¡Que hermoso! el sol se va ocultando detrás de la montaña y sus rayos se reflejan en el lago.
El agua toma un color dorado luminoso y el movimiento de sus pequeñas olas lo irradia hasta perderse en la lejanía. La niña contempla sin moverse todo este cambio del día a la noche. El sol empieza a desaparecer y la luna ilumina débilmente el lago. Es luna nueva y la última claridad del día se proyecta en el cielo y en el agua; sus ojos miran fijamente el cielo de un azul intenso y la claridad rosácea detrás de las montañas. De repente queda maravillada. Miles de figuritas transparentes llenas de luminosidad bailan sobre el agua. Son como pequeños fantasmas, se levantan, se inclinan, se tocan todas al mismo tiempo al compás del ruido de las olas que es como una melodía que acompaña su baile. Se ven todas iguales. Es un espectáculo maravilloso. La luz de la luna y la última claridad del día le dan esa luminosidad y el movimiento de las pequeñas olas que los llevan danzando hasta desaparecer en el agua. La niña está encantada y aunque no se mueve desea bailar con ellos y deslizarse suavemente al compás de la música creada por el viento en el agua. Está tan absorta mirando este ballet en el lago, que el tiempo pasa y llega la noche. El cielo se oscurece, la luna brilla y las estrellas empiezan a aparecer. Los pequeños fantasmas van perdiendo su transparencia y claridad oscureciéndose lentamente. La niña piensa ¡que hermoso!, si lo cuento no lo van a creer, pero fue un hermoso ballet. No se si nuevamente tenga la oportunidad de volverlo a ver. Lo disfrutó plenamente y hasta se sintió bailando con los pequeños fantasmas que se formaron con los últimos rayos del sol y la maravillosa luz de la luna. ¡Que hermoso .muy hermoso!...fueron unos momentos mágicos.Lago-Colbún-24-Abril-1990
Elfridia
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