domingo, noviembre 19, 2017

El Columpio




















Cerca de las viñas en una casa de campo, al lado de un árbol había un columpio y Marcela una niña de doce años pasaba la gran parte de su tiempo arriba  del columpio, le había costado aprender a darse impulso sola, pero ahora lo hacía tan rápido que parecía que volaba y decía: me gustaría ser un pájaro y tener alas, pero no,
me gustaría  volar y ver lugares lejanos como los que contaba un amigo del papá, él decía que en los campos donde vivía los trigales en primavera se cubrían de amapolas rojas, él se sentaba entre el trigo y las amapolas y era un conjunto muy hermoso, ver el trigo dorado entre grandes manchas rojas y tocaba un instrumento musical que en este momento no recordaba su nombre, pero si se venían a su mente otras historias como la leyenda de la Luna que en medio de una laguna entre las montañas se bañaba mientra los indígenas la adoraban, como le habría gustado verla, o el castillo junto al mar bañado por las olas, este castillo estaba construido  entre las rocas y en una estación del año florecían de entre las rocas pequeñas flores silvestres blancas y amarillas y los lugareños lo llamaban El Castillo  de la Roca Florida; Su papá le contaba que cuando era adolescente salía a pescar con Farfán el pescador y el le decía que en una pequeña playa cuando había Luna llena se bañaba desnuda una hermosa joven y si en algún momento una nube tapaba a la Luna la joven desaparecía, era maravilloso sentirse en el aire, el columpio la hacía volar, de repente siente una voz que la llama, Marcela dónde estás, no has hecho tus tareas y tu leche se va a enfriar, era su mamá, tendría que dejar de volar, esto era una realidad.

                                                                                          Elfridia             30*Septiembre*2017  

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