Una hermosa niña estaba a la orilla del mar, miraba las olas que se acercaban hasta casi tocar sus pies.
Se había detenido un momento y dejó su mente vagar por la playa contemplando aquella masa de agua de color azul verdoso venir una y otra vez en un movimiento incesante a bañar la arena blanca y dorada. Como le gustaba estar frente al mar, el sonido de las olas cuando recién empiezan a formarse para luego caer con toda su fuerza y deslizarse por la arena. Ella lo oye como un canto que la llama y la invita a conocer ese mundo maravilloso del mar. La niña siente miedo ante esta inmensidad, pero el ruido del agua, el grito de los pájaros que revolotean buscando su alimento, el viento que mueve sus cabellos y juega con su falda liviana la va envolviendo en la magia del momento.Empieza a soñar... ella es una princesa que vive en el mar, su corona
es una guirnalda de flores marinas y su vestido es entero plateado con gotas de
cristal. Sus súbditos son los peces, las
estrellas marinas, los caballitos de mar y todos los moluscos que uno se pueda
imaginar. El colorido de estos habitantes es tan hermoso en todas las tonalidades de verde y azul y también hay
rojos y rosados como en los caracoles, que en su interior el rosa suave se
convierte casi en un rojo. Cada pez
tiene un color diferente si pudiera grabarlos en su mente ¡Son tan bellos! Su
reino es inmenso, pero no puede recorrerlo todo; hay seres vivientes muy
grandes y peligrosos que le harían daño si tratara de alejarse mar adentro. Los
caracoles la hacen dormir en la noche con unos sonidos que parecen una canción
de cuna, y los peces la despiertan en la mañana en una nube de burbujas que la
hacen flotar. La vida en el mar es muy
hermosa le gustaría conocer y recorrerlo y saber que hay más allá. En ese momento sintió que los caracoles
tocaban igual a las trompetas anunciando la llegada del Delfín azul del reino
del coral. La princesa lo vio entrar y el Delfín azul haciendo una reverencia
la saluda, ella le contestó graciosamente. El delfín azul le dijo que venía a
pedirle que fuera su esposa. La princesa
lo miró y le contestó que necesitaba tiempo para contestar, pero el Delfín azul
sólo le dio unas horas, porque él tenía que volver a su reino. La princesa tuvo
miedo no le agradaba el Delfín azul era casi negro de azul y tan grande. No quería casarse con él. Llamó a los peces
sabios del reino y les pidió consejo.
Estos le dijeron que debía casarse con el Delfín azul, porque si no lo
aceptaba éste se enojaría y acabaría con todos. La princesa les encontró razón; pero ella no
quería casarse con él y sólo tenía unas horas para decidirse, porque el Delfín
azul volvería apenas el sol traspasara las límpidas aguas azules de su reino. Al otro día la princesa se
despertó muy temprano, aún no llegaban los peces a despertarla con sus
burbujas. Ella no sabía que hacer; en su
corazón siente la nostalgia de la vida fuera del mar, el aire puro que se
respira y el susurro del viento al oído contándole secretos que jamás podría
descifrar; el sol que acaricia su cara y le dan deseos de vivir con todos los seres que habitan la tierra y la
hacen sentirse parte de ella. La niña princesa desea volver a su mundo y
contemplar el mar desde la playa y esa arena dorada donde llegan las olas. Siente las burbujas como un colchón bajo su
cuerpo y se deja flotar hasta despertar de su sueño. Ha vuelto a la realidad. Se siente feliz ha escuchado el canto del mar
y le ha dicho tantas cosas hermosas que ya nunca olvidara
Elfridia 02*Septiembre*1992

No hay comentarios:
Publicar un comentario