Un anciano que vivía en la montaña
con una pequeña niña que todos creían que era su nieta falleció dejando a la
niña sola, los pastores que vivían cerca se hicieron cargo de ella y al revisar
sus pertenencias de un baúl que estaba a
los pies de la cama del anciano encontraron ropa de la pequeña y un papel
escrito con una fecha y solo dos palabras. Nobles y Castillo. La niña tenía una
hermosa trenza y ella les dijo a los pastores que el anciano le había pedido
que no se la cortara, porque algún día sería reconocida y ella no sabía de qué
se trataba. Los pastores la llevaron al castillo y allí la dejaron con su
baúl.
Una de las doncellas la condujo a los aposentos de la reina y esta al verla la sintió tan cercana como si la conociera, llamó al rey y le pregunto si esa niña le parecía conocida, el rey preguntó que quién era de donde venía y que quién la había traído al castillo, la reina no tenía mayor información, pero vinieron a su mente muchos recuerdos que hasta ahora no había encontrado respuestas. La dejare conmigo dijo la reina y quiero hablar con el pastor que la trajo y ver todo lo que traía. La doncella le dice a la reina el pastor se fue y dejo un baúl que pertenecía al abuelo, tráelo dice la reina y llama al pastor. La doncella trae el baúl junto con un guardia que sabe todo a cerca de la niña. La niña vivía con un anciano, pero se cree que él no era su abuelo, porque su hija que trabajaba en el castillo de su hijo el príncipe Lirazul cuando ocurrió la muerte de la princesa y el bebe, la mujer que atendió a la princesa era hija del anciano y cuando llegaron sus majestades a buscar al príncipe esta mujer se fue y dejó con el anciano a esta niña han pasado seis años y ella no ha vuelto y ahora el anciano murió. La reina abrió el baúl y encontró una mantilla bordada con el escudo de su hijo el príncipe que el día que perdió a la princesa perdió la razón y no había podido recuperarse, pero nadie dijo nada del bebe ellos pensaron que había muerto y desesperados de ver a su hijo en ese estado habían cerrado el castillo y habían traído al príncipe que aún estaba con ellos, pero que no sentía ningún deseo de vivir aunque tenía todo el cariño de los reyes y todas las atenciones y cuidados que necesitaba. La reina leyó el papel que solo decía Nobles y Castillo y la fecha era la de la noche que falleció la princesa. La reina manda a las doncellas que bañen y vistan a la niña, ella es su nieta, La princesa Lilibet que era el nombre que le tenían elegido los príncipes. Las doncellas bañan y visten a la niña que quedó preciosa con su cabello castaño dorado igual al de la princesa , peinado en una trenza recogida en un moño adornado co perlas y zafiros y su traje celeste recamado con hilos de plata y diamantes El rey ,la reina y el príncipe estaban en el salón cuando entró la princesa Lilibet fue un momento maravilloso de ver la emoción de los reyes al ver a su nieta tan hermosa, el príncipe da unos pasos y la abraza llorando de alegría era como si hubiese vuelto a la vida después de seis años de darla por muerta, nunca más había pensado en ella y ahora al mirarla veía a la princesa con su cabello castaño dorado peinado en una trenza y era su hija la princesa Lilibet. Bien le había dicho el anciano que por la trenza la reconocerían. En el castillo reinó la alegría, se había encontrado a la princesa Lilibet nieta de los reyes e hija del príncipe que al verla sintió que estaba vivo y solo deseaba darle todo ese cariño que había guardado cuando creyó haberlas perdidos a las dos, ahora esa niña, la niña de la trenza era todo para él.
Una de las doncellas la condujo a los aposentos de la reina y esta al verla la sintió tan cercana como si la conociera, llamó al rey y le pregunto si esa niña le parecía conocida, el rey preguntó que quién era de donde venía y que quién la había traído al castillo, la reina no tenía mayor información, pero vinieron a su mente muchos recuerdos que hasta ahora no había encontrado respuestas. La dejare conmigo dijo la reina y quiero hablar con el pastor que la trajo y ver todo lo que traía. La doncella le dice a la reina el pastor se fue y dejo un baúl que pertenecía al abuelo, tráelo dice la reina y llama al pastor. La doncella trae el baúl junto con un guardia que sabe todo a cerca de la niña. La niña vivía con un anciano, pero se cree que él no era su abuelo, porque su hija que trabajaba en el castillo de su hijo el príncipe Lirazul cuando ocurrió la muerte de la princesa y el bebe, la mujer que atendió a la princesa era hija del anciano y cuando llegaron sus majestades a buscar al príncipe esta mujer se fue y dejó con el anciano a esta niña han pasado seis años y ella no ha vuelto y ahora el anciano murió. La reina abrió el baúl y encontró una mantilla bordada con el escudo de su hijo el príncipe que el día que perdió a la princesa perdió la razón y no había podido recuperarse, pero nadie dijo nada del bebe ellos pensaron que había muerto y desesperados de ver a su hijo en ese estado habían cerrado el castillo y habían traído al príncipe que aún estaba con ellos, pero que no sentía ningún deseo de vivir aunque tenía todo el cariño de los reyes y todas las atenciones y cuidados que necesitaba. La reina leyó el papel que solo decía Nobles y Castillo y la fecha era la de la noche que falleció la princesa. La reina manda a las doncellas que bañen y vistan a la niña, ella es su nieta, La princesa Lilibet que era el nombre que le tenían elegido los príncipes. Las doncellas bañan y visten a la niña que quedó preciosa con su cabello castaño dorado igual al de la princesa , peinado en una trenza recogida en un moño adornado co perlas y zafiros y su traje celeste recamado con hilos de plata y diamantes El rey ,la reina y el príncipe estaban en el salón cuando entró la princesa Lilibet fue un momento maravilloso de ver la emoción de los reyes al ver a su nieta tan hermosa, el príncipe da unos pasos y la abraza llorando de alegría era como si hubiese vuelto a la vida después de seis años de darla por muerta, nunca más había pensado en ella y ahora al mirarla veía a la princesa con su cabello castaño dorado peinado en una trenza y era su hija la princesa Lilibet. Bien le había dicho el anciano que por la trenza la reconocerían. En el castillo reinó la alegría, se había encontrado a la princesa Lilibet nieta de los reyes e hija del príncipe que al verla sintió que estaba vivo y solo deseaba darle todo ese cariño que había guardado cuando creyó haberlas perdidos a las dos, ahora esa niña, la niña de la trenza era todo para él.
Elfridia
28*Septiembre*2014
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