Musgette vivía en el bosque con sus padres adoptivos que la habían
encontrado cuando regresaban del pueblo, donde habían ido a entregar unos
bordados que hacía la mujer del guarda bosques; la niña estaba entre unos
helechos y musgos. Así que la llamaron “Musgette”.
La niña era muy bonita y a medida que crecía la mamá adoptiva trataba de
enseñarle para que la ayudara en la casa, pero Musgette siempre estaba soñando;
tenía un hermoso cabello negro, su tez era blanca, sus mejillas sonrosadas los ojos
verdes y una mirada soñadora que la alejaba de la realidad a un mundo que era
solo de ella.
Si estaba barriendo la escoba se trasformaba en un príncipe y se veía
bailando en un lindo castillo con un vestido precioso, pero nunca terminaba sus
sueños, porque la mujer del guarda bosque le llamaba la atención ¡Musgette
Nunca vas a aprender nada sino no te concentras en lo que haces, siempre
estas soñando no sé que hacer contigo, podrías ayudarme con los bordados, pero
antes de dar una sola puntada tendrías todo los dedos pinchados.
Musgette la miraba, ella quería
ayudar, no tenía la intención de molestar, pero sus sueños eran tan lindos; no
se daba cuenta cuando se trasportaba a ese mundo maravilloso.
Un día que estaba guardando unas tazas, se le cayó una y se quebró. La
mamá adoptiva vino a ver que había pasado y al encontrar en el suelo la taza
rota le dijo a Musgette: “Yo no puedo tenerte en mi casa por más tiempo, te
llevaré al castillo y te dejaré para que acompañes a las princesitas y las
entretengas”.
Musgette sintió mucho miedo, nunca había salido de la casa del bosque.
Al llegar al castillo la mujer del guarda bosque la dejó con la encargada del
mantenimiento del castillo y ésta la llevó al dormitorio de las doncellas que
cuidaban a las princesitas; que eran tres. La mayor se llamaba Issa, la segunda
Annette y la pequeña Ludmira y tenían dos hermanos: Igor e Ilan, mayores que
ellas.
Las princesitas eran muy lindas y amorosas, pronto se hicieron amigas de
Musgette, que era tierna y dulce. Una tarde que estaban en el jardín, llegaron
los príncipes que andaban en una cacería con el rey y se pusieron a conversar
con las princesitas. Ilan que era el segundo de los príncipes, vio a Musgette y
no pudo apartar su mirada; él era dominante y estaba acostumbrado a hacer
siempre lo que quería. Musgette sintió esos ojos clavados en ella, pero no se
atrevía a levantar su cabeza, sabía que el príncipe la estaba mirando y se
acercaba..¿Cómo te llamas?, ella respondió: Musgette, Su Alteza “¿De dónde
eres?”
De la cabaña del guarda bosques”. Ilam se
acerca al príncipe Igor y le dice ¡Qué hermosa es Musgette! Igor la mira, la
encuentra linda, hay algo en ella como si no fuera real, era como si estuviera
envuelta en una nube.
Musgette piensa al irse el príncipe Ilam, es muy apuesto, de un carácter
muy fuerte, seguro de si mismo; la próxima vez que lo vea lo miraré directo a
los ojos.
Como no se atrevió a mirarlo no supo de qué color eran. El príncipe y
Musgette se ven a menudo; ella ya no
siente miedo cuando está con él, pero la intranquiliza su presencia, la
confunde. Ya no sueña, son tantas las cosas que pasan en el día y en la noche,
está tan cansada que se duerme apenas pone la cabeza en la almohada.
Un día llega al castillo un rey con un príncipe muy apuesto, vienen de visita. Cuando todos están
reunidos en los salones, Nor que es el
nombre del príncipe visitante, ve a Musgette y al cruzarse sus miradas se
sienten tan atraídos que desaparece todo lo que está a su alrededor y solo
sienten algo maravilloso que los acerca el uno hacía el otro. Ilam se da cuenta
y habla a Nor, sacándolo del encanto que le habían producido los verdes ojos
soñadores de Musgette. Ilam lo lleva donde las princesas y Ludmila hace todo
por captar su atención. Lo encuentra tan apuesto que se siente atraída por él.
El rey visitante habla con el príncipe Nor y le dice que elija una de las
princesas para fijar la fecha del matrimonio, porque el rey ha accedido a
conceder la mano de una de ellas y esa noche en el banquete se anunciaría el
compromiso. Nor se siente presionado, Ludmila es hermosa, Musgette es dulce,
con esos ojos verdes que lo han hecho sumergirse en sus profundidades,
haciéndolo sentirse en un mundo maravilloso. No puede decirle a su padre que
quiere casarse con Musgette, no lo consentiría y elije a Ludmila. Esa noche se
anuncia el compromiso de Nor y Ludmila, todos están felices, sobre todo Ilam
que pasa toda la noche con Musgette
mientras dura el banquete, pero no deja de observar que Nor y Musgette
evitan que sus ojos se encuentren como si tuvieran miedo de mirarse. Ilam le
dice a Musgette “ Sé que quieres mucho a Ludmila, ella está muy feliz,
no opaques su felicidad! Musgette le
contesta “No es mi deseo
hacerlo, “Su Alteza” pero en
su corazón siente una gran pena. Nor es el príncipe encantado con el que
siempre había soñado. A los pocos días se fue Nor con su padre el rey y como
recién estaban en primavera la boda quedo fijada para comienzo de otoño. Los
reyes notaron la atracción que siente
Ilam por Musgette. La reina empezó a hacer averiguaciones sobre ella, mandó
llamar a la mujer del guarda bosques y le preguntó de quién era la niña; la
mujer le contó que la habían encontrado en el bosque entre unos helechos y
musgos, por eso la habían llamado Musgette, pero no sabía nada más de ella.
La reina le preguntó si tenía la ropa que
traía puesta la niña; la mujer le contestó
que sí, ella se la traería. La reina al ver un vestidito y un chal de la
niña, se dio cuenta que eran muy finos y mandó a sus guardias a preguntar por
todos los reinos vecinos a ver si alguien sabía algo. Al poco tiempo supo que
en un reino cercano, unos años atrás, hubo una gran preocupación y pena por la
princesa que había venido a visitar a sus padres los reyes para que conocieran
a su primera nieta que casi tenía un
año. Los reyes estaban felices con la princesita, pero una tarde desapareció
sin que nadie pudiera explicarlo. Los reyes y la princesa casi se murieron de
pena. La princesa volvió al reino de su esposo y nunca pudo conformarse de
haber perdido a su hijita; tuvo algunos años después dos principitos y una
princesita, pero no había podido olvidar a Lissette. La reina le pidió al rey
que invitara a los reyes y su familia, porque creía que Musgette era la
princesa que había desaparecido, era Lissette. El rey fue a visitarlos y al
llegar al castillo y saludar a los reyes quedó admirado. La reina era igual a
Musgette. Los mismos ojos verdes, esa
mirada de ensueño una linda figura, era muy hermosa. Los príncipes eran muy
apuestos y Camila alegre y amorosa, pero ninguno tan parecido a la reina como
Musgette. El rey los invitó y les dijo que les tenía una maravillosa sorpresa
en su castillo. Los reyes aceptaron y al llegar al castillo y ver a todos
reunidos la reina reconoció a Musgette, la abrazó y besó dulcemente; El rey y
los príncipes se sintieron muy emocionados de haber encontrado a Lissette.
Igor quedó encantado con Camila, su alegría
y belleza lo habían cautivado. Ludmila sintió que su corazón no dejaba de latir
por Rizzi el menor de los príncipes hermano de Lissette, y Annette se enamoró
de Vitti el mayor. Ilam pidió la mano de Lissette, pero ella no quería
comprometerse todavía, quería vivir un tiempo en el castillo con sus padres. Le
dijo a Ilam que esperaran unos años, Ilam le prometió ir a verla para hacerla
decidirse a casarse con él lo antes posible. Se fue Lissette y todos notaron su
ausencia, siempre se veía como un sueño. Había pasado un mes y llega al
castillo Nor que viene a romper el compromiso, porque no había podido olvidar
aMusgette, que se había adueñado de su corazón. Ludmila siente un gran alivio,
porque está enamorada de Rizzi, pero Nor
no encuentra a Musgette y al preguntar por ella le dicen que se fue al
castillo de sus padres, porque es la princesa Lissette que se había perdido
hacía mucho tiempo. Nor se va a buscarla, no puede vivir sin ella. Ilan siente una gran desilusión, es la primera
vez que no puede conseguir lo que quiere; se da cuenta de que Lissette está
enamorada de Nor y ahora que él va a pedir su mano se casarán. Lissette al ver
a Nor se siente muy feliz, un inmensa emoción invade su corazón, lo presenta a los
reyes y éste pide su mano; los reyes ya habían notado la alegría de Lssette al
verlo. Le concedieron la mano de la princesa. Al poco tiempo Nor y Lissette se
casaron y ésta prometió que a su primera hija le pondría Musgette, en recuerdo
de esa niñita soñadora que se había convertido en princesa.
Elfridia
Talca 16 Noviembre 1990
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