Trinos Y Música

En un jardín muy hermoso había un arbusto muy lindo, sus ramas pasaban el techo de la casa, sus flores blancas como grandes copos de nieve adornaban el jardín toda la primavera hasta entrado el verano.

El arbusto estaba frente a una habitación donde había un piano que una joven lo tocaba todos los días. La música atraía a unos pequeños pájaros que se paraban en el arbusto y la acompañaban con sus trinos.
La joven se sentía feliz de escucharlos mientras ella tocaba, pero un día sintió unos golpes y ruidos de alas sin saber que pasaba miró a la ventana y vio que los pájaros queriendo acercarse más a la música habían chocado con el vidrio, ella no se atrevió a dejarlos entrar y siguió tocando.

                                                                                                                                                             Todas las semanas venía un profesor a darle una clase de música; Era joven, muy correcto y bien educado, ella se sentía un poco inhibida por él y le costaba concentrarse en el piano. A medida que pasaban las clases el profesor se enamoro de ella, la música los unía y la sensibilidad y dulzura que ella trasmitía lo transportaba a un mundo maravilloso; El la miraba embelesado, en las partes suaves sus dedos apenas tocaban el teclado y en las partes alegres sus ojos brillaban como pequeñas luces y una sonrisa iluminaba su cara. La joven sintió esta atracción que ejercía en el profesor, pero sus sentimientos estaban en la música, en su piano. El profesor nunca dijo nada, hasta que un día dejó de ir a dar las clases de música.

La joven siguió tocando y los pajaritos la acompañaban con sus trinos, pero ahora estaban a su lado….ella había abierto la ventana.

Elfridia.

6-Abril-1990