Ofelia era una niña que teniendo todo el cuidado de sus padres sentía que le faltaba algo. Era tímida y miedosa los papás la protegían, pero eran muy estrictos en su educación y le exigían para que ella aprendiera a desenvolverse sola en la vida. Un día al volver del colegio que estaba muy cerca de su casa Ofelia vio a un perro callejero que la seguía, ella en un principió tuvo miedo, pero solo lo miraba como el perro iba caminando a su lado
. Al llegar a su casa golpeó la puerta y cuando su nana le abrió entró y el perro quedó parado afuera viéndola como ella desaparecía dentro de la casa.Ofelia saludó a
la mamá y se fue a una habitación donde
había un pequeño escritorio, una poltrona grande con un taburete para los pies,
dos butacas con una lámpara de pie cerca de ellas; era la habitación donde
hacía las tareas y la mamá se sentaba en una de las butacas a coser o bordar y
cuando el papá estaba en la casa leía los diarios sentado en la poltrona, era
la habitación mas acogedora de la casa y pasaban la mayor parte del tiempo.
Ofelia estaba
haciendo sus tareas cuando de repente siente que algo lame sus zapatos se
asustó y al mirar ve al perro que la siguió a su casa; ella no se atrevió a
moverse el perro la miraba tristemente como pidiéndole cariño, Ofelia sin
pensarlo alargó su mano y acarició la cabeza del perro, éste movió sus orejas
como agradeciendo la caricia. Ofelia sintió que había una comunicación entre
los dos un sentimiento muy suave y dulce invadió su corazón; el perro
necesitaba cariño y lo demostraba y ella sentía que podía dárselo,
En ese momento
entró la mamá y al ver al perro se sorprendió y le preguntó a Ofelia ¿cómo
entró ese perro? ¿Qué hace aquí? Ofelia respondió: no lo se mamá; yo estaba
haciendo las tareas y él entró y me
lamió los zapatos, pero que increíble; dijo la mamá ¡si es un perro callejero! “Has
que salga Ofelia” La niña miró al perro y le dice a la mamá: no puedo no me
atrevo a tomarlo ¿cómo voy a ser para que se vaya? La mamá no quería tocar al
perro pensaba que debía estar lleno de pulgas; esperaría a Norma la nana para
que esta lo sacara.
Cuando llegó
la nana la mamá la llamó y le preguntó: ¿como había entrado el perro? Norma le dijo: que cuando ella salió estaba el perro junto a la puerta,
¿pero como entró? Preguntó nuevamente la mamá: la nana respondió: creo que dejé
la puerta entreabierta porque solo salí un momento, no debes dejar la puerta abierta dijo la mamá: ahora trata
de sacar ese perro.
Norma lo tomó
en sus brazos y le dijo: vamos perrito no te voy hacer nada, el perro se movió
inquieto y la nana lo llevó muy rápido fuera de la casa.
Ofelia sintió
pena, pero no dijo nada; a su mamá no le gustaban los perros y el papá nunca se
oponía a los deseos de la mamá. Paso la tarde y Ofelia no dejaba de pensar en
el perro. Cuando llegó el papá, después de saludarlas les dijo: hay un perro en
la puerta y quería entrar conmigo, me parece que está con mucha hambre.
Ofelia le
cuenta que ese perro la siguió del colegio a la casa y cuando Norma salió a comprar él entró y vino a hacerme
cariño; papá él me quiere déjalo que se quede conmigo. “HO NO” dice la mamá es
un perro callejero lleno de pulgas sería una molestia para todos.
Por favor dice
Ofelia yo también siento que lo quiero podemos enseñarlo a no ensuciarse dentro
de la casa Norma me ayudara a cuidarlo. El papá ve brillar los ojos de Ofelia y
desea complacerla se acerca a la mamá y abrazándola le dice: podemos hacer la
prueba si no resulta lo dejamos ir. Ofelia
no alcanzó a terminar de oír lo que dijo la mamá y salió corriendo a
buscar al perro. Allí estaba echado como esperando por ella, la niña se
arrodilló y le hizo cariño, te llamare “Vagabundo” le dijo: y éste como si
entendiera se levantó y entró con ella a la casa. No fue fácil para Ofelia junto con Norma bañar a Vagabundo
a él no le gustaba para nadan el agua, pero después de un largo rato de
batallar lograron dejarlo limpio y seco con el secador de cabellos de la mamá
que no estaba muy contenta con la llegada del perro. Ofelia encontró que Vagabundo
había quedado muy bonito después del baño, pero se presentó otro problema donde
dormiría esa noche; la mamá dijo: afuera y Ofelia no quería separarse de él.
Norma terminó por llevárselo a su dormitorio. El perro que no era muy grande se
echó a los pies de la cama de Norma, pero cuando ésta se quedó dormida buscó el
dormitorio de Ofelia y saltó a su cama ella lo abrazó y le dijo: te quiero Vagabundo
pero no debes hacer ruido quédate a los pies de mi cama y antes que la mamá se
despierte debes irte de mi dormitorio, el perro la miró como si hubiera
entendido. Al otro día Vagabundo sintió un ruido y alcanzó a meterse debajo de
la cama de Ofelia. Se había quedado dormido y solo despertó cuando la mamá de
la niña entró en el dormitorio. Ella no lo vio despertó a Ofelia para ir al
colegio y ésta miró por todos lados y no vio a vagabundo ¿Qué buscas le
preguntó la mamá? A Vagabundo respondió Ofelia. debe estar con Norma dijo la
mamá yo ya me había olvidado de ese perro.
Al salir del dormitorio la mamá Vagabundo
asomó su cabeza y lamió los pies desnudos de Ofelia; ella lo abrazo feliz diciéndole estas aquí no fue un sueño eres mi
amigo y yo te quiero ¿tú también me quieres? El perro no se movía y sus ojos
húmedos parecían contestar a su pregunta en forma afirmativa. Ofelia se fue al
colegio con su perro la mamá no se opuso pensó que mientras la niña estuviera
en clases el perro se iría, pero, no fue así Vagabundo la esperó tranquilamente
frente al colegio de repente se paseaba, pero volvía a pararse en la puerta del
colegio esperando que saliera Ofelia.
Cerca de medio
día Ofelia sale buscando con la mirada a
su perro y al verlo corre hacía él diciéndole Vagabundo que bueno es tenerte
creí que te habías ido ahora vamos a casa.
Así Ofelia
cada día quería más a Vagabundo y éste trataba de no separarse de ella, la
cuidaba no dejaba que nadie en la calle se acercara a la niña y estaba atento
para protegerla. Los amigos de Ofelia también se encariñaron con Vagabundo que
jugaba con ellos, había aprendido muchas cosas, jamás se ensuciaba dentro de la
casa ya no costaba bañarlo, jugaba al
pillarse y las escondidas con los niños Los papás lo habían aceptado y aunque
Ofelia creía que la mamá no sabía que Vagabundo dormía en su dormitorio la mamá
ya lo había descubierto, pero no dijo nada sería inútil tratar de separarlos,
porque pasaban todo el día juntos solo en las horas del colegio Vagabundo la
esperaba afuera y cuando ella salía sentían una gran alegría de volverse a ver.
Una mañana que la mamá entró a despertar a Ofelia le notó la frente caliente y
la niña traspiraba, su respiración era agitada le tomó la temperatura y tenía
fiebre; llamó de inmediato al médico, porque la temperatura era alta. Vagabundo
estaba inquieto pero no se movía del lado de la cama. Cuando vino el médico Norma
lo sacó del dormitorio.
El médico la
examinó y dijo: es amigdalitis tiene que guardar cama mucho líquido y darle
ésta medicina que le voy a dejar en la receta, la mamá anotó todas las
indicaciones del médico y mandó a buscar la receta; mientras tanto Vagabundo
lloraba y gemía en el patio de servicio.
Al fin la mamá
no pudiendo soportar estos lamentos lo dejó entrar y éste se quedó muy quieto
al lado de la cama de Ofelia como si quisiera darle fuerza para que se
recuperara pronto. Ofelia deliraba con fiebre
y lo llamaba…. Vagabundo…. Vagabundo…no te vayas, no me dejes yo te quiero,
eres mi amigo y así repetía esto una y otra vez; la mamá la calmaba y le ponía
paños fríos en la frente para refrescarla y le decía: Vagabundo está aquí a tu
lado pronto te mejoraras y podrás jugar con él, pero Ofelia no la oía y se
movía inquieta. Vagabundo estaba tenso como si quisiera saltar a su cama y
lamer con su lengua la cara de la niña, pero la mamá estaba sentada a su lado
cuidándola y tranquilizándola mientras bajaba la fiebre. Fue un día largísimo y
una noche aún mas larga la fiebre no cedía y los papás estaban muy preocupados
la mamá junto con Vagabundo no se movieron del lado de su cama.
Al otro día
Ofelia despertó con más ánimos la temperatura había bajado y se sentía mejor;
la mamá le dio el desayuno, y Norma se llevó a Vagabundo, pero cuando la niña
aún no se tomaba la leche Vagabundo entró corriendo, ella lo miró y le sonrío
estás aquí le dijo: te eché tanto de menos Vagabundo ladró;… la mamá lo hizo
callar y le dijo: a Ofelia, él no se movió de tu lado.
La niña le
dice a su mamá yo se que él me quiere. “No dejes que se vaya mamá”….porque… yo
también lo quiero.
Lago
Colbún –01- Mayo—1993
Elfridia
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