Lupa la Bruja Verde
Lupa la bruja verde era tan mala que se ponía verde de envidia
cuando veía a una niña hermosa, a un niño inteligente o a alguien que estuviera
contento. Salía con su escoba verde
y su gato negro, que sin querer
había bebido de una pócima que tenía la
bruja. El gato negro se la tomó toda, creyendo que era leche y cuando llegó la
bruja y buscó su frasco no quedaba ni una gota. Ella pensó que se había caído
el líquido del frasco y se rió a carcajadas, esa pócima no le agradaba porque
hacía que la gente se volviera buena y ella quería que todos fueran malos. Se
subía a su escoba verde y con su gato negro se paseaba por arriba de los
tejados de las casas del pueblo y cuando
veía algo que le llamaba la atención se acercaba y le hacía daño. Un día vio a
una niña jugando con una ardilla de
hermoso pelaje rojo, la niña le hacía cariño y le decía. ¡Que linda eres! Yo te
quiero mucho; La bruja se puso más verde de lo que era, su cara su cabello, sus
ojos y toda su ropa estaban verde de envidia porque la ardilla era tan linda y
ella era fea de mala. Dijo tres palabras y convirtió a la pequeña ardilla en
una araña que salió corriendo. La niña
se asustó y su cara se puso triste; La bruja se rió y se fue, pero el gato
negro que se había vuelto bueno le dio mucha pena y también maulló tres veces y
se deshizo el hechizo de la bruja, volviendo la ardilla a los brazos de la
niña. Lupa la bruja verde siguió volando
sin darse cuenta de nada. Otro día vio a unos niños que venían del colegio muy
contentos y felicitaban a uno de ellos por haber sacado las mejores notas del
curso. Lupa se puso tan verde de envidia
que toda su ropa despedía luces verdes de ira. S acercó y dijo las tres
palabras mágicas convirtiendo al niño en un asno, todos se asustaron mucho, pero cuando Lupa la bruja se iba, el gato negro
que quería a los niños maulló tres veces para deshacer el embrujo y el niño
volvió a ser niño y todos siguieron camino a sus casas. Lupa no se daba cuenta
del mal que había hecho no pensaba en el daño que causaba- El gato negro sufría
con todas las maldades que hacía Lupa la bruja verde y siempre que podía
deshacía los hechizos, pero algunas veces él no estaba y el daño quedaba. Un
día fue donde un hada y ésta le dijo: ¿Que quieres gato negro? Y él le respondió.
Soy el gato de Lupa la bruja verde y quisiera que ella dejara de hacer
maldades. El hada blanca le dice. Lupa es un hada, ella se llamaba Lupita y era
muy hermosa, todos la querían y admiraban su belleza, pero ella en vez de
corresponder a esta admiración y cariño, se puso cada día más soberbia y
orgullosa y así como crecía su soberbia perdía belleza hasta que un día se puso
tan fea y su ira fue tan grade que quedó verde entera y las hadas al verla le
dijeron: Lupa estas verde de envidia, porque ya no eres tan hermosa como
nosotras y ella muy enojada se fue y no la vimos nunca más. Lupa se convirtió
en una bruja y cada día hacía más y más maldades. ¿Qué se puede hacer para que
ella sea buena? El hada piensa un momento y responde: Si su corazón se conmoviera
e hiciera una buena acción creo que volvería con nosotras ¿Y como puedo
ayudarla pregunta el gato negro? Dale a beber esto que es un líquido que le
hará sentir su corazón. El gato negro le dio las gracias al hada blanca y esa
noche puso el líquido en la bebida de
Lupa la bruja que se la bebió toda y se durmió profundamente. Al otro día
cuando salió volando con su escoba verde y su gato negro sentado en su
hombro vio a un niño que corría con un perro, iban jugando el perro corría y
saltaba a su lado, el niño no miró donde pisaba y cayó en un hoyo, se hirió una
pierna y quedó todo rasguñado con las ramas; El niño se puso a llorar, el perro
ladraba desesperado, porque no podía hacer nada; Lupa empezó a reírse, pero de
repente se calló…., escuchó los sollozos del niño…., se bajó de la escoba y
caminó hasta el hoyo y le dijo al gato negro, debería dejarlo ahí por no mirar
donde camina, pero lo ayudaré y dándole una orden al perro lo mandó a buscar
ayuda. Se subió a su escoba verde y se fue, al poco rato volvió el perro con el
papá del niño que lo sacó del hoyo y lo llevó a su casa. El gato negro estaba
muy contento era la primera vez que Lupa la bruja verde hacía algo bueno, pero
no había pasado nada seguía siendo verde
y fea. Esa noche Lupa salió a ver la luna, montó en su escoba verde y el gato
negro saltó a su hombro partiendo hacía el bosque, al llegar vieron a lo lejos
que algo brillaba…. Era una fogata que con el viento sus llamas aumentaban,
Lupa voló dando vueltas y más vueltas si las llamas llegaban a los árboles se
prenderían y se quemaría todo el bosque, no quedaría nada y morirían todos los
animales que vivían en el ¿Que hacer?.... Podía dejar arder el bosque o apagar
la fogata. El gato negro empezó a maullar, Lupa le dice: ¡Ya lo se! Quieres que
apague las llamas, Lupa la bruja verde dijo unas palabras y apareció un balde
lleno de agua en sus manos, se lo tiró a la fogata y la apagó, en ese instante
apareció una luz inmensa saliendo de dónde estaban las llamas y vieron
asombrados, Lupa y su gato cómo esa luz se iba convirtiendo en hadas, había
tantas que no se podían contar, todas se acercaron a abrazar a Lupa que a
medida que la abrazaban se iba poniendo muy bonita y su color verde fue tomando
una tonalidad que hacía juego con los
ojos verdes de Lupita, porque Lupa la bruja verde había hecho una buena acción
y al recibirlas las otras hadas había vuelto a ser Lupita.
El hada blanca se acerca y
le da la bienvenida con cariño y le dice a las otras hadas, Lupita ha vuelto y
todas estamos muy contentas, porque ella ha hecho una buena acción no permitió
que se quemara el bosque y ayudó al niño enviando a su perro por ayuda. Todas
se fueron felices y el gato negro que tanto la había ayudado sin que ella se
diera cuenta se quedó en el bosque, pero el hada blanca le dijo: Ayudaste a
Lupita a volver con nosotras sin esperar nada y eso merece una recompensa te lo
agradecemos y te ayudaremos para que seas feliz.
Elfridia García 16-Julio-1992-
No hay comentarios:
Publicar un comentario