domingo, octubre 22, 2017

Un Joven de Pueblo








Este era un joven que vivía en un pueblo pequeño, le gustaba una niña y no sabía como cortejarla y poder acercarse a ella; la veía todos los días, pero ¿Qué podría hacer para hablar con ella? Tanto pensar se le vino a la mente, la idea de vestirse como un príncipe y la  deslumbraría con su traje; buscó un local dónde arrendaran disfraces, pero no encontró ninguno, entonces se fue  donde un sastre y le pidió que le hiciera un traje como para un príncipe, el sastre lo miró y le dice: realmente como un príncipe o una tenida formal que lo haga ver como un príncipe
 Quiero un traje como los que usaban los príncipes dice el joven y el sastre le dice un traje de esos es de mucho valor y yo no tengo todas esas telas  para hacerlo contesta el sastre, el joven no se da por vencido y le dice, entre todas esa telas como no va a tener algo similar de menor costo, si dice el sastre podría ser, en vez de terciopelo una pana o cotelé, en vez de un broccato  o un shantung de seda una seda de peso, bueno podría ser, pero de todas maneras sería de un alto valor.
¿Cuánto sería pregunta el joven? No lo sé dice el sastre tendría que sacar la cuenta    
de el valor de las telas Por favor hágalo dice el joven, pero ¿hago el traje? pregunta el sastre, si dice el joven, el sastre elige las telas, toma las medidas y dice el valor, son cien mil pesos, eso es mucho dinero dice el joven. Yo se lo advertí dice el sastre, bueno hágalo por favor y avíseme cuando este listo. Pasaron los días y por fin el joven tuvo su traje; trabajó mucho para conseguir todo ese dinero, pero tendría su traje. Cuando se lo puso y se mira al espejo se veía muy bien,  pero se sintió inseguro ¿Qué pensaría la niña al verlo vestido así?  El joven se acerca a la niña y no alcanzó a hablar cuando la niña lo mira asustada y se aleja corriendo y al llegar a su casa le dice a la mamá un hombre disfrazado de no sé qué quiso hablar conmigo, pero me dio tanto susto que salí corriendo. El traje no hace a las personas solo hace lucir su personalidad, hay un viejo refrán que dice así: Aunque la Mona se vista de seda Mona se queda.
El joven aprendió su lección y a pesar de haber gastado todo su dinero en el traje  decidió acercarse a la niña y lo consiguió  y ella se rió mucho cuando le contó lo del traje y le preguntó que había hacho con el  y él le contó que lo había vendido a un circo para uno de sus personajes y así termina esta historia que acercarse a la niña era mucho más fácil que hacerse un traje.

                                                                                   Elfridia            17*Agosto*2017

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