domingo, septiembre 25, 2011

El Duende Naranjín

 Era un duende muy travieso, hacía toda clase de bromas y travesuras, pero quería mucho a los niños. En el bosque junto al lago donde él vivía había una casa de madera que habitaba una familia y el jardinero de la casa que sufría las bromas del duende. Este estaba limpiando un frasco en la despensa del patio de servicio, salió a buscar algo y cuando volvió no estaba la tapa del frasco; la buscó por todas partes y no pudo encontrarla.

Le contó a las niñitas de la casa lo que le había pasado y les dijo: ¡Ahora su mamá se va a enojar conmigo! Yo creo que un duende debe haberla escondido. Las niñitas le ayudaron a buscarla fueron a la despensa y empezaron a sacar todo; de repente al mover unos papeles cae un polvo blanco que era lo que tenía el frasco. Las niñitas levantaron los papeles y ahí estaba la tapa. El duende sentado arriba de la estantería de la despensa se reía a carcajadas. 

La broma había durado varias horas y el jardinero dio vueltas y más vueltas mientras él se reía. Otro día le botó a la basura el colador de la tetera a la cocinera y ésta muy enojada le echó la culpa al jardinero y el pobre no sabía lo que había pasado. Por suerte encontró el colador en la bolsa de la basura.Esa tarde les dijo a las niñitas; ¡Es cosa del duende! ¿Yo no sé porque me hace esto a mí? Ellas le preguntaron ¿Cómo se llama el duende? El jardinero contestó: no lo sé y se tropieza cayendo todas las naranjas que llevaba en un canasto; las niñas se ríen y gritan al mismo tiempo ¡Se llama Naranjín…! ¿Y cómo es él dice la mayor? la más pequeña contesta tiene las piernas flacas y unos zapatos en punta, la barba larga y un gorro terminado en un pom- pom. Sus ojos son grandes y pícaros y una sonrisa maliciosa que termina en grandes carcajadas cuando hace una travesura, dice la mayor. Si así debe ser, contesta el jardinero recogiendo las naranjas y echándolas al canasto. 

Una noche al acostarse la niña mayor no encuentra un calcetín, llama a la nana y le pregunta por él; la nana le dice: Yo los deje juntos ¡Ven a ver! Dice ella aquí no está. Buscaron y buscaron y no lo podían encontrar la niña pequeña entró al dormitorio y al verlas buscando se rió y comenta ¡Naranjín lo escondió! Yo sé donde puede estar. ¿Dónde?, le preguntaron: ¡Debajo del cubre!, fueron a verlo...levantaron el cubre y no estaba, pero al colocarlo de nuevo, cayó de entremedio el calcetín. Las niñas se miraron asombradas ¡Es Naranjín…es Naranjín… gritan entre risas y el duende estaba riendo junto con ellas. Así, Naranjín les hacía bromas, pero también las cuidaba que no les pasara nada malo. Llegó la Navidad y la Nochebuena se juntaron con toda la familia. Llegaron unos primitos y primitas y al repartir los regalos, la mamá les tenía una sorpresa. ¡Había un regalo para Naranjín!. Al abrirlo encontraron una linda caja de lata pintada con naranjitas, la destaparon y adentro había una más pequeña pintada igual y al abrir ésta había otra más pequeñita. ¡Es una broma dijeron las niñitas, si dice la mamá, también sirve para guardar caramelos. 

Había otro regalo de parte de Naranjín para los niños, estos lo abrieron y era un juego de entretención muy bonito adentro de una caja venía un cartón con árboles llenos de naranjas pintados en las esquinas y varios caminos se cruzaban entre si con prados verdes y flores de todos colores también tenía un dado y varias naranjitas de cartón con pie de plástico de colores rojo y amarillo la tarjeta decía de Naranjín para los niños de la casa; Todos estaban felices con el regalo y los niños más pequeños le dijeron a la mamá, queremos conocer a Naranjín y ésta les contestó un día se los voy a presentar. Así Naranjín ya era un personaje de la casa. Un día la niña más pequeña le dice a la cocinera por favor apúrate con la comida porque tengo hambre y ella le contesta a no ser que Naranjin me ayude y ralle el queso para los tallarines no puedo apurarme, la niña se rió y se fue a contárselo a sus hermanas.En un viaje que hicieron los papás vieron en una tienda de artesanía un duende era de madera color naranja y llevaba un cofre en su hombro. La mamá le dice a la vendedora: me voy a llevar ese duende “OH” exclama éste es el duende regalón de todos. Parece de verdad, es una suerte haberlo encontrado comenta la mamá los niños van ha estar felices cuando lo vean. 

El duende tallado en madera fue llevado a la casa del lago y en medio de la alegría de todos, la mamá se lo presentó a los niños; Es igual como nosotros pensábamos dicen a coro y comentan tiene una cara picarona y por eso se debe llevar haciendo travesuras .Y mientras tanto el duende Naranjín sentado en una viga miraba al duende de madera y pensaba que broma hacerle para reírse de él y entretener a los niños. Los niños felices de haber conocido a su duende imaginario que ahora era real podían verlo y jugar con él. A los niños les llamó mucho la atención el cofrecito del duende y le preguntaron a la mamá para qué era; Ella les contestó: está lleno de buenos deseos para que cada vez que uno de ustedes desee hacer una buena acción se haga realidad. Los niños se sintieron felices Naranjín no solo hacía travesuras también era bueno. 

Elfridia 
06- Marzo-1992

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