los reyes no deben de saber que nos hemos encontrado, pero haré todo
lo posible por asistir a la cena de esta
noche.
Y yo hablare con los reyes para que así sea.
La princesa volvió a la torre y pidió hablar con sus padres, les rogó que
la dejaran bajar a cenar con ellos
porque tenía mucho interés en conoces al príncipe. Los reyes ya sabían del
encuentro de la princesa con el príncipe y de todo lo que ella había hecho para
conocerlo así que le dieron su consentimiento para asistir a la cena. La
princesa eligió un traje precioso que realzaba su belleza y bajo al comedor del
castillo. Al ser presentado el príncipe se arrodilla, besa su mano y le dice:
sigues siendo como un sueño para mi eres tan hermosa queme cuesta cree que eres
real, la princesa lo mira y sus hermosos
ojos se quedan detenidos en la mirada del príncipe. Yo soñé y te ví saliendo
del castillo y te perdí en el bosque, pero nunca me imaginé que llegaría a
conocerte. El príncipe se dirige a la princesa y le dice: El conocerte para mí
es lo más hermoso que me pudo haber pasado ya he pedido tu mano y tus padres me
la han concedido con una condición que el casamiento solo se efectuará cuando
ya estés totalmente recuperada y no solo puedas soñar desde tu torre, porque yo
te llevare a ver esos hermosos lugares que deseas conocer.
Y así querido lector como en todos los cuentos de príncipes y princesas
se csaron y fueron muy felices, pero yo quiero decirte algo: en el mundo de la
fantasía tu puedes soñar y mezclar la fantasía con la realidad, pero si puedes
llevar un sueño a la realidad con tu esfuerzo y perseverancia eso es fabuloso.
Elfridia
27*Julio*2014
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