Había una princesa que de un día a otro quedó totalmente sola. Una enfermedad muy grave sacudió a todo el castillo, la mayoría de la servidumbre huyó y los nobles se fueron a buscar ayuda.
La princesa se preocupó por sus padres y los sabios, consejeros y algunos soldados se quedaron para atenderlos.
Pasaron los días y solo quedaron dos, un sabio y la nodriza que atendía a la princesa desde pequeña;
Los demás se fueron todos, pero ya la princesa había mandado algunos mensajes pidiendo ayuda y ella se hizo cargo de todo; atendió a los reyes y dio todas las órdenes que se necesitaban en ese momento.
Los reyes empezaban a mejorar y la servidumbre poco a poco empezó a volver y comenzó a normalizarse la vida en el castillo; la enfermedad se había llevado a vario de los habitantes, pero no se había propagado por todo el reino. Los reyes se habían debilitado con la enfermedad y el sabio del reino les aconsejó ir a un lugar más cálido. La princesa preparo todo para que sus padres viajaran a uno de sus castillos cerca del mar. Los reyes sintieron dejarlas sola, pero la princesa había sido muy bien educada y en estos momentos que se había necesitado de una autoridad se hizo cargo de todo. Como el contagio había sido en el castillo hizo que se tomaran todas las medidas para mantener a salvo el reino. Así pasó el tiempo y en todas partes se habló y se supo de la princesa que vivía sola y había salvado a los reyes y al reino de la gran enfermedad que los había azotado.
Un día llegó un rey a pedir la mano de la princesa. Sus padres los reyes todavía no habían vuelto de su convalecencia; la princesa lo recibió y lo atendió con toda la pompa que se merece un rey.
Ella era muy joven y no deseaba casarse todavía, pero el rey al verla se enamoró perdidamente de ella quería casarse y llevársela inmediatamente a su castillo.
La princesa era hermosa y estaba preparada para reinar; el rey muy apuesto y acostumbrado a mandar sin que nadie contradijera sus órdenes; la princesa pensó que este matrimonio no sería conveniente en este momento, pero no podía rechazarlo y le propuso que cuando los reyes se hubiesen recuperado él podría venir a pedir su mano.
a el rey no le pareció bien y le dijo que enviaría un mensajero a los reyes para tener una respuesta inmediata. La princesa pensó que no debía presionar a los reyes, era ella la que estaba reinando y creía que el momento no era oportuno.
El rey se molestó y se retiró del castillo y así en todo el reino se empezó a comentar de:
” La Princesa Solitaria” que había despreciado al rey y reinaba en todo el reino. Pasó el tiempo los reyes volvieron, pero el rey había envejecido y abdicó en favor de la princesa convirtiéndose esta en reina. A los pocos días volvió el rey a pedirle casamiento y le dijo: Ahora eres reina y puedes ser mi reina y reinaremos en dos reinos y ya nadie podrá llamarte
“La Princesa Solitaria”.
Elfridia
07*Julio*2014
07*Julio*2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario