domingo, octubre 26, 2014

El Viejo De Las Palomas
















Allí… estaba, sentado en el banco de madera de la plaza con una paloma en su hombro, otra en su mano comiendo las migajas de pan que él le daba. Las otras revoloteaban por todos lados en el respaldo del banco, en el suelo, al lado de sus pies, en sus rodillas. El viejo les hablaba con una voz suave y lenta… las palomas le contestaban arrullándolo.
Los niños al salir del colegio pasaban por la plaza a ver al viejo de las palomas. Lo miraban de lejos, porque ellas con su revoloteo no los dejaban acercarse. Estaba mal vestido, sus pantalones gastados en las rodillas, su chaqueta desteñida, el sombrero de un color indefinido, la camisa y el chaleco que debieron haber sido beige o crema,… sus zapatos,…. Unos bototos viejos de tanto usarlos. Los niños solo oían su voz, pero no entendían nada de lo que él decía con el ruido del aleteo y arrullo de las palomas. El viejo tenía la barba casi blanca y su cabello más bien largo y canoso, sus ojos tristes de un mirar bondadoso. A los niños le llamaba mucho la atención que hacía ese viejo ahí todos los días hablando con las palomas.
Uno de los niños el más pequeño le pregunta a la mamá, ¿Quién es el viejo de las palomas? La mamá le contesta, es un anciano jubilado que vive solo, no tiene familia y está enfermo; Ha perdido la memoria. El niño queda intrigado desea conocerlo más Un día al caer la tarde, lo sigue hasta donde vive, casi en las afueras de la ciudad en una casa medio abandonada. El viejo empuja la puerta de reja que está llena de moho,…. La puerta suena está caída, el ante jardín es solo maleza, ya no se ven plantas o flores, las paredes, puertas y ventanas cubiertas por la patina del tiempo entre gris y verde. El viejo desaparece dentro de la casa, el niño no se atreve a entrar. Vuelve a su hogar y le cuenta a la mamá que sabe donde vive el viejo de las palomas porque lo siguió y le comenta, me gustaría ser su amigo…. ¡Está tan solo!…. La mamá le dice: él no vive en la realidad, tiene solo a las palomas.

Pasó el verano, llegó el Otoño y con las primeras lluvias se enfrió el tiempo; Un día los niños no vieron al viejo de las palomas…. El banco estaba vacío.

El niño fue a la casa del viejo la puerta estaba junta, él llamó…. Pero nadie contestó, entró la habitación tenía poca luz estaba medio ordenada, llamó nuevamente y sintió un ruido en una de las otras habitaciones, se dirigió hacia allá y en un dormitorio acostado en la cama estaba el viejo; Se veía muy enfermo, su frente sudorosa, la respiración agitada. En el velador había un tazón de sopa a medio tomar y un vaso de agua, el niño lo tocó, tenía fiebre, salió corriendo a llamar a la mamá; esta lo acompaño a ver al viejo. Cuando llegaron a la casa venía saliendo una mujer que les dijo: Don Víctor está muy enfermo, le ha dado la gripe, yo vengo a ordenar la casa y dejar preparada su comida, pero tengo que irme, más no puedo hacer.

El niño entró con su mamá hasta el dormitorio del viejo, éste se veía mal. La mamá mandó al niño, a buscar al doctor y ella se quedó con él. El médico después de examinarlo les dijo: ….¡ésta débil!… la gripe le ha dado muy fuerte, no podemos hacer nada, sólo hay que cuidarlo. La mamá del niño le dice al doctor,…. Viene una mujer una vez al día a ordenar la casa y hacer la comida, yo puedo venir en la tarde. Al doctor le pareció bien. El buscaría a alguien para que lo cuidara en la noche. Esto es muy triste dice el doctor, Don Víctor no tiene familia. Su mujer falleció, ella lo cuidaba y antes de morir le pidió a esa mujercita que atendiera a su esposo y le dejó algún dinero, sé que tiene un hijo que siempre lo tuvieron estudiando fuera…. En el extranjero, creo que era buen alumno y se ganó una beca, pero el joven casi no los conoce porque no tenían dinero para ir a verlo, le mandaban todo lo que tenían a un abogado para los estudios y manutención del niño… ¡veré si puedo ubicarlo! ¡Que triste dice la mamá del niño! Y él piensa “me gustaría ser su amigo”. Al día siguiente cuando el niño fue a verlo, al entrar en la habitación vio fuera de la ventana a las palomas que aleteaban golpeando el vidrio, como queriendo llamar la atención del viejo…. Este trató de incorporarse, pero no pudo…. Su mirada quedó perdida…, quería traspasar el vidrio y ver las palomas que con su arrullo incesante trataban que él las viera y las oyera, pero el viejo no podía moverse, estaba muy débil y enfermo.

El niño quedó admirado, las palomas habían venido a verlo. No pasó otro día y Don Víctor se fue para siempre. El niño lloró mucho…., la mamá lo abraza y trata de consolarlo…. ¡él ya no vivía en la realidad! Estaba enfermo… sólo tenía a las palomas. ¡Mamá yo quería ser su amigo! Se desprende de los brazos de su mamá y sale corriendo hacía la plaza. Al llegar….,Se queda quieto…., El banco está lleno de palomas que revolotean y se paran en el respaldo, en el asiento, en el suelo, como si el viejo estuviera hablando y dándoles migajas de pan duro. El niño las mira y un pensamiento pasa por su mente…. ¡Está con ellas!…. ¡Está ahí!…. ¡Está en su mundo!…. nunca podrá

Olvidar esta visión del viejo de las palomas.

                                                                                                  23-Diciembre- 1991 Elfridia-

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