Emilia era una niñita que la mayor parte del tiempo soñaba y muchas veces mezclaba sus sueños con la realidad. Ella veía algo que le agradaba y su mente volaba tejiendo miles de fantasías; lo real que veía lo llevaba con su imaginación a un mundo maravilloso que solo existía en su interior.
A medida que crecía fue aprendiendo y conociendo tantas cosas y todo le llamaba la atención; la naturaleza le encantaba, los colores la dejaban admirada, podía mirar horas el colorido de las flores, el verde de los árboles y el prado, el azul del cielo con sus tonos cambiantes de un cielo claro y limpio a un cielo oscuro y gris, todo lo que veía quedaba grabado en su mente,Emilia era muy buena alumna y se destacaba en las
clases de dibujos, tenía una facilidad increíble para darle forma y colorido a
sus dibujos. El profesor le decía: Estoy admirado y Emilia respondía, y yo
también, para mí dibujar es algo que nace solo; Lo siento, lo llevo dentro y me
realizo al ver que puedo traspasarlo, porque el resultado es hermoso. Un verano
que Emilia estaba de vacaciones en la
playa con sus padres en un momento que se quedó sola empezó a soñar….
Emilia….Emilia…., siente que sus padres la llaman; vuelve a la realidad y corre
a juntarse con ellos. El tiempo pasa y Emilia cada vez siente más inclinación
por la pintura, aprende a pintar al óleo y su dormitorio se llena de pinceles,
telas, cajas y pomos de colores, atriles, caballetes y diluyentes para quitarle
la pintura a los pinceles. Sus padres al
ver esto le arreglaron un taller para ella y allí en su rinconcito como
Emilia lo llamaba empieza a crear sus
primeros cuadros. Tenían algo muy especial, era el toque personal de Emilia;
una transparencia y un colorido que solo ella lo podía dar. Llega un día el
profesor de dibujos, un señor de edad; viene a verla y Emilia lo lleva a su
taller para mostrarle las pinturas. El profesor las mira, y dice: son muy
hermosas; y en todas ellas hay una transparencia que solo Emilia consigue. En la
primera tela hay una niña muy etérea,
con su cabello rubio al viento, con una túnica amarilla iluminada por un rayo
de sol, va en el anca de un caballito blanco azulado que tiene la transparencia
del cristal, el profesor le dice: esta tela tiene tu toque; la transparencia
del caballito, ningún otro pintor se la podría dar. Al mirar otra de las telas
ve una hermosa mariposa de alas transparentes en tonos de azules y verdes, está
revoloteando alrededor de una flor con pétalos en tonos rosas aterciopelados,
la flor dan deseos de tomarla y las alas de la mariposa al mirarlas son de una
transparencia total. Hay telas por todas partes y en una de ellas que está
cerca de una gran ventana, hay un niño sentado en un tronco en tonos de café, naranjas y amarillos, tiene puesto
un sombrero de paja roto y a sus pies echado un perro, un gran pastor alemán,
el perro en tonos celestes y blancos que le dan una transparencia como si no
fuera real. El profesor le dice: tienes un don maravilloso Emilia, no se como
logras esos colores tan bellos y esa transparencia que es tu toque personal.
Ella siente un gran cariño y respeto por el profesor
le dice: en mis sueños lo veo así y para mí es una gran alegría el poder
realizarme al darle forma y color, es como hacer de una fantasía una realidad.
El profesor un poco preocupado le dice: ¿Emilia…..No
vives muy alejada de la realidad....muy encerrada en tu mundo? Realmente no lo
sé, vivo con mis padres, mi familia, mis amigos, pero este mundo maravilloso
que llevo adentro, me absorbe la mayor parte del tiempo. El profesor le pregunta:
¿eres feliz? Ella responde…. Creo que sí. El le pregunta: ¿y el amor Emilia?
Sí, dice ella, tengo el amor de mis padres, de mi familia, de mis amigas, pero
¿el amor para formar un hogar? Ella lo mira y le contesta: ese amor no ha
llegado a mi corazón. Tal vez un día llegará. El profesor le dice eres un ser
muy especial. Yo vengo a invitarte para que expongas tus telas en
Emilia siente como si hubiese perdido una parte de si
misma, sus padres la notaron triste y no quiso ir el día de la inauguración.
Esta fue un éxito, las telas fueron muy celebradas y se vendieron todas. Emilia
al saber la noticia creyó morir, no las vería más y no podría hacer otras
iguales. Cuando su padre le entregó el dinero, ella le pidió que lo guardara en
una cuenta de ahorro por si más adelante lo necesitaban, porque en ese momento
ella vivía con ellos y no necesitaba nada. Como Emilia quedó tan afligida con
la venta de las telas sus padres la invitaron a salir de viaje. Irían a un lago
cerca de las montañas. A ella le encantaba la naturaleza y allí podría pintar.
Poco antes de partir de viaje la entrevistó un
periodista que debido al éxito de la exposición averiguó su dirección y pidió
hablar con Emilia.
Al presentarse el periodista, Emilia siente como una
corriente eléctrica que la traspasa, sus ojos de un verde oscuro casi grises,
duros e inquisidores se clavan en los ojos azules de Emilia y ella siente un
temblor. Este joven la atemoriza. El se presenta, Emilia solo oye su nombre. Se
llama Gonzalo y quiere saber que le ha producido el éxito de sus cuadros: Emilia
se siente nerviosa pero le contesta: ha sido una gran satisfacción para mí
compartir mi mundo de fantasía, formas y color con otras personas que sin
conocerme lo han apreciado. Usted dice: ¡su mundo!.... ¿no es muy egoísta al no
querer exhibirlos y venderlos guardándolos sólo para sí? No, dice Emilia yo no
me opongo a que vean mis pinturas, lo que no quiero es venderlas porque son
parte de mí, siento desprenderme de algo que me ha hecho tan feliz al
realizarlos.
¿Usted no los abría vendido, aunque se vendieran a un
buen precio?- No los abría vendido – no sabía del acuerdo del profesor con mis
padres, creó que él dio su consentimiento, yo no fui a la exposición. ¿Por qué
no fue? ¿Por timidez por temor? por que sentí que era como invadir mis sueños y
no sabía como iba a reaccionar.
¿Va a seguir pintando?
Sí…. Creo que sí…. Yo solo pinto lo que siento, está todo dentro de
mí. ¿No cree que si tiene este don
podría ser más generosa y dejar que lo vean los demás? Yo no me opongo a que
vean mis pinturas y se sientan tan felices al contemplarlas como yo me he
sentido al hacerlas, lo único que no quiero es separarme de ellas. ¿Se podría
decir que está enamorada de su arte? ¿Le
agrada la fama, el éxito? Sí me agrada el saber que otras personas han
encontrado hermoso lo que yo con tanto cariño e ilusión he realizado, El
compartir, me produce una gran satisfacción. Lo que no me agrada es ser
interrogada en esta forma y de por hecho que nunca más concederé una
entrevista. El la mira y se ríe, sus ojos pierden un poco su dureza y le
dice….¡Usted me gusta Emilia!.... creo que nos volveremos a ver
El periodista se va y Emilia piensa que a pesar de lo
duro e impertinente siente una gran atracción por él.
Los días que pasó en las montañas junto al lago fueron
maravillosos, pintó la mayor parte del tiempo y recorrió el lugar. Todos los
días caminaba junto al lago, paseaba por los campos y bosques cercanos, era un
lugar lleno de belleza y paz, el cielo azul, el trino de los pájaros que
revoloteaban y jugaban entre los árboles. La casa totalmente rústica era de
unos amigos que los habían invitado ha pasar unos días; el tiempo buenos con
sol aunque era invierno, las montañas con nieve, en la tarde prendían el fuego
de la chimenea y servían la comida con pan amasado. Emilia disfrutó mucho en
compañía de sus padres y sus amigos que la querían. Trató de concentrarse en
sus pinturas, pero sin darse cuenta se encontró varias veces pensando en el
joven periodista de ojos de acero. La había puesto nerviosa y a pesar de ser
tan distinto no dejaba de pensar en él.
Cuando volvieron ya tenía varias telas. Uno muy lindo
donde se veía el lago, el agua era cristalina en la orilla brillando en el
fondo la arena y piedrecillas con visos dorados, en otra tela un bosque dónde las hojas de los
árboles parecían encajes en todos los tonos de verdes y en la tierra café
oscura había una piedra que le daba un rayo de sol en un lado y adquiría tal
transparencia que se podía ver en su interior. Sólo Emilia conseguía darle esa
luz y claridad.
Un día que estaba en su taller le avisa la mamá que un
joven la busca, su nombre es Gonzalo. No puede ser él otra vez. Tiene miedo de
verlo, pero a la vez siente curiosidad y
deseos de estar con el periodista. Gonzalo entra al taller y le dice: que lugar
tan acogedor, es un honor para mí que me reciba. Si mal no recuerdo la última
vez que nos vimos me dijo que no volvería a verme. Emilia le sonríe le tiende la mano, y le dice: Ese día yo
estaba muy triste y nerviosa, creo que ahora ya me he recuperado.
¿Ha vuelto a pintar? Sí dice Emilia, estuvimos unos
días afuera, en un lugar muy hermoso, los padres de mi amiga Maritza nos
invitaron, fue muy agradable disfrutar de la naturaleza y la compañía de los
amigos.
¿Esas dos telas son de ese lugar? Sí dice Emilia, yo
me demoro para pintar porque soy muy detallista y como todo está en mi mente,
puedo estar pintando la misma tela varios días.
Emilia…. ¿puedo decirle Emilia? Quería verla nuevamente, no escribí el
artículo aunque me forme una idea muy clara de su persona. No es fácil conocer
a un artista la primera vez que se le ve; deseaba confirmar las primeras
impresiones. Emilia inquieta le pregunta: ¿y esas impresiones son favorables a
mi persona o todavía piensa que soy egoísta? Cuando lea mi artículo lo va a
saber; sus pinturas son hermosas, tiene mucha imaginación y su colorido es muy
especial, siendo fuerte en tonos se ve como un remanso de paz. Emilia siente
que su mirada la traspasa y no desea que él llegue a su corazón, tiene miedo….
No sabe a que…. Tal vez le asusta la atracción que siente hacía él. Quita su
mirada y Gonzalo nota su turbación y busca sus ojos nuevamente. ¡Emilia dice,
me tiene miedo? No tiene porque temerme, yo siempre busco la verdad y usted es
franca y transparente, se puede leer sus pensamientos con solo mirarla a los
ojos. Emilia se siente más inquieta, no puede dejar que él se de cuenta de lo
que ella siente, es muy peligroso no debió volver a hablar con él. El joven
periodista se da cuenta que ella está
cada vez más inquieta y cree que es el momento de retirarse, se despide
y le dice: ¿puedo volverla a ver? Quisiera invitarla a salir conmigo, a pasear o a comer.
Emilia le contesta temerosa, casi no salgo sola, mis
padres o mis amigos me acompañan, preferiría que viniera a verme y comeríamos
en mi casa. El agradeció la invitación y prometió volver. Emilia no se
explicaba lo que sentía, su corazón se había vuelto loco y tenía miedo, no
quería reconocer que se había enamorado de él, como podía atraerla así un ser
tan distinto a ella.
Pasaron los días y no supo nada de Gonzalo y aunque
trataba de alejarlo de su mente, no lo conseguía. Una tarde viene Maritza y le
dice: Emilia te noto diferente, ¿Qué tienes?....estás inquieta, nerviosa y hay
un brillo distinto en tus ojos. Emilia no quería decir nada, ni ella misma
podía explicarse lo que le sucedía, Maritza al verla, que no quería contarle
nada, le dice: tengo una noticia muy linda que darte, me voy a casar antes de
fin de año, quiero que asistas a mi compromiso. Emilia se alegra mucho, la
felicita y le dice: has hecho una buena elección, Ignacio te adora, es
inteligente y tiene un gran futuro van a ser
muy felices.
Emilia y tú ¿Cuándo te vas a enamorar? Tienes tantos
admiradores, pero casi no sales; no dejes pasar el amor, que puedes perder tu
oportunidad. Emilia al oír esto, siente que su corazón se detiene, ella está
dejando pasar su oportunidad, porque está enamorada de Gonzalo y no quiere
reconocerlo.
Pasan los días y Gonzalo la llama por teléfono, le
dice que va a ir a visitarla esa tarde. Emilia le comenta a su mamá que el
joven periodista vendrá en la tarde y ella lo invitó a comer porque no desea
salir, cree que su casa es el lugar más tranquilo y agradable para estar con
él.
La mamá la ha notado distinta y le pregunta si está
interesada en Gonzalo, ella le explica que no lo sabe, siente una gran
atracción por él, pero son tan distintos, hay una gran confusión entre sus
pensamientos y sus sentimientos; la mamá le dice: Emilia si no estás segura,
deja de verlo…. Mamá le interrumpe Emilia, quiero conocerlo, lo he visto sólo
dos veces y deseo saber más de él, la mamá le dice , no quiero que sufras, si
no tienes claro lo que sientes es preferible no ahondar tus sentimientos.
Esa noche Emilia estaba en su taller cuando llegó
Gonzalo, la mamá lo recibió y llamó a Emilia. Ella estaba muy linda con un
camisero celeste del color de sus ojos; conversaron un momento en el estar y
luego pasaron al comedor. Los padres de Emilia eran muy agradables y cariñosos.
Gonzalo habló poco con ellos se veía que tenía gran interés en estar a solas
con Emilia y aunque ellos le hicieron varias preguntas, el les contó muy poco
de su vida, viajaba mucho, siempre en busca de la noticia, prácticamente vivía
en hoteles. Conocía muchos países de Europa y América. Hablaba varios idiomas y
siempre estaba dispuesto a ir donde lo llamaran. Los padres de Emilia se
sintieron intranquilos, pensaron que Emilia no se acostumbraría a una vida tan
incierta, sin saber donde iba a estar cada día. Después de comida se quedaron a
solas y Gonzalo le cuenta que tiene la oportunidad de hacer un viaje por un año
o más al extranjero. Visitará varias capitales europeas, ciudades o pueblos
cercanos desea que ella lo acompañe, se casarían antes de partir. Emilia queda
totalmente sorprendida, apenas lo conoce, no está segura de lo que siente por
él, es imposible decidir en ese momento no puede renunciar a su arte, es una
aventura, siente una gran atracción por él, pero cree que necesita más tiempo
para conocerlo, le dice ¡Gonzalo!.... necesito tiempo. El le responde yo no
tengo tiempo, vivo el día, no, se
si estaré el día de mañana, voy siempre donde está la noticia, es mi vida una
aventura fascinante. Emilia lo mira e inquieta le dice somos muy diferentes yo
necesito tranquilidad para pintar y me gusta sentirme segura en mi hogar, yo no
soy de las personas que viajan de un lado para otro, deseo conocer algunos
países de Europa, pero no puedo decidir un paso tan importante en mi vida sin
pensarlo. ¡Emilia! Se lo que sientes por mí, tus ojos no mienten, vente conmigo
seremos felices. ¡Atrévete Emilia! Tienes que madurar. Si el madurar es dejar
de soñar, es renunciar a mi mundo, a mi
tranquilidad, no quiero madurar. ¡No le temas al amor Emilia! Deja tus
fantasías y vive una realidad. No puedo Gonzalo, creo que estoy enamorada de
ti, pero no puedo abandonar todo, yo creo en un amor muy diferente donde me
pueda sentir amada y protegida y no temer a lo que va a pasar cada día.
Gonzalo se de cuenta que Emilia no accederá a casarse
con él, necesita tiempo y él no puede dárselo, se va dentro de un mes. Se
despide de ella y le dice: Espero tu llamado….hasta siempre Emilia. Ella siente
una gran pena, sus ojos se llenan de lágrimas, vislumbró el amor y lo perdió.
Los padres de Emilia se acercaron a consolarla y le dicen: si realmente te
quiere volverá a buscarte, su vida no es fácil y debe ser muy difícil seguirlo en su tren de viajes.
Has hecho lo que debías Emilia, pronto lo olvidarás.
Emilia no supo más de él y al tiempo después que él se
marchó, la mamá le pasa una revista y le dice: hay un artículo de Gonzalo de la
entrevista que te hizo antes de partir. Emilia lo lee.
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EL MARAVILLOSO MUNDO DE EMILIA
Se ha destacado en estos días una joven artista cuyos cuadros
fueron todo un éxito. Sus pinturas tienen una transparencia que sólo ella se las puede dar. Al conocer a
Emilia y mirar sus ojos celestes casi se puede llegar y admirar ese maravilloso
mundo interior que ella traspasa a las telas dándole formas y color, en cada
obra que pinta va dejando una parte de ella, porque está completamente
enamorada de su arte y no está dispuesta por ningún motivo a perder ese mundo
maravilloso.
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A Emilia se le llenan los ojos de lágrimas que
corrieron por sus mejillas. Había dejado pasar el amor, Gonzalo se fue, tal vez
algún día volvería a enamorarse y conocería realmente el amor, ahora sólo se
concentraría en sus pinturas que eran una forma de expresarse y compartir todo
lo que llevaba dentro. ¡Como había dicho Gonzalo “Ese mundo maravilloso de
Emilia”….
02-Julio-1991 Elfridia
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