El rey y la
reina están preocupados, sus hijos el príncipe Rudolf y el príncipe Garin no
desean casarse, Rudolf ya debería estar casado, pero no se ha logrado
convencerlo y Garin no puede casarse hasta que no lo haga su hermano mayor.
Los
dos príncipes son llamados a conversar con sus padres y el rey les dice: ha
llegado el momento de tomar sus responsabilidades, sé que son buenos
estudiantes, no hay quejas de sus maestros, pero ya deben formar una familia y
empezar por elegir a la que será su esposa. No lo he hecho yo dejándoles la
libertad de hacerlo, pero ahora es el
momento. Se dará una gran fiesta y serán invitadas varias princesas que vendrán
con sus padres, yo ya he conversado con algunos de ellos, pero quiero darles
esta oportunidad para que elijan a su preferida de lo contrario las voy a
elegir yo. Los príncipes se dieron cuenta que esta vez iba en serio y empezaron
a imaginarse a las princesas, ya tenían sus preferencias. Rudolf se la
imaginaba de cabello castaño claro, hermosos ojos verdes, una tez muy blanca y
su imaginación volaba, si era una princesa soñada; Garin era romántico, se la
imaginaba alta delgada de cabellos dorados y ojos azules, era preciosa. La
reina los saca de sus sueños y les dice: Han sido buenos hijos y han repartido sus responsabilidades, son buenos
hermanos se les ha respetado el deseo de elegir a sus esposas y pensamos que ya
están preparados para hacerlo; Rudolf y Garin muy serios prometen que en esta
fiesta van a elegir a su futura esposa. La reina es muy bella y el rey la
adora, el ejemplo de sus padres como matrimonio los hará hacer una buena elección.
Elfridia 07*Julio*2016
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