domingo, junio 28, 2020

Te invito a leer La Tortuguita jugetona








Era una tortuguita que vivía en un bosque junto a un lago, los conejos, las ardillas, los coipos y todos los pájaros que llegaban al bosque, los tordos que se veían azulados de lo negro que eran, las loicas con sus pechos rojos, los loros verdes, las garzas blancas, las tagua-tagua que se sumergen  en el agua desapareciendo para volver a aparecer, perdices, codornices, tórtolas, todos eran amigos, les encantaba jugar.

Un día que había escondido su cabeza  las ardillas la empujaron y rodó hacia el lago, pero antes de caer al agua la detuvieron los coipos.
Las garzas blancas y los patos negros que estaban en el agua aplaudieron con sus alas a los coipos por haberla salvado de caer al agua; La tortuga sacó su cabeza muy asustada, pero luego sonrió feliz a sus amigos.
Una tarde cerca del crepúsculo  estaban todos jugando cuando sintieron un inmenso ruido, era dentro de la tierra  todo se empezó a mover y los árboles se agitaban como cuando se sacude un plumero, sus hojas sonaban como latitas que se golpean unas contra otras, el agua del lago se recogió en el borde y saltó, los acantilados del lago se desplomaron al agua haciendo un gran ruido y levantando una nube de polvo.
Todos los animalitos estaban  asustados, la tortuguita no se movió  hasta que pasó ese estruendo, en un momento creyó que la tierra se iba a abrir bajo sus patas era tan fuerte el ruido que hacía. Pasó todo y volvió la tranquilidad  vino una ráfaga de viento  movió las hojas que sonaron como un murmullo y el eco de ese ruido se lo llevó el lago hasta la montaña. Los animalitos y pajaritos del bosque habían pasado un gran susto, pero luego volvieron a correr y  jugar y los pájaros con sus trinos alegraron el bosque.
Unos pocos días después  hubo otra conmoción; Oyeron ladridos de perros y todos los pájaros se echaron  a volar  los conejos y las ardillas corrieron a esconderse entre la maleza y la zarzamora; La tortuguita no alcanzó a moverse; De repente sintió un golpe  alguien había tropezado con ella y una mano la levantó en el aire y luego la metieron en un bolso  oscuro. El cazador que encontró a la tortuguita se la llevó a su casa y cuando llegó la puso en la mesa de la cocina y llamó a su señora y a sus dos niñitas que eran muy lindas y amorosas; La mayor se parecía mucho a su papá, y la menor a su abuela tenía la misma sonrisa de ella.
La mayor era alta y delgada y sus ojos café claros eran tiernos y trasmitían una gran sensibilidad  era atenta y cariñosa con todos  le encantó la tortuguita. A la menor también le gustó mucho  ella era totalmente diferente a su hermana, rubia, con reflejos dorados como el sol, alegre juguetona y de una gran chispa.
A la tortuguita le pusieron Juanita.
Juanita estaba muy triste echaba de menos a sus amigos del bosque y pasaba escondida en su caparazón; Las niñitas iban a verla, pero ella escondía su cabeza y no salía. Tenía de todo  la casa era preciosa  un jardín lleno de flores y el pasto parecía una alfombra verde  también venían unos pajaritos, pero ella ni los miraba.
Las hermanitas la mimaban y le daban su comida, estaban muy extrañadas, porque Juanita se encerraba escondiendo su cabeza y no salía.
Pasó el tiempo las niñitas seguían dándole cariño y cuidándola. La tortuguita se fue acostumbrando a verlas y empezó a quererlas, asomaba su cabeza cuando las veía y trataba de andar al paso de ellas, pero por mucho que se apurara no las alcanzaba. Las niñitas se reían y jugaban con ella.
Hizo otros amigos los pajaritos que llegaban al jardín, zorzales, picaflores, palomas la acompañaban cuando las niñitas estaban en el colegio.
La tortuguita se sentía feliz, no había olvidado a sus amigos del bosque, pero el cariño y cuidado de las hermanitas habían conquistado su corazón.
29-Mayo -1990
       Elfridia

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