Era se una vez un príncipe que vivía en un hermoso palacio de cristal con torres de marfil En las mañanas miraba desde .las ventanas de sus aposentos el jardín; se quedaba largos ratos mirando una mariposa, el color de sus alas era realmente maravilloso, tenía todos los tonos de azules desde el más claro al más oscuro y daban reflejos plateados; la mariposa volaba entre las flores y muchas veces se paraba cerca de su ventana; él sentía deseos de ir a atraparla para admirar de cerca el colorido de sus alas, pero se arrepentía pensando que la mariposa sufriría si la privaba de su libertad. Esa noche el príncipe daba un baile en el palacio; Había invitado a todos los nobles del reino. Todos estaban preocupados de los preparativos, el palacio relucía regiamente adornado y en la cocina se preparaban exquisitos manjares.
Los invitados se vestían con sus mejores galas para ir a la fiesta, pero en una casa una dama lloraba silenciosamente y decía en voz baja; ¡Si yo pudiera llevar a mi sobrina al baile del príncipe! Y mientras seguía llorando recordaba el momento en que había ocurrido todo. Ella estaba con su sobrinita en uno de los aposentos de la casa, pasó una bruja y las vio; Le agrado tanto la niñita que entró a la casa y se la pidió que se la diera como compañía. Ella no se la dio, porque era su sobrina y había jurado a sus padres cuando murieron que ella la cuidaría hasta que contrajera matrimonio; La bruja se puso furiosa y le dijo: Por no dármela tú tampoco la tendrás y se marchó. La tía mira a la niña y ésta se convierte en una hermosa mariposa de unas alas azules preciosas.
Habían pasado los años y nunca se conformó con que su sobrina fuera una mariposa;……¡Esta noche era tan especial!....En ese momento aparece la bruja y le dice: has tenido suficiente castigo, puedes ir al baile con tu sobrina. La dama fue a la habitación de la niña y encontró a una joven hermosísima. Su cabello negro brillante estaba peinado en un moño trenzado con perlas, su piel era blanca, un vestido azul dejaba descubiertos sus hombros,..¡Se veía preciosa!
El príncipe estaba en el palacio recibiendo a sus invitados; Un guardia los anunciaba uno por uno. La noble dama y su sobrina fueron presentadas al príncipe y éste quedó deslumbrado ante la belleza de la joven; Se acercó a ella tomó su mano e inició el baile, le parecía como si la conociera de siempre, esos ojos negros profundos, el vestido con todo esos tonos de azules y reflejos plateados, todo su escote y su ruedo bordados con hilo de plata y perlas, era un sueño. Al bailar sus brazos se movían como alas de mariposa y tan etérea que más bien parecía volar por el salón, sus pies apenas tocaban el piso,
El príncipe sólo deseaba estar con ella, A una hora prudente la dama se retiró con su sobrina.
Para el príncipe había sido una fiesta maravillosa y esa noche no hacía otra cosa que pensar en la bella joven que le era tan familiar como si la conociera de siempre, la veía bailando junto a él, su vestido como las alas de la mariposa, con todos esos tonos de azules que todos los días veía en su jardín. ¡Cómo no se había dado cuenta antes!
Al otro día bajó al jardín, pero no encontró a la mariposa.
Llamó a sus guardias y los mandó a buscar a la dama y su sobrina. Cuando llegaron las recibió en uno de sus salones y al verla la encontró tan hermosa como la noche anterior, llevaba un vestido celeste con encaje blanco y moños de cintas muy finas celestes y azules, su cabello suelto adornado con cintitas del mismo color del vestido ¡era tan linda!
Pidió su mano a la dama y ésta se la concedió y entonces le dijo: Estoy muy intrigado porque por años ha venido a mi jardín una hermosa mariposa cuyas alas eran iguales al vestido que llevabas en el baile, creo que hay una relación.
La joven le contestó: La mariposa soy yo, la ira de una bruja me tuvo hechizada por largos años, pero anoche el embrujo se rompió.
El príncipe la mira a los ojos, le toma la mano y le dice: En mi corazón guardare para siempre el recuerdo de la mariposa encantada.
Elfridia 05-Abril-1990
No hay comentarios:
Publicar un comentario