Este era un
joven que vivía en un pueblo pequeño, le gustaba una niña y no sabía como
cortejarla y poder acercarse a ella; la veía todos los días, pero ¿Qué podría
hacer para hablar con ella? Tanto pensar se le vino a la mente, la idea de
vestirse como un príncipe y la deslumbraría con su traje; buscó un local dónde
arrendaran disfraces, pero no encontró ninguno, entonces se fue donde un sastre y le pidió que le hiciera un
traje como para un príncipe, el sastre lo miró y le dice: realmente como un
príncipe o una tenida formal que lo haga ver como un príncipe
Quiero un
traje como los que usaban los príncipes dice el joven y el sastre le dice un
traje de esos es de mucho valor y yo no tengo todas esas telas para hacerlo contesta el sastre, el joven no
se da por vencido y le dice, entre todas esa telas como no va a tener algo
similar de menor costo, si dice el sastre podría ser, en vez de terciopelo una
pana o cotelé, en vez de un broccato o
un shantung de seda una seda de peso, bueno podría ser, pero de todas maneras sería de un alto valor.
¿Cuánto
sería pregunta el joven? No lo sé dice el sastre tendría que sacar la
cuenta
de el valor
de las telas Por favor hágalo dice el joven, pero ¿hago el traje? pregunta el
sastre, si dice el joven, el sastre elige las telas, toma las medidas
y dice el valor, son cien mil pesos, eso es mucho dinero dice el joven. Yo se
lo advertí dice el sastre, bueno hágalo por favor y avíseme cuando este listo. Pasaron
los días y por fin el joven tuvo su traje; trabajó mucho para conseguir todo
ese dinero, pero tendría su traje. Cuando se lo puso y se mira al espejo se veía
muy bien, pero se sintió inseguro ¿Qué
pensaría la niña al verlo vestido así?
El joven se acerca a la niña y no alcanzó a hablar cuando la niña lo
mira asustada y se aleja corriendo y al llegar a su casa le dice a la mamá un
hombre disfrazado de no sé qué quiso hablar conmigo, pero me dio tanto susto
que salí corriendo. El traje no hace a las personas solo hace lucir su
personalidad, hay un viejo refrán que dice así: Aunque la Mona se vista de seda Mona se
queda.
El joven
aprendió su lección y a pesar de haber gastado todo su dinero en el traje decidió acercarse a la niña y lo
consiguió y ella se rió mucho cuando le
contó lo del traje y le preguntó que había hacho con el y él le contó que
lo había vendido a un circo para uno de sus personajes y así termina esta
historia que acercarse a la niña era mucho más fácil que hacerse un traje.
Elfridia 17*Agosto*2017
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