domingo, diciembre 23, 2012

El Reyecito


Era un niño muy lindo querido por los reyes y toda la corte, se esperaba tanto de él y todo había empezado bien, se le cuidaba se le alimentaba y era un niño sano, alegre y muy inteligente, a medida que fue creciendo los sabios y maestros de la corte se dedicaban a enseñarle todo lo que un niño debía aprender para llegar a ser un rey, era despierto y bueno para los deportes, pero no todo le era fácil él se esforzaba por hacerlo bien practicaba y practicaba hasta que le resultaba como él quería; Así como la mayoría lo quería había algunos que sentían envidia de todas sus capacidades y que todo le resultara, pero también se daban cuenta que el Reycito como lo llamaron en un principio se concentraba hasta perfeccionarse en lo que le gustaba. 

Participaba en todas las competencias con niños de su edad y ganaba, no por ser el hijo del rey, él ganaba porque se sentía seguro y había practicado mucho para llegar a vencer a sus competidores. Pronto todos lo empezaron a llamar El joven rey aunque todavía no era el rey, porque lo sería cuando su padre lo coronara. Su título de nobleza era Príncipe heredero del valle y la montaña azul, porque su reino estaba en un valle rodeado de ríos y una montaña que casi llegaba al cielo cubierta de nieves eternas. Era un reino muy bonito sus tierras fértiles habían viñedos y frutales cerca de los ríos y en las faldas de los cerros crianza de ovejas; Los súbditos nobles y plebeyos vivían tranquilos y pagaban sus impuestos el rey era justo y todos lo querían. El joven rey se fue de viaje para completar su aprendizaje y mientras él estaba ausente su padre el rey enfermó y lo mandaron llamar.

Cuando llegó el joven rey su padre estaba en cama y una persona se había hecho cargo de la administración del reino y las cosas no estaban bien, había descontento los impuestos habían subido no se les daba ninguna facilidad a la gente que trabajaba la tierra y se les agobiaba con impuestos tan altos y no tenían medios para ir a vender sus cosechas o la lana de sus ovejas con la que pagarían sus impuestos y tendrían para vivir. El rey estaba muy delicado y los sabios aconsejaron que abdicara y fuera coronado rey el príncipe heredero. Se hizo una ceremonia sin grandes pompas y se coronó al príncipe heredero. Este inmediatamente empezó a poner orden dentro y fuera del reino. Se le dio la oportunidad a la gente que trabajaba la tierra para que vendiera sus cosechas al reino que habría un precio fijo para todos y los que tuvieran medios para ir a las ferias a otras aldeas tendrían completa libertad para hacerlo.

Las cosas se fueron normalizando y el rey padre se fue recuperando y muy contento de ver al reyecito como lo habían llamado en el primer momento haciéndose cargo del reino con sabiduría y justicia como se había esperado de él desde su nacimiento.

Elfridia
13-Noviembre-2012 

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